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REPERCUSIÓN DE LAS PRECIPITACIONES EN EL CAMPO CORDOBÉS

Cultivos leñosos y dehesa son los grandes beneficiados por la lluvia

Olivos, naranjos, almendros y encinas verán aliviado el estrés hídrico que venían padeciendo | El ajo ya recolectado se verá perjudicado por la humedad y, para el cereal, el agua ha llegado tarde

El agua ha llegado tarde para el cereal, que ya está segado en gran parte de la provincia. CÓRDOBA

La opinión de los representantes del mundo agrario en Córdoba es unánime: «la lluvia es buena para el campo» y «es una buena noticia que llueva». Con esas dos frases valoraban la llegada de las precipitaciones al campo cordobés el presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, y el secretario provincial de UPA, Miguel Cobos. A continuación vienen los matices.

El primero de ellos es que estas lluvias, aunque muy deseadas y necesarias, han llegado tarde para algunos cultivos y además es escasa. Aun así, contribuirá a paliar algo la situación pues se humedecerá la tierra, pero reconocen ambos que no aliviará la escasez de recursos almacenados porque no llegará a los embalses.

El refrán rural de que nunca llueve a gusto de todos se cumple a rajatabla una vez más. Mientras hay cultivos que se verán claramente beneficiados, habrá otros a los que les puede perjudicar. Y a otros, como el cereal, no les resuelve nada.

Así, tanto Fernández de Mesa como Cobos señalan que los principales beneficiados de estas lluvias son los cultivos leñosos como el olivar, los cítricos, los almendros y también las viñas, porque en el caso del olivar de regadío le ahorra recurso, y para el de secano, la poca producción que se espera se verá beneficiada pues, de continuar, ayudaría a que no se perdiera la poca cosecha que queda después de las olas de calor ya sufridas.

En lo que se refiere a la zona de dehesa, estas precipitaciones vienen a disminuir algo el estrés hídrico que sufren chaparros y encinas y ayudarán a mejorar la producción de bellota, pero también ha sido muy beneficiosa la lluvia para los pastos, hasta ahora inexistentes, y que pueden verse revitalizados.

Otro tipo de cultivos a los que les viene bien la lluvia caída son el girasol, porque se encuentra en pleno desarrollo de la flor y la panocha, a los que ayudará a una mejor evolución. Para los productores de algodón, del que todavía se siembran en Córdoba unas 4.000 hectáreas, las lluvias han ayudado a que el que ya está sembrado reciba un siempre agradecido aporte de agua. Y para el que está por sembrarse, la tierra que recibirá la semilla estará en mejores condiciones.

Por otro lado, hay otras producciones a las que ya no les benefician estas lluvias, como la cebolla, que está prácticamente ya en punto de recolección, por lo que el bulbo no podrá aprovechar la humedad de la tierra, salvo las que sean un poco más tardías, que sí podrían tomar mayor calibre.

En el caso del cereal, al estar la mayor parte cosechada por no haber arrojado rendimiento alguno, el agua no aporta ningún beneficio. Este año se ha perdido en torno al 70% y la mayor parte del que se ha recolectado se ha destinado a heno para alimentar al ganado.

Por su parte, para los ajos, que ya están recolectándose, tampoco es beneficiosa el agua caída, porque los manojos permanecen pendientes de su corte del tallo y su recogida y lo que necesitan es sol. De esta forma, la humedad puede acabar deteriorando el producto, después de que les fueron concedidos dos riegos en marzo y abril para salvar la cosecha.

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