Durante el último año toda Europa ha estado maniobrando para garantizar el suministro de gas natural, al tiempo que reducía la enorme dependencia de Rusia. En plena crisis energética, en plena convulsión de los mercados al calor de la guerra en Ucrania, todos los países europeos se han lanzado a buscar alternativas para blindar su seguridad energética y para llenar sus almacenes para asegurarse un escudo frente al pulso del Kremlin.

Desde antes de la invasión militar de Ucrania ordenada por Vladímir Putin, el Gobierno español y el propio sector energético nacional han venido subrayando con contundencia que España tenía plena garantías de suministro por su baja dependencia del gas ruso, por la diversificación de sus países proveedores y por el enorme parque de plantas de regasificación (concentrando un tercio de toda la capacidad de la UE) que le permitía disparar las llegadas de gas por barco.

En plena sacudida de los mercados y del sector, Naturgy, el mayor operador gasista del mercado español, saca pecho y destaca su papel estratégico durante la crisis energética para garantizar plenamente la seguridad de suministro energético del país. Y es que más de un tercio de todas las importaciones de gas llegadas a España durante 2022 fueron canalizadas directamente a través de la antigua Gas Natural Fenosa.

Durante el año pasado, España compró en el exterior un total de 446.200 gigavatios hora (GWh) de gas, con un incremento del 7,4% en relación al ejercicio anterior, según los registros de la Corporación de Reservas Estratégicas (Cores). Naturgy realizó importaciones de gas que llegaron a España por un total de casi 159.000 GWh, concentrando un 35,6% de todo el gas recibido por el país en el año de la guerra.

"Papel esencial"

“Naturgy ha dado todo lo que podía para garantizar el suministro energético de España”, subrayó este miércoles Francisco Reynés, presidente del grupo energético, en un encuentro con la prensa con motivo de la presentación de las cuentas del ejercicio 2022, en el que registró un beneficio récord de 1.649 millones de euros, casi un 36% más. “Hemos tenido un papel esencial”.

Naturgy canalizó durante el pasado año un 52% de todo el volumen de gas que llegó a través de gasoducto. De los 128.000 GWh recibidos, algo más de 66.000 GWh se concentraron en operaciones de la compañía, a pesar del cierre a finales de 2021 de uno de los dos corredores que conectan con Argelia.

Y el grupo también copó un 29% de todo el negocio de importación de gas natural licuado (GNL), el que viene por barco, en un momento récord para este tipo de comercio (el 71% de todas las importaciones de España llegan en buques metaneros). Del total de 318.000 GWh recibidos en el mercado español, más de 92.000 GWh fueron órdenes de compra de Naturgy.

No obstante, no todo el gas importado por España acaba siendo consumido en el mercado nacional. De hecho, el año pasado el consumo de gas en el país descendió un 3,7% por la ralentización de la demanda y por las medidas de ahorro impulsadas por el Gobierno y la UE, hasta los 364.425 GWh. Y una parte sustancial del gas que llega al mercado español es posteriormente revendido. El año pasado las exportaciones ascendieron a 68.200 GWh, con un aumento disparado del 90%.

“No sólo hemos contribuido a que no faltara gas en España, también lo hemos hecho para que no faltara electricidad”, sentenció Reynés. Y es que la compañía disparó un 56% la producción de sus centrales de gas para producir electricidad en los momentos en que la baja aportación de las renovables por falta de viento o de las hidráulicas por la sequía, y con las exportaciones de luz a Francia y Portugal también disparadas en plena crisis.

Argelia y Rusia

Argelia ha sido durante más de medio siglo el principal proveedor de gas de España, hasta el año pasado en que fue sustituida por Estados Unidos como mayor vendedor. Un vuelco histórico producido por la decisión unilateral de Argel de cerrar en octubre de 2021 uno de los dos gasoductos en octubre, el que pasaba por Marruecos, por sus malas relaciones con Rabat a cuenta del Sáhara Occidental.

Algo más de la mitad del gas que viene por tubo desde Argelia a través del único gasoducto ahora operativo, el Medgaz, son compras realizadas por Naturgy. La compañía española está renegociando ahora con el gigante estatal argelino Sonatrach el precio de venta del gas para este año y para el siguiente, después de pactar el pasado octubre una subida de las tarifas con carácter retroactivo para todo 2022.

La renegociación entre Naturgy y Sonatrach se produce en un momento de choque diplomático entre Argelia y España por el cambio de posición del Gobierno de Pedro Sánchez sobre el Sáhara Occidental y su respaldo a la solución autonomista defendida por Marruecos. A pesar del bloqueo impuesto por Argel a las relaciones comerciales con España (del que quedan fuera del veto los productos energéticos) y la aparente facilidad con que Argelia está llegando a acuerdos para ampliar los contratos de suministro con otros países, como Italia, Naturgy descarta que la crisis diplomática esté suponiendo un obstáculo en su relación con el socio argelino.

“La relación con Sonatrach no peligra, sino que es una relación excelente”, sentenció Reynés. Una relación especial, diferente a la que tienen otros grupos energéticos internacionales, porque Sonatrach es accionista de Naturgy (con un 4,1% del capital), porque ambos son socios en el gasoducto Medgaz (la argelina con un 51% y la española con un 49%) y porque el grupo con sede en Madrid lleva más de 25 años como comprador de gas argelino y ahora le une un contrato de suministro tras 2030. “Es bastante difícil pensar que tenemos mala relación”.

El presidente de Reynes anticipó que “no va a ser una negociación fácil la de 2023, como no lo fue la de 2022” para pactar un nuevo precio del gas suministrado, a razón de unos 5.000 millones de metros cúbicos de gas (5 bcm) cada año, aproximadamente la mitad de la capacidad total de transporte de Medgaz. “Se impondrá la razón para mantener esta relación comercial, industrial y financiera” con Sonatrach y con Argelia.

Entre las medidas para rebajar la dependencia del gas ruso y para cortar los ingresos del Kremlin para financiar la guerra en Ucrania, la UE no ha incluido de momento el bloqueo de las compras de gas. Y Naturgy sigue recibiendo gas procedente de Rusia como consecuencia de un contrato a largo plazo con Yamal, una planta de licuefacción controlada por un consorcio en que participan el grupo ruso privado Novatek, la francesa Totalenergies y compañías chinas.

El contrato contempla el suministro de algo más de 3 bcm de gas al año hasta 2042. “Naturgy hace dos cosas: siempre cumplir con sus compromisos y llevarlos hasta el final”, añadió Reynes. “Debe haber una justificación para romperse. Y a día de hoy no hay ningún motivo”, sentenció el presidente de Naturgy para defender el suministro procedente de Rusia.