En la reciente celebración del Día Mundial del Aire Limpio y por un Cielo Azul, Antonio Guterres – secretario general de la ONU – nos recordó la gran amenaza y el enorme reto que supone para la humanidad la contaminación atmosférica. En concreto y para lo que resta del siglo XXI el objetivo prioritario es tratar de evitar la muerte de 150 millones de personas por causa directa de la contaminación del aire que respiramos.

Quizás alguno de Uds. recuerde un artículo que publiqué - hace aproximadamente dos años - donde trataba de relacionar los indicadores de mortalidad derivados de la incipiente COVID y los vinculados a la contaminación. Afortunadamente, los primeros han ido decayendo pero, sin embargo, los segundos lejos de decrecer siguen aumentando. Así es, más de 7 millones de personas, de ellos más de 600.000 niños y por encima de medio millón de europeos fallecen anualmente por causa directa de la mala calidad del aire que tanto necesitamos.

Alarmado por esta realidad científicamente acreditada, me sorprendió muy gratamente conocer el nuevo eslogan turístico de Bunyola: ” Ven y Respira” que se oficializó hace escasos días, valorizando de esta manera un bien intangible pero imprescindible para la vida y de forma esencial para nuestra salud individual y colectiva. No en vano más de 369 enfermedades graves derivan de la mala calidad atmosférica de nuestros pueblos y ciudades.

Bunyola gracias a su conciencia eco-sostenible, sus valores naturales y sus frondosos bosques de la Comuna se ha convertido, con su empeño y compromiso colectivo, en el mejor destino posible para aquellos visitantes que buscan bienestar y salud, dejando atrás por un tiempo la contaminación en cualquiera de sus lamentables manifestaciones.

Según la ONU el imparable incremento de la mortalidad por contaminación del aire radica inequívocamente en que más de 3.000 millones de ciudadanos utilizamos a diario combustibles fósiles para nuestras necesidades más básicas. De esta forma, Guterres como máximo mandatario global ha solicitado de todos los países un esfuerzo, sin precedentes, en la inversión masiva y a escala mundial en energías renovables con la finalidad imperiosa de alcanzar la neutralidad climática.

Conscientes del grave problema que nos acucia, conociendo los beneficios intergeneracionales de la combinación de sumideros forestales y las energías renovables, es hora de que los ciudadanos comencemos a exigir el bienestar y la salud que nos proporcionan las fuentes limpias de energía y vivir rodeados por un cálido manto verde bajo un nítido cielo azul.

Por favor, no olviden jamás que “respirar es vivir”.