Han pasado 436 días han pasado desde que Ferrovial anunció su intención de cambiar su sede a Países Bajos. El motivo que justificó siempre la empresa española de infraestructuras nacida en 1952 fue su vocación de salir a cotizar en Estados Unidos, un mercado que consideran clave para su futuro crecimiento. Más allá de la controversia política que surgió a raíz de esta decisión y los retrasos burocráticos, este toque de campana en Wall Street, en el Nasdaq, se producirá el próximo jueves 9 de mayo.

En el último año, el mercado ha respaldado en todo momento la decisión de Ferrovial de cotizar en Norteamérica, país que el que se ubican el 75% de los activos y donde tiene comprometidas el 92% de sus inversiones la empresa presida por Rafael del Pino y liderada por Ignacio Madridejos.

Los principales beneficiarios del traslado de la sede social de Ferrovial a Países Bajos han sido sus propios accionistas. Al cierre de mercado del 28 de febrero de 2022, día del anuncio, las acciones de la empresa del Ibex-35 cotizaban en 25,6 euros. La jornada en la que oficializó su inscripción en el registro neerlandés lo hacían ya por encima de los 28,2 euros. En la jornada de hoy, el precio de los títulos supera los 36 euros, muy cerca de sus máximos históricos alcanzados en marzo de este año por encima de los 37 euros. Esto supone una revalorización de más del 40%, que —en una empresa con una capitalización superior a los 26.000 millones de euros— valora el cambio de sede en más de 8.000 millones.

Impulso a los grandes proyectos de Ferrovial en Estados Unidos

El Consejo de Administración, liderado por Rafael del Pino, primer partícipe con más de un 20% de la compañía, buscaba con este movimiento que ahora se consolida que el accionariado de Ferrovial se asimilase lo máximo posible a su actividad, además de lograr que grandes institucionales estadounidenses, principalmente fondos de pensiones y universidades, con limitación a comprar acciones extranjeras, entrasen en el capital. "Ahora, con la admisión a negociación de nuestras acciones en Estados Unidos, alcanzamos un hito, y pasamos a formar parte de uno de los mercados bursátiles estadounidenses de referencia para los inversores internacionales. Damos, de esta forma, continuidad a nuestros planes de crecimiento internacional e inversión en ese mercado y reforzamos la visibilidad de todo el valor de nuestros activos de cara a los inversores norteamericanos interesados en el ámbito de las infraestructuras", explican desde la empresa.

Ferrovial aterrizó en el país hace 20 años, en 2004, con la adjudicación de la concesión a 99 años de la primera privatización de una autopista de peaje en Estados Unidos, la Chicago Skyway. Ahora, la compañía afronta hasta ocho 'megaproyectos' al otro lado del Atlántico. El primero (y más importante), la remodelación y ampliación de la Terminal 1 del Aeropuerto JFK de Nueva York, un desarrollo que supondrá una inversión de 9.500 millones de euros y una concesión a 60 años, de la que Ferrovial es dueño del 55%.

A estos proyectos hay que sumar cinco concesiones de autopistas: dos fases de la North Tarrant Express (Texas), con una inversión acumulada de 3.850 millones; la LBJ Express (Texas), que supondrá un desembolso de 2.600 millones de dólares; la I-66 (Virginia), donde se contempla destinar 3.700 millones; y la I-77 (Carolina del Norte), con más de 640 millones. En 2022, últimos datos compartidos por la compañía, Ferrovial destinó el 64% de su capital invertido a Norteamérica, más de 537 millones de euros entre aeropuerto y autopistas.

Por último, la empresa tiene dos proyectos de construcción en Estados Unidos: una planta de tratamiento que abastecerá agua potable en Texas, que costará 175 millones de dólares, y la mejora del cruce de autopistas I-285/SR 400, en el Corredor I-285/SR 400, en Georgia, con un valor de construcción de 460 millones. En 2022, Norteamérica aportó el 51% de la nueva contratación de la cartera de construcción.