Llegamos a la recta final del año percibiendo un cierto nerviosismo entre los inversores. Como decía en artículos recientes, el ruido de mercado es elevado y no parece que haya remitido, por ello intentaré de nuevo centrar lo importante de lo accesorio para mejorar la tranquilidad de los inversores ante algunos mensajes negativos que me parecen exagerados sobretodo en relación a Ómicron.

Se percibe un elevado temor a la nueva variante de la Covid-19, nombrada Ómicron por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que, sin tener aún estudios científicos detallados, este organismo ya nos ha alertado sobre las posibles severas consecuencias para la economía global. Es solo una curiosidad, pero entre la letra “delta” del alfabeto griego y la letra “ómicron”, tenemos la letra “nu” que la OMS evitó utilizar por su parecido con la palabra inglesa “new”. Así, la siguiente letra es la “xi” que también evitó utilizar argumentando su parecido con las miles de personas que llevan el apellido Xi. Sin embargo, algunos opinan que se descartó la letra “xi” del alfabeto griego por coincidir con el nombre del primer mandatario chino Xi Jinping, y probablemente no les falte razón. La OMS falló estrepitosamente en los inicios de esta crisis sanitaria en China a finales de 2019 en no alertar de la gravedad de lo que se avecinaba, y muchos, no solo Trump, piensan que la OMS se ha convertido de algún modo en un organismo muy sensible a los intereses de China. Con estos antecedentes, pongamos en cuarentena ahora esta exagerada alerta de la OMS. La realidad es que aún no tenemos estudios concluyentes de la variante Ómicron publicados en revistas científicas de prestigio, a pesar que un reciente estudio científico (no publicado en revistas especializadas) de Japón indica que la capacidad de transmisión de esta variante es cuatro veces más veloz que la variante Delta. Por otro lado, Pfizer indica que con una tercera dosis de recuerdo de la actual vacuna sería suficiente para contener la última variante. En cualquier caso, no hay claridad total sobre el tema pero no parece muy probable que volvamos a un cierre de la mayoría de economías como algunos auguran. De hecho, el prestigioso banco de inversión Goldman Sachs arroja luz ante la actual incertidumbre con 4 posibles escenarios para el futuro cercano.

Escenario negativo: Ómicron se trasmite más rápido que Delta de manera que el crecimiento económico global del primer trimestre del 2022 se reduciría del 4.5% previsto actualmente hasta el 2%, en datos interanuales. En términos de crecimiento para todo el año 2022, sin Ómicron estaba previsto el 4.6% y se reduce al 4.2% por el efecto de la nueva variante.

Escenario negativo severo: la velocidad de contagio y su severidad es mucho mayor que Delta y la inmunidad de los actuales tratamientos hospitaliarios menor. En este caso Goldman Sachs dice literlamente que “el impacto en el crecimiento económico global es substancialmente mayor” pero sin dar cifras concretas de reducción del crecimiento.

Escenario de falsa alarma: Ómicron se expande más lentamente que Delta y no tiene mayor impacto en la actividad económica global

Escenario positivo: Ómicron es ligeramente más contagioso que Delta pero mucho menos peligroso. En este escenario de continua normalización de la actividad económica, con un impacto cada vez menor de la pandemia, el crecimiento global mejora.

Como han podido observar en este artículo me he centrado exclusivamente en el impacto del Ómicron. Me parece uno de los temas que más preocupan hoy en la economía global. Sin embargo, hay otros asuntos de interés como la retirada de estímulos o la inflación que por motivo de espacio comentaré con más detalle en futuros artículos. Les avanzo de todos modos que, en línea con mi visión transitoria de la subida de los precios, la inflación productiva china se moderó en noviembre después de marcar su pico en octubre.