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15 años del corredor ferroviario

Barcelona-Madrid en tren: ¿Cuál es la mejor opción de alta velocidad?

Todo empezó con el eficiente AVE, pero los viajeros disponen ahora de otras tres alternativas, desde la económica y bulliciosa de Ouigo y AVLO hasta la competitiva y cómoda de Iryo

Un AVE y un Iryo, uno al lado del otro, en los andenes de la estación de Sants con destino a Madrid, el martes. Ferran Nadeu

Es curioso cómo, según donde estemos, nos comportamos de un modo o de otro. En el AVE, por ejemplo, suele reinar el silencio y rara es la ocasión, aunque claro que sucede, en que un viajero se desmelena. En el AVLO el ambiente es mucho más distendido; hay risas y un tono más jacarandoso. Luego están los nuevos, Ouigo Iryo, en los que también hay ecosistemas particulares. La alta velocidad entre Barcelona y Madrid cumple 15 años y este diario se ha subido a los cuatro trenes que cubren el trazado para convertir sus diferencias en la crónica que aquí sigue. Pero antes vale la pena destacar lo que los une, que es al mismo tiempo lo que peor lleva su competidor aéreo: la puntualidad. Todos llegan y salen a la hora prevista, sin sobresaltos, que por supuesto que los hay pero por suerte son anecdóticos.

Una familia se fotografía antes de subir al Ouigo con destino a Madrid, el martes. Ferran Nadeu

Hablaremos de los asientos, la bandeja, los pasillos, los baños, los techos, las puertas, los billetes, la información, los extras. Y el café, porque un buen café solo puede llevar a cosas buenas. Pero si ese fuera el filtro definitivo, ya les avanzamos que casi mejor ir andando. No entraremos en muchos detalles sobre el tipo de tarifa.

Cogeremos la que usa la mayoría, la estándar, sin lujos pero tampoco sin ver el partido desde la altura del último foco. El Iryo, por cierto, es el único de capital privado, puesto que el Ouigo pertenece a la empresa estatal francesa SNCF, la Renfe allende los Pirineos.

El asiento de piel de Iryo, en un tren de alta velocidad camino de Barcelona desde Madrid. CARLOS MÁRQUEZ DANIEL

Si tomamos la reflexión inicial como guía, las ofertas pueden dividirse en dos: las más espléndidas y tranquilas (Iryo y AVE) y las más asequibles y vivarachas (AVLO y Ouigo). Es cierto, y debe quedar constancia, que por el efecto novedad, los últimos en llegar lanzan precios más bajos que el nivel superior de Renfe. Veremos cómo avanza la cosa conforme la demanda se estabilice.

Todos enchufados

Todas las butacas son cómodas; solventes. Quizás la del AVLO resulte algo más dura; pero sin excepción, son anchas y no hay conflicto con el vecino. Piel en el AVE e Iryo, tela en el AVLO y una suerte de moqueta sintética en el Ouigo. Los compartimentos superiores son muy espaciosos en el AVE y el AVLO, suficientes en el Iryo y algo raquíticos en el Ouigo. La bandeja para colocar el ordenador es inmensa en el AVLO y apta en el resto. Si quieren enchufe, sobrados en las cuatro ofertas. Para las maletas grandes, en todos los casos, han lugares reservados.

Un AVLO, la alta velocidad 'low cost' de Renfe, en Sants, el pasado martes. FERRAN NADEU

Vamos con el wifi. En las dos opciones públicas (AVE y AVLO) se incluye el paquete Renfe Play que permite acceder gratis a internet y disfrutar de una amplia gama de 40 películas, 28 series y 10 programas infantiles, además de juegos, prensa y música. Iryo, también libre de pago, tiene una paleta audiovisual muy inferior, pero tampoco esto es un vuelo transoceánico.

La cisterna

En Ouigo hay que abonarlo a parte (wifi a tres euros, pelis a cinco), un detalle que trae a la memoria lo que ya sucede en el 'low cost' aéreo con muchos otros servicios. La navegación con el móvil es desesperante y mejora mucho con la red del tren. Es habitual ver gente trabajando en los vagones. Más en el AVE y el Iryo, y menos en el AVLO y, sobre todo, en el Ouigo, donde abundan grupos que juegan a cartas.

Los avisos se realizan en castellano e inglés en Iryo y Ouigo, mientras que el AVE y el AVLO incorporan el catalán. Todos tienen bar menos el AVLO, que lo substituye por una máquina de 'vending' que tanto te dispensa un cortado como unos 'conguitos'. ¿Toallita hidroalcohólica? Solo en el AVE.

En cuanto a los baños, todos aparentan limpieza, pero siempre es mejor subirse a un convoy con la obra mayor descargada en casa. En cuanto al tamaño, más amplio en el AVE y el Iryo, y de dimensiones de avión en los otros dos, con esa cisterna aspirador -en todos los casos- que parece que te absorbe el alma.

Bar del AVE. Café y bocata junto al desfibrilador. CARLOS MÁRQUEZ DANIEL

Las puertas se abren de manera automática en tres de las cuatro alternativas. Solo en Ouigo hay que ir pulsando para poder saltar de vagón a vagón. El tren francés, por cierto, es el único con dos pisos, lo que puede generar un cierto agobio porque los techos son más bajos. Tanto en este como en el AVLO, da un poco la sensación de estar en un Rodalies, pero circulando a casi 300 km/h y, es cierto, sin las estrecheces de la red de cercanías. La presencia de más maletas, las conversaciones más animadas y el movimiento constante de personal recuerdan el alboroto habitual en los trayectos cortos.

El bar

El AVE y el Iryo, en cambio, evocan el ambiente de un avión, con el pasaje en pie solo para ir al baño o al bar. En la oferta gastronómica, el tren de raíz italiana es el que ofrece más variedad. Además de los previsibles bocadillos y la pastelería, propone tapas (albóndigas ibéricas, pincho de tortillas) y embutidos.

Cerramos con el elemento en el que todos coinciden: la puntualidad. Todos salen a la hora exacta (o un minuto más tarde) y todos llegan a destino entre uno y tres minutos antes de lo previsto. En ambos casos, y ahí reside otro punto en común que les distingue del avión, los viajeros aparecen en el centro de una gran ciudad. Y un último elemento universal: ningún de las empresas solicita el DNI en el control de pasajes para comprobar que la persona que aparece en el billete es la misma que está a punto de subirse al tren.

El bar del tren de alta velocidad de Ouigo, camino de Madrid, el miércoles. CARLOS MÁRQUEZ DANIEL

¿Pero cuál es entonces la mejor alternativa para viajar en alta velocidad entre Barcelona y Madrid? Pues sin ánimo de ser gallegos, depende. Porque puede que ustedes den mucha importancia al precio, y entonces su patio es el de AVLO o Ouigo, pero quizás su prioridad sea la tranquilidad y la comodidad, y entonces su parcela es la del AVE o Iryo. Entrarán en juego otros factores, como el hecho de apostar, o no, por una empresa pública nacional (Renfe); el deseo de coincidir, o no, con turistas y familias (más habituales en el AVLO y Ouigo); la voluntad de tener servicios premium que encarecen la tarifa (ahí destacan AVE e Iryo), o la necesidad de disponer de más frecuencias (por ahora, AVE). Una última cosa: las orejas se taponan en todos los trenes.

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