La Unión Europea da un paso más en su objetivo de poner fin a su histórica dependencia del suministro de gas procedente de Rusia. Los países europeos lanzan ahora un nuevo sistema de compras conjuntas de gas como parte del escudo para reducir las importaciones de gas ruso en respuesta la invasión militar de Ucrania, tras las medidas para reducir el consumo, el llenado obligatorio de los almacenes o la búsqueda de países proveedores alternativos.

La Unión Europea ha activado esta semana el mecanismo de compras conjuntas de gas con el objetivo de celebrar la primera subasta el próximo mayo. La Comisión Europea ha puesto en marcha una plataforma digital, denominada AggregateEU, para aglutinar las peticiones de compra de gas y las ofertas de venta de las energéticas, para permitir un primer casado de oferta y demanda, y que servirá para poner en contacto a compradores y vendedores que posteriormente tendrán que negociar las condiciones concretas de precio del suministro.

Bruselas ha dado de plazo entre el 25 de abril y hasta el 3 de mayo a las compañías europeas interesadas en las compras conjuntas registrar en la plataforma sus ofertas de gas y sus peticiones de demanda, para posteriormente celebrar la primera subasta. Entre las empresas españolas que se han sumado al proceso de compras conjuntas figuran Naturgy, Endesa, Repsol, Cepsa o la filial española de Axpo, entre otros grupos, según confirman varias fuentes del sector energético.

Repsol, de hecho, tendrá un papel especial en el proceso, ya que figura en el listado de compañías europeas que han decidido participar en las futuras subastas con la condición de “compradores centrales”, según confirman los registros de Prisma, la compañía a la que Bruselas ha encargado la gestión de la plataforma online. Los compradores centrales tendrán un papel consistente en ejercer de representante de varias compañías pequeñas y aglutinar sus órdenes de compra de gas en un paquete conjunto. Axpo Iberia, por su parte, ejercerá como "agente intermediario", ofreciendo servicios a las empresas compradoras y vendedoras como el almacenamiento o el transporte del gas.

España no obliga a sus empresas

Los estados miembros de la UE están obligados a participar en el mecanismo europeo con un volumen mínimo de gas hasta fin de año. Cada país debe garantizar que sus empresas aportan al sistema de compras conjuntas el equivalente al 15% del nivel forzoso de llenado del 90% de la capacidad de sus almacenes que hay que alcanzar de cara al próximo invierno (esto es, el 14% de la capacidad total). En el caso de España, esa obligación implica que debe agregar a la oferta comunitaria un total de 4,8 teravatios hora (TWh) de gas de aquí al cierre de este año.

Cada país tiene que elegir de qué manera garantiza el cumplimiento de esa aportación mínima que marca Bruselas. Algunos estados, como Polonia, han optado por designar una lista de empresas que están obligadas a hacer pasar parte de su oferta de gas por el sistema europeo de compras conjuntas. El Gobierno español descarta forzar a las energéticas y a los grupos industriales españoles a participar en el mecanismo de compras conjuntas y establecerá obligación legal alguna, como adelantó El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica.

El Ejecutivo anticipa que “las compañías van a participar voluntariamente, de modo que no será necesario establecer ninguna obligación gal para cumplir el compromiso obligatorio de aportar un 15% del 90% de la capacidad española de almacenamiento de gas”, explican fuentes oficiales del Ministerio para la Transición Ecológica, que confirman haber mantenido contactos directos con las comercializadoras de gas y con los grandes consumidores industriales del país en que han constatado su interés en acudir a las compras conjuntas.

La Comisión Europea ha realizado una suerte de 'road show' por las capitales de los Veintisiete para explicar a las compañías interesadas los detalles técnicos del proceso. Hace dos semanas se celebró el encuentro en España, al que acudieron más de setenta empresas españolas entre energéticas y compañías industriales. En el caso español, entre las compañías nacionales participantes hay tanto potenciales compradores (comercializadoras e industrias) como vendedores (grupos energéticos que revenderán el gas a través del mecanismo comunitario).

España está llamada a jugar un papel relevante en el nuevo mecanismo, dado que en él participarán como punto de entrada potencial del gas comercializado todas sus plantas de regasificación (las que reciben y envían gas por barco). El mercado español cuenta con una amplia red de seis plantas regasificaciones que concentran un tercio de toda la capacidad de la UE.

El gas ruso, vetado

El objetivo fundamental es impulsar el recorte de las importaciones de gas ruso en toda Europa facilitando la diversificación de proveedores, con el foco puesto en consolidar el aumento de compras de gas procedente de países Estados Unidos, Argelia, Azerbaiyán o Noruega. Por este motivo el nuevo mecanismo comunitario prohíbe la participación de cualquier empresa con socios o con vínculos con Rusia y queda vetado directamente la comercialización de gas ruso en las compraventas, con el objetivo de asfixiar financieramente al Gobierno de VladÍmir Putin en plena guerra.

El nuevo sistema comunitario servirá para facilitar la firma de contratos de suministro a medio plazo, al hacer posible casar ofertas y demanda para periodos de entre uno y doce meses, con lo que servirá en principio para reducir los efectos de la volatilidad del mercado en parte del consumo y, de manera indirecta, puede tener también impacto en el precio general del mercado de gas.