Los futuros jubilados podrán escoger entre mantener el actual periodo de cómputo de 25 años o ampliarlo a 29 años y descontarlos los peores 24 meses de cotización para calcular su pensión. Así lo ha acordado el PSOE con Unidas Podemos, desencallando así el principal escollo entre los socios de la coalición de cara a la última fase de la reforma de pensiones. Este viernes el equipo del ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, presentará esta propuesta a patronal y sindicatos para tratar de lograr su apoyo.

Escrivá ha ido modulando su propuesta de alteración de periodo de cómputo para tratar de lograr los apoyos necesarios y que esta pudiera salir adelante. Actualmente, cuando un trabajador decide jubilarse, su pensión se calcula en base a los últimos 25 años cotizados. Esta cifra ha ido cambiando con el tiempo, ampliándose hasta cada vez cubrir un mayor periodo de vida laboral.

Y es que, hasta ahora, los últimos años de carrera profesional suelen ser los que mejor sueldo tienen los trabajadores y ello provoca que cuantos menos años se tengan en cuenta, mayor pensión les quede. La última reforma de pensiones del PSOE, aprobada en 2011 en los últimos coletazos del segundo mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, se amplió de 15 a 25 años el periodo de cómputo, lo que representó un recorte de pensión para gran parte del colectivo.

Choque dentro de la coalición

Escrivá, en su actual reforma, llegó a plantear un incremento desde los actuales 25 años a 35 años, si bien el choque dentro de la coalición hizo que desestimara esa opción. La segunda propuesta que planteó fue elevar de los actuales 25 a 30 años, aunque con la posibilidad de desechar un total de 24 mensualidades y perjudicar menos a parte de los futuros pensionistas.

Esta opción tampoco gustó ni a sus socios de Gobierno ni a los sindicatos, ya que no estaban dispuestos a avalar una mejora para parte del colectivo, pero un perjuicio para otra parte. Y, tras negociar durante semanas con la Comisión Europea, Escrivá ha logrado el apoyo para modular su propuesta, aunque ello sea a costa de aumentar el gasto a cuenta de la Seguridad Social.

El vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Fernando Luján, a su llegada a una reunión con los agentes sociales, en la sede del Ministerio. JOSE LUIS ROCA

Según pretende, los futuros jubilados podrán escoger entre seguir con los actuales 25 últimos años de cotización o subir a 29 años y descontarse dos. Lo que está pensado para aquellas personas con carreras laborales menos estables. Por ejemplo, un trabajador que tenía un buen sueldo pero que a los 62 años es despedido en un ere y los últimos cinco años de vida laboral carece de ingresos laborales. A este, probablemente, le interesa más la segunda modalidad y si hubiera mantenido su empleo le interesaría más la primera.

Mesa de diálogo social

Esta será una de las propuestas que Inclusión detalle a patronal y sindicatos en la reunión de la mesa de diálogo social convocada a las 12.30 de hoy y en la que esperan avanzar en un acuerdo al menos con la parte sindical.

Inclusión llega a la reunión tras haber logrado pactar el perímetro de negociación con la Comisión Europea y tener avanzado el pacto en el plano político.

Anoche, en declaraciones en la Cadena Ser, la secretaria de Organización de Podemos y secretaria de Estado para la Agenda 2030, Lilith Verstrynge, confío en cerrar un acuerdo sobre la reforma de forma inminente. "Creo que sería una buena noticia", añadió.

Este último bloque de la reforma de pensiones forma parte de los hitos comprometidos con España para el desembolso del cuarto pago de los Fondos Next Generation.

En el calendario estaba previsto cumplir con esta reforma a finales de 2022 pero la complejidad de las negociaciones "a tres bandas", Bruselas, socios de Gobierno y sindicatos y patronal, ha dilatado los plazos.