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FINANZAS

¿Qué es la ignorancia fiscal y financiera y por qué hay que combatirla?

La hipoteca multidivisa del vicepresidente Román Rodríguez revela las carencias formativas en finanzas | El 51% de los isleños no sabe qué es un interés compuesto

Una mujer se dispone a entrar en la sede del Banco de España en Santa Cruz de Tenerife. MARÍA PISACA

Que todo un consejero de Hacienda se reconozca lego en materia financiera, hasta el punto de no saber los riesgos de una hipoteca multidivisa –que ni de lejos es uno de los productos bancarios más complejos–, es la prueba palmaria de la falta de competencias en finanzas y en fiscalidad que padecen los españoles en general y los canarios en particular. El también vicepresidente del Gobierno autonómico, Román Rodríguez, ha logrado dos pronunciamientos de los tribunales, uno en primera instancia y otro de la Audiencia Provincial de Las Palmas, que le dan la razón y anulan un crédito hipotecario multidivisa que CaixaBank le concedió en 2007. A falta de lo que resuelva el Tribunal Supremo –adonde el banco ha llevado el litigio por considerar inadmisible que alguien con el currículum de Rodríguez alegue falta de formación financiera para "valorar, entender y asumir los riesgos" de una multidivisa–, el caso de quien de manera paradójica lleva las finanzas de la Comunidad Autónoma ilustra a la perfección la preocupación creciente en el Banco de España (BdE) por la falta de cultura generalizada en este ámbito.

Los canarios están entre los españoles que menos recurren a los instrumentos financieros de ahorro

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En Madrid y el País Vasco, según la última encuesta al respecto del BdE, la mitad de los ciudadanos de entre 18 y 79 años de edad tiene algún tipo de instrumento financiero de ahorro. En Extremadura, Andalucía y Canarias, las regiones que suelen copar las tres últimas posiciones de casi cualquier ranking interautonómico de riqueza, desarrollo o progreso socioeconómico, el porcentaje baja hasta el 35%. Además, alrededor de un 20% de los vascos y cántabros –dos de cada diez– cuenta con su propia cartera de acciones, mientras que los isleños que disponen de estos títulos no llegan ni al 10%. Ocurre que, en general, la diversificación financiera es mayor allí donde hay mayor conocimiento en la materia, lo que no deja en buen lugar a Canarias. Cuanto más saben los ciudadanos de los riesgos y las ventajas de los distintos productos financieros y/o bancarios, más capaces son de elegir el que más y mejor se ajuste a sus necesidades. En casos como el de Rodríguez, llamativo por cuanto se trata de alguien que en su día fue también presidente del Gobierno regional, director del Servicio Canario de Salud (SCS) y responsable del área de Desarrollo Económico del Cabildo de Gran Canaria, resulta clave conocer la diferencia entre una hipoteca a interés variable digamos clásica, esa que está sujeta a los vaivenes del euríbor, y una hipoteca a interés variable para la que se toma como referencia una moneda extranjera, de ahí lo de multidivisa.

El regulador bancario ejecuta desde 2008 un programa de formación para corregir la falta de conocimientos

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Este último tipo de crédito hipotecario dio lugar a una avalancha de reclamaciones judiciales tras el estallido de la crisis financiera a finales de 2007. Reclamaciones que en su grandísima mayoría se resolvieron en favor de los clientes bancarios justamente por el desconocimiento de lo que en su momento habían firmado. En el caso concreto del consejero de Hacienda, cabría suponer que cuando suscribió el contrato con CaixaBank y vinculó así su hipoteca a la evolución del yen –la moneda de Japón– sabía las ventajas y los riesgos de este tipo de préstamo. Que sabía que mientras el valor del yen fuese inferior al del euro, las cuotas mensuales le saldrían más baratas de lo que le habrían costado si hubiese optado por una hipoteca con el euríbor como referencia; y que también sabía, claro, que el mercado de divisas es muy variable, muy volátil, de modo que el ahorro de unos meses puede convertirse en pérdidas en los siguientes. En definitiva es el conocimiento de estas características de la multidivisa el que da al cliente del banco las herramientas para decidir si le conviene o no, lo que, por otra parte, no es garantía de nada, ya que el comportamiento de una divisa a medio y largo plazo es de todo punto imprevisible. De hecho, Román Rodríguez firmó el préstamo en 2007 y no llevó el contrato a los tribunales hasta 2019, después de que tanto él como miles de particulares en España se dieran cuenta de la peor forma posible de que la depreciación del euro y la revalorización del yen –como les ocurre ahora a los damnificados del euríbor– implicaba pagar más y hasta mucho más por la hipoteca.

Queda por ver, eso sí, si el Supremo mantiene con el también líder de Nueva Canarias (NC) el criterio que sus magistrados han sostenido hasta el momento, que no es otro que el de dar la razón a los clientes. De hecho no es habitual que los bancos lleguen a la más alta instancia judicial, acostumbrados como están a perder casi la totalidad de los pleitos, pero la singularidad de este caso ha llevado a los servicios jurídicos de CaixaBank a agotar todas las vías. No en vano, no dan crédito a que se tome al responsable de las finanzas públicas de una Comunidad Autónoma como a una persona falta de instrucción precisamente en finanzas, pero es lo que ha ocurrido a tenor de las dos sentencias. En cualquier caso, y más allá de lo que el Supremo les depare a Rodríguez y a CaixaBank, resultan más que justificados los planes de educación financiera del BdE.

"Finanzas para todos"

Bajo el lema Finanzas para todos, el regulador bancario y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) llevan desde 2008 ejecutando un programa anual para instruir a los ciudadanos sobre fiscalidad y finanzas. Se trata de evitar el coste económico de la ignorancia financiera, un concepto acuñado por la Universidad George Washington y Standard & Poor’s, que en un informe publicado en 2015 constataron cómo los consumidores que menos entienden conceptos como el del interés compuesto sufren mayores gastos en sus transacciones, acumulan más deudas, ahorran menos y pagan más intereses en sus préstamos. Y resulta que hasta el 51% de los canarios –más de la mitad y el porcentaje más alto de España– no sabe lo que es un interés compuesto.

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