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Sequía

El drama de la sequía: los ganaderos de Zamora empiezan a sacrificar vacas

Ganaderos de Sayago apuntan a la retirada del 30% de la cabaña de vacuno extensivo mientras esperan semanas para poder llevar animales al matadero

Ganado vacuno en una finca de la provincia. J. F.

La cabaña de vacuno en la comarca zamorana de Sayago puede sufrir un recorte del 30% esta campaña. Los ganaderos se ven obligados a matar una parte de las vacas para mantener a las que quedan.

La temible falta de alimento para las vacas, que a estas alturas de mayo necesitan suplemento porque no hay pastos, está obligando a sacrificar animales para garantizar la viabilidad de las explotaciones.

Las dehesas están quitando cabezas de ganado para aminorar la carga ganadera por hectárea y aguantar el chaparrón. Y eso afecta al conjunto de la provincia.

"La situación es muy delicada. Los animales valen, el problema es mantenerlos; hay dificultades para conseguir forrajes y piensos. Ya no hablamos de los altos precios, es que no hay materia prima".

Marcelo Mozo, productor de vacuno de Bermillo de Sayago, describe un escenario muy complicado para las cabañas de extensivo. "Tengo 90 vacas y pienso sacrificar como mínimo 20 ó 25. En estas tierras de minifundios puedo mantener 60 vacas moviéndolas de finca en finca, pero no voy a tener forraje para mantener a toda la ganadería. Los costes se han multiplicado por tres; ahora mismo mantener una vaca sale por unos 900 euros al año, que es el valor del ternero. ¿Qué hago? No dejo novillaje y el desvieje, en lugar de a 15 años pues a 12. Se van a quitar muchas vacas este año".

Y así muchas explotaciones, algunas con "limpias" de hasta el 50% de las reses. "La tendencia es seguir matando porque no hay forrajes y los precios que tenemos son una locura". Una decisión dolorosa pero inevitable en un escenario de sequía que ha agostado los pastos y con ello el alimento principal para la ganadería extensiva.

La única salida es mandar animales al matadero. Y ahí llega el siguiente problema. "En Vitigudino hay una espera mínima de tres o cuatro semanas para matar vacas" confirma Marcelo Mozo. Otro ganadero de Almeida habla de una espera de dos meses para el sacrificio de unos terneros.

Sin llegar a situaciones de colapso como ha trascendido en Extremadura, los mataderos de Castilla y León empieza a notar la carga de animales. "Se están sacrificando para tener menos bocas que alimentar" apuntan desde el matadero de Fuentesaúco, donde no se llega a situaciones comprometidas, pero sí "un poco desbordados", con un aumento del sacrificio aproximadamente de un 20% por encima de lo normal. Todo ello teniendo en cuenta que mayo es un mes de gran actividad en los mataderos porque el 30 de abril concluye el periodo de referencia para las ayudas de la PAC y a partir de esa fecha se realiza la retirada de animales.

"En Sayago como mínimo un 30% de la cabaña de vacuno se quita" asegura Mozo. "Estamos ante un año de subsistencia, no se puede arruinar el ganadero por mantener todo el ganado. Hay que subsistir y al año que viene, ya se verá".

La situación para el vacuno de leche no es más optimista. Con la espada de Damocles de las industrias bajando el precio en origen –en los contratos de mayo ya se están produciendo rebajas de 5 céntimos–, la falta de paja, forrajes y alfalfas buenas pone en una situación más que comprometida a las explotaciones. "Si las vacas bajan la producción hay que sacrificarlas porque no te dejan dinero" describe Jorge Hernández, ganadero de vacuno de leche en Monfarracinos.

Especial desasosiego genera la falta de paja, que se busca de forma desesperada mientras hay empresas que la queman para hacer biomasa. "Si falta paja habría que suspender los contratos con las grandes multinacionales y dar prioridad a la alimentación de los animales. Es de sentido común" defiende Jorge. "La paja es imprescindible. Para el cebo de terneros es la fibra que necesitan, los rumiantes no pueden funcionar sin esa fibra".

Ante este escenario, Hernández teme que tras el sacrificio del vacuno de carne llegue el de las vacas de leche. "Mal que bien ahora se puede ir tirando con el forraje de las tierras de cereal que se están segando, pero si el precio de la leche sigue bajando igual el agosto o septiembre llega la gran retirada".

El impacto de estos sacrificios masivos en animales productivos no se hará esperar. "En los años siguientes no va a haber reposición y entonces habrá menos producción, tanto de leche como de carne" vaticina Jorge Hernández. "Aumentará el precio del vacuno porque no va a haber. O meterán carne de baja calidad de otros países. Al final siempre pagamos los mismos. La base de la cadena y el consumidor. Y, mientras, los intermediarios a arriesgar lo justo para ganar mucho dinero", sentencia Marcelo Mozo.

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