No ha habido enero desde 1999 en que España no haya perdido ocupados. La cuesta del primer mes del año es cada ejercicio un 'vía crucis' laboral, este 2023 no ha sido una excepción y el mercado de trabajo ha registrado una destrucción de 215.047 ocupados, la mayor en los dos últimos años. No obstante, el destrozo, dado el contexto, podría haber sido mayor y empleo, tras casi un año de crisis de precios, ha sufrido menos que durante los eneros del largo invierno de la Gran Recesión. Un dato que invita a cierto optimismo es el desestacionalizado -que resta el factor calendario- y que revela una evolución positiva del empleo, que crece a menor ritmo que justo antes de la guerra de Ucrania, pero con mayor vigor que antes de la Covid.

El paro registrado, por su parte, también se anotó malos datos como todos los eneros y repuntó en 70.744 personas, también el mayor en los dos años, hasta un total de 2,9 millones de desempleados en toda España. De estos, el 68,7% cobran una prestación o subsidio por desempleo, la tasa de cobertura más alta desde 2011.

España arranca el 2023 con un total de 20,08 millones de trabajadores en activo. Salvo sorpresas y que la tormenta económica -guerra de Ucrania, enquistamiento de altos precios de los alimentos o subida de tipos, entre otros- empeore, el empleo tiene colchón para aguantar sobre el umbral de los 20 millones de ocupados a lo largo del año.

Y es que pese al frenazo clásico de la resaca post navideña, los datos desestacionalizados revelan que la tendencia del mercado laboral es positiva. Según dicha estadística, que a través de la 'cocina' del Ministerio de Inclusión pretende restar los vaivenes propios del calendario para ofrecer una fotografía más nítida de la inercia del mercado de trabajo, la ocupación sigue creciendo. Lo hace a un ritmo ligeramente menor que antes de que Vladimir Putin decidiera invadir Ucrania, pero con mayor intensidad -pese a esta- que antes de la Covid. "El año parece comenzar con una buena dinámica", ha valorado el secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, en rueda de prensa.

Las previsiones del ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, se han cumplido parcialmente e incluso la mordida ha sido ligeramente inferior a la estimada a mediados de mes. El retroceso del empleo ha sido transversal en todos los sectores, con la excepción de la banca y las suministradoras de energía. El agujero más grande lo han provocado la hostelería (que ha perdido 43.118 ocupados una vez dadas todas la cenas de empresa, Navidad y Nochevieja), el comercio (con 39.613 ocupados menos, agotadas ya las rebajas) y las actividades administrativas (con 42.068 ocupados menos). Entre estos tres sectores explican la mitad del empleo perdido este recién finalizado enero.

Casi la mitad de nuevos contratos son indefinidos

La reforma laboral sigue desplegando sus efectos en las nuevas contrataciones. Aquellas registradas en enero, un ligero 0,9% superiores a las del enero pasado, siguen ganando en estabilidad. El 45% de los nuevos contratos fueron indefinidos, frente al 15% registrado en el primer mes del 2022 o el 10% del mismo mes del 2020. De estos, la proporción entre empleos a tiempo completo (45%), tiempo parcial (22%) y fijo discontinuo (33%) se mantiene más o menos en los mismos términos que en meses anteriores.

Que se firmen muchos menos contratos temporales que antes de la reforma tiene una repercusión directa en el porcentaje de trabajadores que operan con uno de estos contratos. Actualmente el 15% de los asalariados es eventual, un mínimo histórico, según ha destacado la Seguridad Social en su nota de prensa, ya que antes de la reforma la media era del 30%. Los jóvenes son uno de los colectivos más beneficiados y es que la temporalidad ha retrocedido 30 puntos entre los menores de 30 años, pasando del 53% al 23%. "Ya no estamos en una galaxia lejana, [sino] mucho más cerca de los países europeos de nuestro entorno", ha afirmado el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, en rueda de prensa.