Hoy no nos conformaremos con un solo genio. Meteremos dos en la ecuación. En febrero del año 1931, Elsa la mujer de Albert Einstein convenció al científico para asistir al estreno de la película Candilejas ya que era una gran admiradora de la obra de Chaplin. Nada más conocerse ambos genios, congeniaron y se hicieron grandes amigos. En una de sus célebres conversaciones Albert Einstein le dijo a Chaplin: “Lo que más admiro de tu arte es su universalidad. Tu no dices ni una sola palabra y sin embargo todo el mundo te entiende”. A lo que Chaplin replicó: “Es cierto, pero tu fama es aún mucho mayor. Todo el mundo te admira, pero nadie entiende una sola palabra de lo que dices”.

En el mundo del marketing digital pasa más o menos lo mismo. Todo el mundo cree que es capaz de comprender si una web es eficiente, aunque la mayor parte no conoce ni remotamente los requisitos que separan una inversión de un gasto. Entenderemos por inversión aquellos trabajos encaminados a construir una web que sea una auténtica herramienta, que esté bien estructurada, que tenga una usabilidad y una interfície amigable y útil, que incluya todos los Core Vitals recomendados por Google para aparecer en los primeros resultados de los buscadores, que su SEO incluya las keywords verdaderamente importantes y que su diseño sea atractivo y esté perfectamente alineado con los valores que quiere comunicar una empresa.

Entenderemos por gasto todo lo demás.

En infinidad de reuniones, conversaciones formales o no y en tertulias salpimentadas de anécdotas y curiosidades diversas, he oído con mucha frecuencia: "Me gasté xxxx en una web y no me ha servido de gran cosa". A lo que invariablemente respondo: "Si te lo gastaste, era de esperar que no te sirviera para nada". Nosotros lo que hacemos es invertir. En primer lugar hay que huir como almax que lleva el diablo (aquí un pequeño chascarrillo para los que padecemos de ardor de estómago crónico), de quiénes son capaces de abordar la creación de una web sin haber desarrollado previamente un diagnóstico y una estrategia tanto de su propia empresa como de la de su competencia y analizado en detalle las keywords más eficientes, el nivel y calidad de las búsquedas, el comportamiento digital de los clientes…. Es como quien quiere construir una gran casa sin planos, sin estudiar y planificar por dónde pasaran los conductos y las instalaciones, sin orientarla adecuadamente para hacerla más eficiente a nivel climático, sin… Yo esa web te la hago más barata y en un plis plas, sin estudio previo ni pamplinas que eso es de cobardes y pusilánimes, con un par (GAAAAAAAASTO).

Y cuanto mayor es la complejidad, más detalle debe tener el estudio de diagnóstico y estrategia. Coincidiremos en que nadie abordaría una tarea tan compleja como la construcción de un aeropuerto o un Palacio de Congresos sin disponer de un estudio de ingeniería pormenorizado milímetro a milímetro (INVERSIOOOOOOON).

Lo que hacía Chaplin es lo que toda web bien hecha debe ser: Universal y entendible por toda su audiencia, sin más complicaciones. Lo que replicó Einstein es lo que toda empresa de marketing digital debería estar obligada a hacer: que todo el mundo la valore sin necesidad de entender todos los secretos, técnicas y conocimientos que separan el gasto de la inversión. El éxito del fracaso.

La próxima vez que alguien te diga Web com Anam, yo esta web te la hago más barata sin tantas gaitas, piensa seriamente si no sería mejor donar tu dinero a una ONG que estudie el comportamiento del escarabajo pelotero del Himalaya, en lugar de echarlo por el sumidero de la irrelevancia inundando de más basura el extensísimo vertedero de las webs que no sirven para nada.

Ríete con Chaplin, siente el vértigo de lo que no eres capaz de comprender con Einstein y si tienes que desarrollar un proyecto digital con cara y ojos ponte en manos de profesionales. Tu cuenta de resultados te lo agradecerá. Si quieres saber más: www.mad-men.agency.