España, Francia y Portugal pactaron impulsar el primer gran corredor de hidrógeno de la Unión Europea y posteriormente han sumado a la iniciativa también a Alemania. Un proyecto faraónico, denominado H2Med y con inversiones previstas de casi 2.500 millones de euros, que pretende ser clave para apuntalar la revolución del hidrógeno renovable para ir sustituyendo el gas natural en sectores económicos que tienen difícil o imposible su electrificación.

Ahora los tres países dan un paso más y han sellado una alianza para crear la tecnología necesaria para transformar sus actuales redes de gas natural y poder utilizarlas para transportar en el futuro hidrógeno, a pesar del choque de las últimas semanas entre Madrid y París sobre qué tipos de hidrógeno se merecen la etiqueta ‘verde’ de la Unión Europea y que está llegando a amenazar el futuro del H2Med.

Los operadores de los sistemas gasistas de España (Enagás), de Francia (GRTgaz y Teréga) y Portugal (REN) se alían para poner en marcha la iniciativa Green2TSO para allanar su reconversión de gestores de las redes de gasoductos de sus países (TSO) a nuevos operadores de las futuras redes de hidrógeno (HNO). El proyecto busca incorporar nuevas tecnologías para acelerar el desarrollo del hidrógeno en la red de transporte europea con el respaldo de la Comisión Europea, que ya ha aprobado cofinanciar uno de los proyectos que preparan los tres países.

Arturo Gonzalo, Consejero Delegado de Enagás; Thierry Trouvé, Consejero Delegado de GRTgaz; Rodrigo Costa, Presidente y Consejero Delegado de REN; y Dominique Mockly, Presidente y Consejero Delegado de Teréga

El consorcio Green2TSO llevará a cabo proyectos piloto, ensayos de tecnología y otras actividades para acelerar la transformación de la red de gas natural, mediante iniciativas de innovación abierta y la cooperación entre países. Los ámbitos tecnológicos prioritarios serán el desarrollo de sistema de medición de hidrógeno, la compresión y el almacenamiento en superficie, así como las alternativas de revestimiento y limpieza de los gasoductos.

“La colaboración de los TSO también en el ámbito de la innovación es crucial para el desarrollo de la infraestructura de gases renovables en Europa”, apunta el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo. “Este acuerdo encaja a la perfección con el objetivo común de la Unión Europea de descarbonizar la economía y avanzar en la independencia energética, tal y como se recoge en la estrategia europea REPowerEU”, explica el ejecutivo, subrayando que “iniciativas como esta reforzarán las capacidades necesarias para el desarrollo de las actividades de Hydrogen Network Operator (HNO)”.

Choque por el H2MED

En las última semanas las diferencias entre España y Francia por qué tipo de hidrógeno puede considerarse verde ha hecho que ambas partes a elevaran el tono y la disputa se convirtiera en choque abierto. España busca que el choque con Francia por las diferentes visiones sobre las etiquetas del hidrógeno pase factura al futuro del H2Med, y el Gobierno niega con contundencia que el desencuentro ponga en peligro el proyecto.

La Comisión Europea ha propuesto que al menos parte del hidrógeno que se produce utilizando energía procedente de centrales nucleares sea considerado con una etiqueta análoga al hidrógeno generado con energías renovables, apoyando así las tesis de Francia, la mayor potencia nuclear de la UE. Una postura inicial de Bruselas -que aún deben respaldar los Veintisiete y la Eurocámara para ser oficial- a la que se opone con firmeza el Gobierno español, que rechaza regalar la vitola de verde a una energía que no lo es.

El problema es que la intensidad de la presión del Gobierno francés para que la UE iguale las condiciones del hidrógeno renovable y el nuclear llega hasta a amenazar con seguir adelante con el H2Med. Un corredor que inicialmente está planteado para llevar hidrógeno de la Península Ibérica hacia Europa y los estudios técnicos hechos públicos no contemplaban el sentido inverso para mandar hidrógeno de Europa hacia España. Pero Francia, en pleno choque por el color del hidrógeno y la etiqueta de sostenible que reparte la UE, advierte ahora de que el corredor debe poder utilizarse también para mandar su hidrógeno -producido con la electricidad de sus reactores nucleares- hacia España, según adelantó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica.

Aunque el proyecto remitido a la Comisión Europea para que obtener fondos europeos sólo contempla el envío de hidrógeno de España a Francia y no al revés, Enagás reconoce que el diseño técnico del futuro hidroducto buscará asegurar que el tubo sea apto para el flujo bidireccional como pide Francia, aunque de momento no se contempla instalar un compresor en Marsella para hacer posible el envío de hidrógeno desde allí hacia Barcelona. Será factible que el hidrógeno fluya en ambos sentidos, pero al menos hasta ahora sólo se prevé que sea España quien lo envíe hacia Europa.