La industria farmacéutica se configura hoy como un sector estratégico en nuestro país, tanto en el ámbito sanitario como en el económico y social. Su presencia destacada en estos campos se traduce en la aportación de valor a la sociedad, sobre todo, a la vista de los beneficios aportados durante la reciente pandemia en la que ha sido clave la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos y vacunas para el cuidado y protección de la salud, y también por el peso industrial del sector en tejido productivo donde ha generado y genera empleo de calidad. No hay que olvidar su contribución al bienestar a través de nuevos medicamentos, innovadores tratamientos y conocimiento