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En Gijón

Arcelor tiene tres meses para decidir si invertirá la ayuda de 450 millones para fabricar acero verde

La empresa supedita a los costes energéticos la aceptación de las ayudas el Gobierno l Francisco Blanco promete la implicación de Industria

Instalaciones de Arcelor en Veriña. ÁNGEL GONZÁLEZ

La aprobación este martes por el Consejo de Ministros del real decreto que libera la concesión directa de ayudas públicas a ArcelorMittal por un importe de 450 millones para el proyecto de descarbonización parcial de su factoría de Veriña (Gijón) deja la decisión final en manos de la empresa, a cuyo comité de inversiones compete ahora dar su anuencia a una inversión que superará los 1.000 millones, según los planes anunciados por la multinacional siderúrgica en 2021.

El presidente de ArcelorMittal España, José Manuel Arias, señaló ayer que la compañía tiene que "leer el decreto y las condiciones que establece" antes de adoptar la decisión final: "Tenemos tres meses para presentar la documentación y aceptar la subvención para llevar acabo el proyecto", declaró en Avilés. "El proyecto de descarbonización tiene por objeto "generar la capacidad de fabricar acero verde", pero la inversión, alertó, también "debe ser económicamente sostenible y viable".

Para cumplir esta condición, la empresa está "inmersa" en "un trabajo conjunto con el Gobierno de la nación para ver cómo podemos asegurar que este proyecto sea sostenible, dada la volatilidad que tenemos de precios energéticos, y qué tipo de mecanismos podemos activar para asegurar que los parámetros que teníamos en el proyecto se pueden mantener. Tan pronto como esto esté definido, será el momento de ir adelante con el proyecto", agregó.

Gobierno y Principado. Por su parte, el secretario general del Ministerio de Industria, el gijonés Francisco Blanco, manifestó, antes de reunirse con la dirección de la multinacional, que "la ayuda ha sido aprobada y ahora hay un proceso en el que hay que solicitarla y aceptarla. Pero lo importante es que el proceso que correspondía al Estado finalizó y los fondos están disponibles para ayudar a la descarbonización de la siderurgia integral en España, a la reducción de las emisiones y a que siga habiendo una siderurgia verde, y que todo el resto de la actividad aguas abajo se desarrolle". "Se han puesto las bases para que esto sea posible, y hay que seguir trabajando", agregó.

Según Blanco, "todos sabemos que ahora mismo el mercado energético está muy tensionado y que es una dificultad añadida porque existen muchas oscilaciones, pero confío en que en estos tres meses, también con la ayuda del Gobierno español, podamos trabajar con ArcelorMittal para que todas estas incertidumbres desaparezcan y se pueda alumbrar este proyecto, que es fundamental y estratégico para Asturias y para España, porque tenemos muchos sectores, como automóvil y construcción, que también depende de esto. Y porque también va a ser un impulso enorme para la generación y distribución de hidrógeno con una empresa como ArcelorMittal".

Por su parte, el consejero de Industria del Principado, Enrique Fernández, se congratuló de la "buena noticia", que permitirá, dijo, que "Asturias sea de las primeras regiones del mundo en fabricar acero verde y que se haga con el combustible del futuro".

Proyecto. La subvención otorgada es la pactada por la compañía y el Gobierno de España en 2021 (aunque luego se barajó la cifra de 460 millones) y que hace mes y medio (el 17 de febrero) obtuvo la preceptiva autorización de la Comisión Europea tras un examen minucioso para descartar que pudieran contravenir los principios de libre mercado y restringir la competencia.

El Ministerio de Industria justificó este martes la concesión directa de las ayudas y sin concurrencia competitiva por su "carácter singular", dado que "el uso de hidrógeno de origen renovable a escala industrial es inexistente, sin que existan precedentes en España" y toda vez que "sólo hay una empresa candidata para hacerlo a gran escala".

Los 450 millones se han concedido con cargo al PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) de descarbonización industrial, dotado con 3.100 millones, y que se nutre de los fondos europeos de Próxima Generación.

Los recursos públicos otorgados a ArcelorMittal se destinan íntegramente al futuro horno de reducción directa de mineral de hierro (DRI) con el que pretende sustituir a fines de 2025, según el calendario inicial, al actual horno alto A de Gijón.

Este horno alto es uno de los que tiene la empresa y que actualmente está parado tras el incendio que sufrió el día 22.

El horno DRI es una de las dos grandes actuaciones comprometidas por Arcelor en su factoría de Veriña para reducir y tender a eliminar las emisiones de CO2, lo que es condición para garantizar el futuro de la actividad siderúrgica en Asturias en cumplimiento de los objetivos y exigencias comunitarias en materia de cambio climático. El Consejo y el Parlamento europeos pactaron el 18 de diciembre iniciar 2026 el proceso de reducción progresiva de los derechos gratuitos de emisión de CO2 que se conceden a la industria intensiva en consumo energético hasta su supresión definitiva en 2034.

