La vicepresidenta y consellera de Sostenibilidad y Medio Ambiente del Consell de Mallorca, Aurora Ribot; la directora insular de Residuos, Patrícia Arbona, y el director general de TIRME, Rafael Guinea, han visitado este jueves la planta de compostaje de Felanitx, que el año pasado trató 1.782 toneladas de lodo de depuradora, 1.985 toneladas de poda y produjo 695 toneladas de compost, para conocer de primera mano las últimas novedades.

El Consell de Mallorca ha recordado que actualmente las plantas de compostaje activas son las Son Canut, ubicada en Son Reus, y las plantas de Calvià y de Felanitx.

La capacidad de producción de compost de la planta de Felanitx representó un 28 por ciento menos en comparación con el año anterior. El compost obtenido está inscrito en el Registro de fertilizantes y afines del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Ribot ha recordado que el Plan Director Sectorial aprobado en 2019 prevé una inversión importante, de unos 12 millones de euros, y una renovación total de la instalación y ha añadido que la planta de Felanitx en el futuro tratará fracción orgánica de los residuos municipales (FORM) para producir compost.

DE RESIDUO A RECURSO

Patrícia Arbona, por su parte, ha detallado que el compost obtenido a pesar de no ser muy conocido por la ciudadanía, es un recurso muy apreciado y necesario para la agricultura y la jardinería, puesto que es una manera de volver a aportar nutrientes y estructura al suelo, y de este modo cerrar el círculo de la materia orgánica.

Según han señalado, el proceso se inicia con la recepción y descarga de los residuos que se tratan en la instalación, como lodos de estaciones depuradoras de aguas residuales y fracción vegetal (poda). La poda se tritura y con una pala se mezcla con los lodos.

La fermentación, fase inicial del proceso de compostaje, se lleva a cabo mediante un sistema de canales aireados. La planta tiene instalados cinco canales de fermentación. Una vez depositada la mezcla entro poda y lodos en los canales, se mueve mediante una volteadora. El tiempo de permanencia de la mezcla en los canales es de unos 15 días.

Seguidamente, el material ya fermentado pasa a la fase de maduración, que se lleva a cabo mediante pilas que se voltean periódicamente con una pala cargadora. El proceso de maduración dura, aproximadamente, entre 60 y 90 días.

Finalmente, el material se afina para eliminar residuos impropios y obtener el compuesto, que se analiza y, si cumple los parámetros previstos, se comercializa.