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Sistema propio

Galicia creará por ley su bolsa de carbono para impulsar la venta de aire limpio

Fijará un sistema para calcular cuántos gases absorbe un bosque y facilitará la relación entre vendedores y compradores. El control del mercado busca evitar una “doble cuenta de emisiones”

Varios ejemplares de pinos en un monte de la provincia de Pontevedra. RICARDO GROBAS

La venta de aire limpio constituye un negocio en auge para que las empresas puedan compensar así sus emisiones de gases contaminantes y vender a sus accionistas y a la sociedad su sostenibilidad. Ante este negocio en crecimiento y el potencial que ofrece el monte gallego, la Xunta ha decidido mover ficha para intentar regular el mercado en la comunidad. Para ello, creará por ley una bolsa de carbono con la que facilitar la conexión entre vendedores de este bien inmaterial y los compradores. Galicia contará así con un sistema propio diferenciado del registro estatal.

El anteproyecto de Ley de Promoción de los beneficios sociales y económicos de los proyectos que utilizan recursos naturales de Galicia, impulsado por la Xunta, prevé precisamente “fomentar el desarrollo de proyectos y actividad dirigidos a incrementar la absorción de carbono y la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero” para así contribuir en la consecución de “la neutralidad carbónica”.

En ese documento se recoge específicamente y por primera vez la creación del “sistema voluntario de créditos de carbono de la Xunta, que servirá de nexo entre los operadores o grupos de operadores que voluntariamente deseen vender los créditos de carbono generados mediante el desarrollo de sus proyectos y actividades, y los compensadores que, también de forma voluntaria, deseen adquirir o utilizar créditos de carbono, bien sea como intermediarios o bien como agentes finales, para así compensar sus emisiones de otras actuaciones”.

El mercado de venta de aire limpio está regulado ahora mismo por el Gobierno central y ha crecido en Galicia durante los dos últimos años, duplicando los montes adheridos a este sistema hasta alcanzar los 232, según datos del Ministerio para la Transición EcológicaEl ministerio establece una equivalencia entre las toneladas de madera y el carbono que pueden absorber: un monte medio de pinos captura entre 450 y 500 toneladas de CO2. Las firmas interesadas en reducir su huella ecológica y mejorar su imagen corporativa pueden comprar el aire limpio que generan esos montes a razón de hasta 70 euros por tonelada. Este sistema es paralelo al que rige para las industrias que emiten gases de efecto invernadero, obligadas a ceñirse a una producción concreta y a pagar por excederse.

El Gobierno limita a determinados montes la entrada en este mercado voluntario. Solo pueden hacerlo las parcelas reforestadas tras incendios o la reforestación de superficies desarboladas desde 1989, si bien la Organización de Comunidades de Montes ha presentado una queja ante la Oficina Europea de Cambio Climático para permitir el acceso a este negocio a los montes bien gestionados, como avanzó FARO, del grupo Prensa Ibérica, a principios de mes.

Ante esta tesitura, la Xunta mueve ficha para generar su propio sistema. “La ley se centra en tratar de dotar a Galicia de un marco regulador para asegurar la mejor gestión y la concesión de estos créditos [de carbono], contribuyendo así a la generación de este tipo de proyectos”, apuntan desde la Vicepresidencia Primera de la Xunta y Consellería de Economía, Industria e Innovación.

La administración autonómica ya lanzó recientemente una consulta al mercado para promover soluciones innovadoras en materia de compensación de emisiones de dióxido de carbono, pues considera que es un negocio potencial de 150 millones de euros en la comunidad. Ahora da un paso adelante, creando su propia bolsa de carbono.

El sistema gallego estará abierto tanto a la absorción de carbono, a través de los árboles, como a la eliminación de la emisión de gases de efecto invernadero e incluso “la captura directa de CO2”, según la Xunta. “La previsión a día de hoy es que, para el registro gallego, los créditos en los próximos años estén sobre todo vinculados al sector forestal”, añaden.

Aunque esta bolsa gallega de aire limpio será voluntaria, la ley de recursos naturales y su desarrollo normativo mediante decretos la regulará. En el proyecto legislativo ya se indica que el sistema se basará en una cuantificación de créditos de carbono –las toneladas que captura cada monte– “mediante metodologías aprobadas en el marco de este sistema”. Galicia, por tanto, determinará qué significa una tonelada de absorción de CO2. Además, cada proyecto de carbono estará sujeto “a un proceso de auditoría de certificación inicial” por un organismo que determinará la Xunta.

La plataforma gallega que permitirá la compraventa de aire limpio detallará los datos de cada operador para “evitar los riegos de doble cuenta de emisiones”, según el texto legal, que también avanza ayudas de la Xunta impulsar proyectos de este tipo. “Disfrutarán de un tratamiento especial los créditos de carbono asociados a proyectos y actividades cuyo desarrollo lleve asociados beneficios adicionales a nivel ambiental y social”, añade.

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