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Empresa familiar

La tienda de bicis más antigua de España se queda sin sucesor

La empresa familiar valenciana Rafael Abad cumple 100 años sin relevo amarrado

Martín Abad atiende a una clienta en presencia de su madre, Rosa / M. A. MONTESINOS M. A. MONTESINOS

Rafael Abad, la tienda de bicicletas más antigua de España, ha cumplido 100 años pero el relevo de este negocio familiar no está asegurado más allá de la tercera generación actual. Martín Abad es el gerente y nieto del fundador, "el Rafael Abad original", como se refiere a su abuelo. Martín es un apasionado de su trabajo y de la historia que acumula tras de sí esta empresa familiar. Le asoma una sonrisa cada vez que rememora alguna de las muchas anécdotas que relata de memoria entre apuntes de su madre Rosa, que todavía frecuenta este histórico establecimiento del casco antiguo de València. "Es un sector muy emocionante, un mundillo muy bonito. Tengo que conseguir el relevo, a ver si hay suerte y alguien quiere continuar. Yo no tengo hijos, así que... ", reflexiona con algo de melancolía.

Rafael Abad es uno de esos pocos negocios históricos que resisten a orillas del Turia, un testigo directo del último siglo de la ciudad. Sin embargo, su origen está en Teruel. De allí partió el primero de los Abad rumbo a València cuando solo tenía 9 años de edad. Lo hizo solo, sin padres ni ningún otro familiar, y se puso a trabajar en una tienda de ultramarinos. Gracias a su "ingenio" no tardó en alquilar un local propio. "Increíble, ¿eh? Qué vida más dura, eran otros tiempos", reflexiona Martín en un paréntesis.

Su abuelo permaneció en aquel bajo hasta que ahorró lo suficiente para comprar el inmueble desde el que hoy resiste su nieto. En el suelo de la entrada un letrero reza "Rafael Abad 1922", certificando el año de nacimiento del negocio y dando paso al mosaico de Nolla original que se extiende por el suelo de la tienda.

Pero en aquellos tiempos el mercado de la bicicleta era muy reducido. "Era el medio de transporte de los pobres y mi abuelo decía que de la bici no se puede vivir", contextualiza Martín. Así, empezó vendiendo desde máquinas de coser a fonógrafos, pasando por recambios de coche, motos y cómo no, bicicletas. El gerente explica que la bici y la moto tenían entonces características muy similares: "Antes iban muy unidas. La Mobilette de hecho viene de la GAC -mítica casa de bicicletas ya desaparecida- y Derbi -afamado constructor de motos- es un acrónimo que significa ‘derivados de la bicicleta’".

Así las cosas, Rafael Abad no se centra en exclusiva en las bicis hasta casi los años 80. "Es cuando empieza el boom de la ‘mountain bike’ y tuvimos que elegir", recuerda Martín. Entonces ya estaba al mando del negocio el segundo Rafael Abad, padre de Martín y sus cuatro hermanos. Curiosamente se casó con Rosa Prieto, hija de la familia propietaria de otra de las casas más importantes de motos y bicicletas de València. "Los Prieto se fueron hacia la moto y los Abad, a las bicis", cuenta. 

A raíz de esa explosión, los Abad vieron cómo empezaba a aflorar numerosa competencia. Martín lo compara con los videoclubs en los 90. "Había un videoclub en cada esquina pero el mercado ya no podía crecer más, así que muchos se hundieron. Y aquí ha pasado lo mismo, han abierto tantas que hay una sobreoferta. Antes de la pandemia ya caían muchas porque no hay tarta para tantos", añade.

La crisis sanitaria ha abierto una nueva edad de oro para el ciclismo, especialmente en una ciudad como València, plana y con un extenso carril bici. Sin embargo, tiendas como Rafael Abad han visto pasar esa oportunidad de largo. "Ha habido mucha demanda pero nada de producción. Todo viene de China y ha habido muchos cuellos de botella, no ha habido forma de aprovecharlo porque hemos llegado a entregar bicis con un año de plazo. Hemos perdido mucha venta", lamenta.

Pese a ser un negocio tradicional, el último Abad en el frente mira de cara a las nuevas tecnologías. "Parece que las bicis son iguales ahora que hace 100 años, pero los materiales y los componentes siempre evolucionan, es apasionante", dice Martín sobre la bici eléctrica, que no duda va a ser el modelo más vendido a corto plazo. 

Los Abad llevan con orgullo ser un comercio histórico, pero Martín apunta que no todo son ventajas. Orbea, con quien trabajan desde el inicio de la empresa vasca, les ha dejado de proveer alegando una "reducción de su red comercial". "Llamé al actual jefazo, Jon Fernández, y me dio largas. Tenemos volúmenes muy buenos, pero las tiendas clásicas ya no interesamos. Debe ser que no damos la imagen, se ve que somos basurilla para ellos", lamenta Martín, que añade resignado que es "el signo de los tiempos, pero nosotros tenemos la garantía de nuestra trayectoria". Y cerró la charla con una advertencia a Orbea: "Perdéis el alma".

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