Enagás vuelve a recortar su beneficio en el año de la guerra y en el segundo de crisis energética pese al boom de actividad, y formalmente se queda por debajo de sus objetivos a la espera de cerrar en los próximos meses la venta de un gasoducto en México. El gestor del sistema gasista y de la red de gasoductos de España registró un beneficio neto de 375,8 millones de euros, un 6,9% menos que el año anterior a pesar del récord de exportaciones de gas. La meta de la compañía era alcanzar entre 380 o 390 millones, incluyendo ya el impacto de la desinversión que aún no se ha materializado y que generará unas plusvalías de unos 40 millones.

Los resultados sí que recogen los impactos positivos de otras ventas de activos, como la inyección por desinversión de su participación en GNL Quintero por 205 millones (incluyendo un impuesto asociado a la repatriación de la caja por 44 millones) y la plusvalía de 50,4 millones por la venta de un 30% de la filial Enagás Renovable. Por el contrario, las cuentas también recogen un golpe de 133,8 millones por el deterioro del valor de su participación en la estadounidense Tallgrass Energy.

El grupo, comandado por el CEO Arturo Gonzalo Aizpiri, maneja unas previsiones para este año que contempla una nueva caída del beneficio neto, hasta los 310 y los 320 millones de euros (con un descenso de entre el 15 y el 17%), a pesar de incluir en las cuentas de este ejercicio la plusvalía de 40 millones de la venta de Morelos. También calcula que caerá la el resultado bruto de explotación hasta los 770 millones (uno 3,4% menos) y un aumento de la deuda hasta 3.700 millones (un 22% más). A pesar de la rebaja de expectativas, la compañía mantendrá el dividendo y propondrá repartir 1,74 euros por acción con cargo a las cuentas de 2023, frente a los 1,72 euros por título de 2022.

La compañía, que ha sido clave para garantizar la seguridad suministro y ha registrado un boom de actividad en plena crisis, sufre otro año los efectos del nuevo marco retributivo establecido hasta 2026 por la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), y que supone un fuerte recorte de los ingresos regulados del grupo por la gestión de los gasoductos y las plantas de regasificación españolas. Enagás alcanzó una facturación de 970 millones de euros, un 2,1% menos, con una pérdida de 45 millones de ingresos regulados por el nuevo marco legal.

El resultado bruto de explotación (ebitda) alcanzó los 797,4 millones de euros, con un descenso del 10,9%. Este resultado ha sido posible, según explica la firma, gracias a la efectividad del plan de eficiencia en gastos implantado para minimizar el impacto de la inflación en los costes gestionables. La compañía ha subrayado además que gracias a la intensificación de su plan de eficiencia los gastos operativos recurrentes aumentaron en 2022 aproximadamente un 4% respecto a 2021, de acuerdo con el objetivo establecido en el plan estratégico. Enagás espera que los costes recurrentes permanezcan estables en el ejercicio 2023.

Boom de actividad

“En un año de gran volatilidad en los mercados energéticos, el Sistema Gasista Español ha funcionado con una disponibilidad del 100% las 24 horas, todos los días del año y las infraestructuras de Enagás han sido clave para la seguridad de suministro de España y de la Unión Europea”, subraya el grupo, que ha sido protagonista al gestionar las infraestructuras que han hecho posible que España sea un gran hub de compra y reexportación de gas natural licuado (GNL) -el que viene por barco- durante el año pasado.

La demanda total de gas en España se incrementó un 4,4%. Una demanda que incluye tanto el consumo nacional (que bajó) como las exportaciones a Europa (que se dispararon en plena crisis)., Las reexportaciones de gas natural a través de conexiones internacionales y recargas de buques de GNL que aumentaron 90%, hasta alcanzar los 68.000 gigavatios hora (GWh).

Mientras que la demanda de gas convencional, que representa el consumo de hogares y empresas, descendió un 21,4% por la subida de precios, la ralentización económica y las medidas de ahorro, el consumo de gas para generar electricidad se disparó un 52,7%, impulsado por el envío desorbitado de electricidad a Francia y Portugal para garantizar su suministro.

Las recargas de buques de GNL desde las terminales españolas aumentaron un 45%, situándose en el tercer mayor valor histórico y apoyando con ello la cobertura del mercado de gas y al llenado de almacenamientos subterráneos en el resto de Europa. De las recargas realizadas en plantas españolas, destacan como principales destinos Italia y Alemania. “Ante la situación geopolítica, el Sistema Gasista Español se ha posicionado como un punto de entrada de aprovisionamiento a Europa, gracias al elevado potencial en el ámbito de las plantas de regasificación de Enagás”, presume el grupo.  

Menos deuda

Los flujos operativos de caja y la deuda han evolucionado mejor que las proyecciones del Plan Estratégico de la compañía y cumplen con lo previsto para el ejercicio. La cifra del flujo de caja operativo fue de 847,4 millones de euros, lo que supone un aumento del 14,5%, gracias especialmente a los dividendos recibidos de las sociedades participadas y al incremento del capital circulante por la alta utilización de las infraestructuras del sistema gasista español, especialmente las plantas de regasificación.

La deuda neta de Enagás en 2022 se ha reducido hasta los 3.467 millones de euros, con un descenso del 19% (808 millones de euros), principalmente por la alta generación de caja, la desinversión en GNL Quintero y el buen comportamiento del capital circulante. La deuda está cubierta a tipo fijo en más de un 80%, lo que permite mitigar el impacto de la volatilidad de los tipos de interés.