Aragón cuenta con una de las mayores reservas europeas de yeso, conocido también como el oro blancouno de los pocos materiales constructivos eternamente reciclables y cuya demanda está llamada a crecer en los próximos años por distintos factores. Bien lo saben en la fábrica que Pladur tiene en Gelsa, próxima a las explotaciones del mineral que explota en este municipio y Pina de Ebro. Casi cinco años después de su puesta en marcha, la planta del líder del sector en España trabaja a pleno rendimiento tras incrementar la producción de placas de yeso laminado un 30% el pasado año, hasta alcanzar los 25 millones de metros cuadrados de producto de tabiquería. De esta manera, ha superado el 83% de la capacidad operativa que tiene la instalación (30 millones), que emplea ya a un centenar de trabajadores y destina a la exportación todo lo que fabrica, principalmente a Francia y Reino Unido.

La compañía, perteneciente al grupo belga Etex, ya está pensando en ampliar el complejo industrial, que ocupa 10 hectáreas y es el más moderno de la compañía, que cuenta con otra fábrica aún más grande en Valdemoro (Madrid). En su actual emplazamiento en la localidad zaragozana cuenta con 30 hectáreas de terrenos para acometer futuros desarrollos, aunque de momento la empresa centra sus esfuerzos en mejorar la sostenibilidad de la fábrica y convertirla en un modelo de economía circular.

El complejo industrial de Pladur en Gelsa, que ocupa 10 hectáreas.

En esa estrategia se inscribe el centro de reciclaje de placas de yeso que ha empezado a operar hace nueve meses con una inversión de dos millones de euros. La nueva instalación se nutre en una primera fase del producto defectuosa que sale de la fábrica –del 3% al 5% de la producción total–, y prevé cerrar el primer año de actividad con entre 4.000 y 6.000 toneladas procesadas. Más adelante se convertirá en gestor de residuos con el objetivo de llegar a entre 30.000 y 40.000 toneladas en 2030.

"Aragón es el centro del yeso en España y lo va a ser en Europa", aseguró este martes Enrique Ramírez, director general de Pladur, en una visita a la planta abierta a los medios de comunicación. También participó Marta Blasco, directora de la factoría, donde más de la mitad de los mandos intermedios son mujeres, algo inusual en el sector industrial. Otras de las fortalezas de la planta de Gelsa son su ubicación geoestratégica, a medio camino de los cuatro grandes polos de consumo del mercado español (Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao), y la especialización en mercados exteriores.

"Tenemos un vector de crecimiento muy importante», destacó Ramírez, que anticipó una futura ampliación para cubrir también parte de la demanda nacional, aunque dijo que «todavía es pronto" para concretar el proyecto que la empresa tiene en la mente. "Con tanta volatilidad que hay tenemos qué ver la reacción de los mercados europeos", precisó.

Una planta cero residuos

La planta, cuya inversión fue de cerca de 60 millones de euros, iba a ponerse en marcha inicialmente a finales del 2008, pero el estallido de la crisis de la construcción desbarató el proyecto. Finalmente empezó a operar en 2016 con una nave centrada en la producción de productos y sistemas especiales para soluciones de eficiencia energética. En septiembre de 2018, arrancó la fábrica de yeso y producto laminado. 

La otra inversión de calado que se ha acometido recientemente ha sido la instalación de placas fotovoltaicas en la cubierta de las instalaciones, un sistema de autoconsumo de 8 megavatios (MW) de potencia con el prevé cubrir hasta el 20% de la demanda eléctrica de una planta que es altamente consumidora de luz y gas. En este sentido, se trata de una explotación pionera, ya que genera cero residuos gracias al centro de reciclaje con que cuenta y el autoabastecimiento a través de energías renovables.

En materia energética, Pladur quiere avanzar en la descarbonización de sus procesos productivos con la progresiva sustitución del gas natural por otros combustibles más ecológicos. En la planta madrileña de Madrid empezará utilizar a partir del próximo año el hidrógeno verde y en la de Gelsa espera introducir el biogás en el horizonte de 2025. En este último caso, el gas renovable se producirá en una planta de Lérida a partir de desechos de granjas porcinas. Para acometer estos proyectos, la compañía optar a las ayudas del Perte de descarbonización.

Cuatro turnos y cien camiones diarios

La actividad es frenética en la fábrica, que funciona las 24 horas del día y los siete días de la semana con cuatro turnos. Así consigue una producción diaria de 105.000 metros cuadrados de placas. Tan solo para tres semanas en verano y alguna en Navidad para llevar a cabo el mantenimiento técnico de la maquinaria.

El movimiento de mercancías es también considerable, con unos cien camiones diarios entre entradas y salidas. El Reino Unido y Francia absorben el 95% de lo que se produce en Gelsa, mientras el 5% restante va a Irlanda e Italia. La exportación al mercado inglés se hace a través del puerto de Bilbao, a donde llega la mercancía en tren, mientras que al destino galo se realiza por carretera.

En cuanto a cifras de negocio, la instalación supuso en 2022 el 25% de la facturación total de la compañía, que supera los 215 millones de euros. Pladur es hoy en día la marca líder en España en la fabricación de soluciones constructivas sostenibles a base de yeso natural. Cuentea con una plantilla de unos 500 trabajadores en España, Francia y Portugal y está presente en más de 30 países de los cinco continentes.

El epicentro de un mineral en auge

Aragón tiene una larga historia en la producción de yeso, y cuenta con un sector industrial bien establecido y competitivo; por esta razón, Gelsa se ha convertido en un epicentro de dos de las principales compañías que dominan este mercado. Además de la fábrica de Pladur, en esta localidad de la Ribera Baja del Ebro se encuentra también la empresa Saint-Gobain Placo Ibérica, Entre ambas emplea, que emplea a otros 100 trabajadores. 

Esta última compañía dispone de un segunda centro de producción en el vecino municipio de Quinto de Ebro, donde trabajan otros 110 personas. Estos datos son una muestra de la importancia que la industria de yeso tiene en esta comarca, que atesora grandes reservas del mineral, cuyo explotación y transformación supone un creciente nicho de riqueza y empleo para la zona.

Aragón cuenta con grandes reservas de yeso, consideradas las mejores de España y Europa por la alta pureza del mineral, que llega al 95%. Por otro lado, la comunidad autónoma está situada estratégicamente en conexión con el Mediterráneo y el Atlántico, lo que facilita la exportación del producto terminado a países europeos, cuya demanda se prevé que crezca con fuerza en la próxima década. 

«En esta región, tenemos la suerte de contar con una fábrica de grandísimo valor, ya que el yeso es de gran pureza y homogeneidad», destacó ayer el director general de Pladur, Enrique Ramírez, en una visita a la planta de la compañía en Gelsa, que tiene una capacidad operativa de 30 millones de metros cuadrados de placas de yeso laminado al año.