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Trasvase Tajo-Segura

El ministro Planas pasa página del trasvase ante Puig y se centra en las inversiones

El titular de Agricultura justifica el recorte del Tajo-Segura por el cambio climático pero promete compensarlo con más desaladoras y modernización de los sistemas

El ministro de Agricultura, Luis Planas, recibe el blusón de síndico de honor del Tribunal de las Aguas, en València. ANA ESCOBAR/EFE

Enterrar la polémica por el recorte del trasvase Tajo-Segura y enfocarse en las fórmulas alternativas para obtener agua con la que regar los campos valencianos a futuro al margen de esa infraestructura. Ese es el mensaje que ha traslado el ministro de Agricultura, Luis Planas, tras reunirse con el president Ximo Puig en el Palau de la Generalitat apenas 48 horas después de que el Consejo de Ministros aprobara el plan del Tajo que reduce el trasvase hacia el sur de la C. Valenciana.

Ironías del destino, la visita del ministro a su València natal, que estaba agendada antes de que estallara la batalla política por el agua, tiene como principal motivo la imposición a Planas del blusón de honor del Tribunal de las Aguas, el órgano milenario encargado de dirimir los conflictos derivados del uso y aprovechamiento del agua de riego entre los agricultores.

Tras haberse mantenido en segundo o tercer plano durante el enfrentamiento entre el Consell y el Gobierno por el trasvase, el máximo responsable del sector agrícola de Moncloa se ha vuelto de poner de perfil sobre el polémico recorte de la cantidad de agua transferida a la cuenca del Segura, dándolo por finiquitado implícitamente y poniendo el foco en la eficacia de las medidas compensatorias, que sin embargo los regantes consideran insuficientes.

En su intervención ante los medios tras el encuentro con Puig, Planas ha mantenido cerrada la puerta a un cambio de criterio del Gobierno sobre el agua y se ha limitado a destacar las inversiones prometidas por Transición Ecológica para implementar desaladoras y mejorar la regeneración de aguas, lo que según el valenciano demuestra "el compromiso del Gobierno con los regantes y con el regadío". Según ha defendido, la combinación de agua "reutilizada y desalada" con la del trasvase "no es un elemento extraño sino de seguridad de cara a futuro".

"Quiero decirlo alto y claro: el Gobierno de España garantiza a los regantes que puedan continuar haciéndolo a pesar del cambio climático que enfrentamos", ha señalado Planas. El ministro ha justificado el recorte por esas exigencias medioambientales y también por las "decisiones legales" adoptadas "por la UE y el Supremo" y que "obligan" al Gobierno a actuar el consecuencia.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, recibe el blusón de síndico de honor del Tribunal de las Aguas, en València. ANA ESCOBAR

Hasta 4 millones para rebajar el agua desalada

Por su parte, el president Puig exhibió un tono más conciliador y enfocado a destacar las inversiones prometidas por el Gobierno como vía para compensar el recorte. El jefe del Consell destacó que el mar otorga a la C. Valenciana una «oportunidad» en forma de «capacidad de regeneración» del agua. Sumada a las mejoras de eficiencia hídrica, se compone un «conglomerado» que según el jefe del Consell «garantiza agua para siempre».

Sobre la subvención anunciada el miércoles al agua desalada para rebajar en diez céntimos el litro, Puig estimó que la ayuda tendrá un coste de hasta cuatro millones de euros anuales para la Generalitat. «Depende de lo que lo utilice el sector», matizó antes de destacar que «lo importante es que la medida sea sostenida en el tiempo para dar seguridad» a los agricultores.

Además, Puig criticó el electoralismo del PP. Sin mencionarlo expresamente, cargó contra quienes están «preocupados por incentivar el problema para cosechar votos» en lugar de «trabajar» por el futuro del campo. 

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