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Crisis bancaria

¿Se puede comparar la caída del Silicon Valley Bank con la de Lehman Brothers?

El problema del banco quebrado fue destinar depósitos de sus clientes a la compra de deuda pública a largo plazo, cuyo valor se ha desplomado

La caída de Lehman Brothers en 2008, que desencadenó la mayor crisis financiera desde el 'crash' de 1929.

Tras la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y la de Signature Bank, la pregunta es si todo ello, con el consiguiente efecto que ha tenido en los mercados, se puede comparar con la caída de Lehman Brothers en 2008, que desencadenó la mayor crisis financiera desde el 'crash' de 1929. Los analistas no ven que sean situaciones similares, una con origen en hipotecas basura; y otra en un banco de nicho entre un EEUU con un sector financiero más desregulado que el europeo. Pero las crisis financieras pueden tener derivadas imprevistas.

1. ¿Se viven las mismas circunstancias que en 2008?

Antes de la caída de Lehman Brothers (en realidad no era lo que se entiende por un banco sino más parecido a lo que en Europa es una sociedad de valores) en 2008 hubo algunos avisos y señales un año antes, como la debacle de otros bancos. Pero la verdadera cara y proporción de esa crisis comenzó con la intervención pública de las agencias Freddie Mac y Fannie Mae que controlaban la mitad del mercado hipotecario de EEUU, o el rescate del banco de inversión Bear Stearns, vendido luego a precio de saldo a JP Morgan Chase. Los acontecimientos se precipitaron con la bancarrota de Lehman Brothers, a la que Washington decidió no rescatar; Bank of America compró Merril Lynch, otro de los gigantes de la banca de inversión y inyección de capital público en el gigante asegurador American International Group (AIG). El Congreso de EEUU acabó avalando una inyección al sistema por unos 700.000 millones de dólares, aún bajo el mandato de George Bush en la Casa Blanca para 'comerse' la mala deuda de Wall Street a cambio de entrar en el capital de las entidades, que luego fueron devolviendo el dinero. Con ello culminó una etapa de troceamiento de riesgos que acabó contagiando a todo el sistema financiero mundial a través de paquetes de activos que escondían valores-basura con el sello de buena calificación crediticia.

2. ¿Tiene el mismo origen la caída del SVB?

En 2008 el problema fue el estallido de la burbuja de las hipotecas 'subprime', mediante el que las entidades, al empaquetar y vender el riesgo hipotecario se olvidaban del control de riesgos y colocaban préstamos para la compra de viviendas a colectivos para los que algunos autores como el profesor retirado Leopoldo Abadía, acuñó el término 'ninjas' procedente del otro lado del Atlántico: 'no income', 'no jobs', 'no assets' (sin ingresos, sin empleo, sin activos). Las agencias de calificación de riesgos, incentivadas por unas comisiones que eran más voluminosas cuantos más paquetes de activos se valoraban, avalaban unos activos con carga tóxica.

Ahora el problema ha radicado en la estrategia de SVB, un banco poco diversificado y muy de nicho (especializado en el sector tecnológico y las 'startups'), de destinar los depósitos de sus clientes a la compra de deuda pública a largo plazo –fundamentalmente bonos del Tesoro de EEUU–, cuyo valor se ha desplomado desde que la Reserva Federal comenzó a subir los tipos de interés. Y es que la relación entre el precio y la rentabilidad en la renta fija es inversa, es decir si suben los tipos de interés baja el precio y a la inversa. Al haberse adquirido a precios más elevados, con la caída de la cotización, los bonos que esta y otras entidades tienen en sus balances pierden valor. Pero esas pérdidas no se materializan si no se realizan. Y es lo que sucedió al SVB, que tuvo que deshacerse de estos títulos para intentar frenar la retirada masiva de depósitos de sus clientes por problemas reputacionales. Los rumores propagados por las firmas de capital riesgo de que el balance del SVB no reflejaba la realidad desató la estampida que se ha llevado por delante a la entidad. Al final los reguladores optaron por cerrar el banco y cubrir los depósitos de los clientes, en su mayoría vinculados al sector tecnológico. Las autoridades, con la Fed delante, analizan qué ha fallado y garantizan los depósitos, ya que más del 90% no lo estaban. Los expertos afirman que la debacle es consecuencia de la laxitud regulatoria para bancos medianos y regionales bajo la presidencia de Donald Triump, que ha impedido detectar los problemas de SVB y del también intervenido Signature Bank con antelación. El objetivo ahora es frenar un contagio generalizado que, de momento, afecta a entidades medianas de EEUU.

3. ¿Cuál es el temor ahora?

Es prematuro aún determinar el grado de contagio, pero en el sector financiero se teme ya que la banca de todo el mundo, incluida la española, ha adquirido enormes volúmenes de deuda pública en los últimos años, precisamente intentando mantener una política conservadora, distinta de la de 2008. Y todo ello ha trasladado el riesgo soberano a sus balances. En caso de sufrir problemas de confianza no tendrían más remedio que emular a SVB: ampliar capital y vender activos, entre los que se incluyen unos bonos que han perdido valor. De ahí nace la desconfianza. En todo caso en la banca española, el 77% de la cartera de deuda pública se mantiene hasta el vencimiento, lo cual es muy distinto que cuando está disponible para la venta, que sí afloraría pérdidas, y que es lo que ha pasado con el banco de EEUU, explica en un informe Alantra Equities. También las autoridades de la zona del euro y la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, se han apresurado a descartar cualquier contagio y destacan la fortaleza y solvencia de la banca continental. En todo caso las posibilidades de contagio dependen de la dimensión y la duración de la crisis en EEUU, explican los analistas.

4. ¿Tendrán que variar su estrategia la Fed y el BCE?

Una de las grandes incógnitas es saber hasta qué punto este terremoto hará a la Reserva Federal y al Banco Central Europeo (BCE) replantearse su estrategia y realizar una pausa en el endurecimiento de la política monetaria para combatir la inflación. En el caso de la zona euro, los analistas no tienen tan claro que que el BCE tenga que variar de política para combatir la inflación, es decir seguir subiendo los tipos de interés porque los bancos europeos y los españoles tienen un elevado nivel de liquidez conseguido por la política de barra libre para hacer frente al impacto de la pandemia. Esta variable es, por ejemplo, la que les incentiva muy poco a aumentar la retribución de los depósitos a pesar de la subida delos tipos de interés que sí están encareciendo las hipotecas a tipo variable.

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