De las dos plantas anunciadas para la fábrica gijonesa, la de DRI es la que lleva una tramitación más lenta. La otra, el nuevo horno de arco eléctrico que sustituirá a la actual acería de Veriña, acaba de recibir todas las autorizaciones ambientales. Esta planta, que ya ha obtenido ayudas públicas con cargo a otros programas, como los del Instituto de Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), será un horno híbrido porque podrá consumir chatarra como materia prima –al igual que otras instalaciones similares–y también los prerreducidos de hierro que producirá el DRI.

La aprobación de la ayuda pública por 450 millones era vital para que ArcelorMittal acometa su anunciada inversión milmillonaria, aunque su aprobación definitiva por la multinacional está también condicionada a alcanzar un acuerdo social con los sindicatos –la descarbonización, que conllevará mayores procesos de automatización, entrañará la pérdida de cerca de 1.000 de los 4.900 puestos de trabajo de la cabecera siderúrgica de Gijón y Avilés– y a condicionantes como el coste de la energía.

ArcelorMittal participa desde 2022 en el consorcio HyDeal, que producirá hidrógeno en Castilla y León mediante electrolisis con energía solar fotovoltaica para su suministro a la gran industria asturiana. Sin embargo, ArcelorMittal prevé seguir utilizando gas natural en una primera etapa hasta que esté asegurado el suministro de hidrógeno en volúmenes suficientes y a precio competitivo.

"Nuestra intención es clara: reparar el horno alto", afirma José Manuel Arias 

"Nuestra intención es clara: llevar a cabo la reparación" del horno alto siniestrado en Veriña el pasado día 22. Así de rotundo se expresó ayer el presidente de ArcelorMittal en España, José Manuel Arias, quien señaló que aún faltan varias semanas hasta que se conozca con exactitud el alcance de los daños y se pueda elaborar el proyecto de reforma.

Arias realizó estas declaraciones en el transcurso de un encuentro con el secretario general de Industria, el asturiano Francisco Blanco, y al que asistieron también otros miembros del comité de dirección de la compañía, como Stefan Van Campe, director de Operaciones de Cabecera, y Pablo Avello, director de Operaciones de Acabados.

El secretario general de Industria explicó que quiso aprovechar estos días de estancia en Asturias para "conocer de primera mano cuál es la situación tras el incendio del horno alto". Y expresó la "tranquilidad" que supone para el Gobierno de la nación que "exista la voluntad clara por parte de ArcelorMittal de diagnosticar exactamente el alcance de la avería, las dimensiones de la reparación y hacer el proyecto, porque existe voluntad de acometer la reforma". También reiteró "todo el apoyo del Gobierno y nuestro compromiso con el proyecto" de la multinacional.

Por la izquierda, Pablo Avello, Francisco Blanco, José Manuel Arias y Stefan Van Campe, en las instalaciones del centro de I+D de ArcelorMittal. M. F.

El presidente en España de la multinacional siderúrgica señaló que el plan de descarbonización de la compañía para Asturias y la decisión que se adopte sobre la reparación o no del horno alto "es completamente independiente" y remarcó que la intención es abordar la reparación. "En unos días empezaremos a hacer la apertura de la coraza, y hay que sacar la carga que hay en el horno. Tardaremos un par de semanas como mínimo, para acceder y poder ver cómo está el refractario. En función de lo que se vea, definiremos el tipo de reparación que tenemos que llevar a cabo", señaló José Manuel Arias.

Eso sí, insistió en que "tenemos claro que debemos hacer una reparación que nos permita arrancar el horno en condiciones de seguridad y de sostenibilidad. Por eso queremos ser prudentes. Hay que entrar, analizar y de forma concienzuda ver cuál es la solución".

Respecto de los anuncios de convocatorias de movilizaciones, Arias pidió que "hay una fecha de anuncio, pero hay muchos días hasta entonces. Dejaría a los interlocutores que sigan con su trabajo".

Francisco Blanco habló en plural, como Gobierno, para remarcar que "estamos preocupados por la situación y la repercusión del accidente en el empleo, y por eso queremos conocer de primera mano la situación y los planes de la compañía". De ahí que la voluntad de reparar el horno "nos tranquiliza, por la enorme repercusión que tiene para las plantas de ArcelorMittal en Asturias y en el conjunto del país".

El responsable de Industria fue prudente, pero señaló que cuando se conozca el alcance de los daños será cuando puedan tomar una decisión definitiva y ofrecer un calendario, que todos estamos expectantes".

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