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Empleo

El naval vigués se erige como polo mundial de buques de investigación con ocho contratos

Freire firma una unidad de 40 metros para el IEO francés | Ningún país concentra tantos encargos de este tipo a nivel global | La avanzada edad de esta flota, una clave de futuro

El oceanográfico 'David Packard' para la MBARI de Estados Unidos, ayer, en el astillero de Freire. RICARDO GROBAS

Rongcheng Shipbuilding, Hankookmade, Wuchan Shipbuilding Industry, Hitzler Schiffswerft o Guangzhou Shipyard. Son algunos de los astilleros que tienen, a día de hoy, alguno del medio centenar de buques oceanográficos que están en proceso de construcción en todo el mundo.

Por más que en esta nómina proliferen nombres exóticos, muchos de ellos asiáticos, los que más se repiten tienen marca de casa: Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipyard) y Astilleros Armón. Los separan veinte metros de distancia y ya suman siete contratos de este tipo –ocho, contando con un barco científico de porte pequeño que ensambla Rodman Polyships–, lo que apuntala al naval gallego como el principal polo global en este tipo de pedidos de última generación.

El último encargo tiene apenas unos días: bajo la dirección de los hermanos Guillermo y Marcos, el centenario Freire Shipyard acaba de firmar un buque de investigación para el Institut Français de Recherche pour l’Exploitation de la Mer (Ifremer, homólogo francés del Instituto Español de Oceanografía, IEO), según pudo constatar FARO, del grupo Prensa Ibérica, en fuentes del sector.

Esta institución está en fase de renovación de flota, con encargos asignados a firmas locales como Plasti Pêche y Chantiers Piriou. Dispone de 17 unidades operativas, entre embarcaciones de altura (Le Thalassa o Le Pourquoi pas?), costeras (como L’Antéa y Le Côtes de la Manche) y robots submarinos (como el Le Nautile, que puede bajar a 6.000 metros de profundidad). Por sus dimensiones –40 metros de eslora por 10 de manga–, el encargo asignado a Freire será un buque oceanográfico costero. El Ifremer cuenta con seis de estas características, si bien uno de ellos (construido en 2007) apenas alcanza los diez metros de eslora; los demás suman un promedio de más de treinta años de edad. El Thalia, por ejemplo, se ensambló en 1978 en Constructions Mécaniques de Normandie (CMM) Cherbourg. Su futura incorporación made in Vigo tendrá propulsión diésel-eléctrica.

Además de este último contrato, el oceanográfico número 12 de la trayectoria de Freire, el astillero avanza en la construcción del ya bautizado como David Packard, para el Monterey Bay Aquarium Research Institute (MBARI) norteamericano. En este caso, el buque fue adjudicado con un presupuesto de 50 millones de dólares y reemplazará al Western Flyer. Tiene 50 metros de eslora y 13 de manga y se entregará próximamente.

Hizo lo propio en los últimos meses con unidades ya emblemáticas como el BelgicaJaywun o Falkor Too, fruto de un refit integral sobre el Polar Queen. A excepción del Sarmiento de Gamboa, entregado en 2006 al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), todos los barcos de investigación ejecutados por Freire Shipyard fueron encargados por instituciones extranjeras.

Cartera 'Research'

Freire Shipyard: Continúa los trabajos de construcción del oceanográfico David Packard, para EE UU. El de Francia será el buque de investigación número 12 para el centenario astillero vigués.

Armón Vigo: Se acaba de adjudicar uno de 40 metros para el Gobierno de Azores. Tiene también en cartera barcos de este tipo para Países Bajos, Nueva Zelanda, Islandia y el español del IEO.

Rodman Polyships: El suyo es un buque de casi 20 metros de eslora para el Centro de Investigación Marina de la Universidad de Vigo. Utilizará un sistema híbrido de propulsión.

Pedidos del extranjero

Esta es una dinámica general, porque la mayoría de los pedidos del naval son para armadoras internacionales. La excepción es, ahora, el Odón de Buen, el oceanográfico adjudicado a Armón Vigo por parte del IEO. Este grupo, que ha colmado de actividad las gradas de la desaparecida Barreras en tiempo récord, aporta él solo cinco pedidos de investigación.

El último que se adjudicó será para el Gobierno de Azores, también de 40 metros de eslora como el del Ifremer, y licitado por la Direção Regional das Pescas de esta región lusa. Tendrá 11 metros de manga con capacidad para hasta 30 tripulantes, y reemplazará a una unidad (Arquipélago) de 25,4 metros fabricado hace tres décadas en Meira por Rodman Polyships, astillero del Grupo Rodman especializado en la construcción de embarcaciones de poliéster reforzado con fibra de vidrio.

Plano del buque proyectado por Azores, que construirá Armón. FDV

Con anterioridad, Armón Vigo firmó otro de 80 metros para Holanda –una adjudicación que reprobaron en la industria naval de Países Bajos–, además de uno de 70 metros para el Hafrannsóknastofnun islandés y el Kaharoa II, de 36 metros de eslora para el National Institute of Water and Atmospheric Research (NIWA) de Nueva Zelanda. En sus enormes instalaciones de Beiramar –son las de mayor capacidad de todo el país, tras asumir la unidad productiva de Barreras– complementa estos trabajos con el ferri Cap de Barbaria, a punto de ser entregado a Baleària, o el scalloper (pesca de vieiras) de 51 metros para Wanchese Argentinafilial de Cooke Inc, futura propietaria de Nueva Pescanova. Freire Shipyard, por su parte, compatibilizará la construcción de este oceanográfico francés con los últimos trabajos a bordo del mencionado David Packard, un boyero para Briggs Marine Enviromental Services y dos superyates de 111 y 107 metros de eslora.

El de los barcos de investigación es un nicho de mercado de vital importancia para la industria naval gallega, para el que ha demostrado su categoría a nivel mundial, por la carga de trabajo de última generación que lleva asociado cada pedido. Según el último informe del European Marine Board (EMB), la mayoría de los buques oceanográficos europeos tienen más de 30 años –el Magnus Heinason de las Feroe fue reemplazado con 42 de servicio–, por lo que deberían encarar ya sus últimas misiones. El hecho de que la investigación oceánica sea una prioridad para la Comisión Europea, con la asignación de fondos públicos para su renovación, aporta al naval de Vigo buenas perspectivas de futuro.

Vuelta a casa para el “C-724”

El “C-724”, ayer en la ría de Vigo. ALBA VILLAR

Pasaban las 12 del mediodía de este martes cuando la construcción 724 de Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipyard) abandonaba el dique seco de Metalships & Docks para volver al muelle de armamento de la curva de San Gregorio. En Teis fue sometido a trabajos de pintura en la obra viva, obra muerta y superestructura, aunque todavía no se han finalizado estos trabajos. El yate, de 111 metros de eslora, es el de mayor envergadura construido por el naval español.

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