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EL SECTOR DEL AUTOMÓVIL

Stellantis Figueruelas fabrica 40.000 coches más en 2022 y alcanza los 375.000

La producción anual de la planta crece un 12% pero se queda a 25.000 unidades de su objetivo. En 2023 prevé alcanzar las 379.000, apenas un 1% más. La empresa plantea un ere de extinción para 'prejubilar' a unos 30 trabajadores de oficinas

La factoría de Figueruelas.

La producción de la planta de Stellantis Figueruelas ha recuperado parte del terreno perdido por la inacabada crisis de los microchips, pero sigue lejos de volver a la plena normalidad. De la fábrica zaragozana salieron en 2022 unas 375.000 unidades de sus tres modelos actuales: el turismo Opel Corsa y los todocaminos Citroën C3 Aircross y Opel Crossland, según informaron fuentes sindicales, ya que la empresa no ha dado a conocer todavía datos oficiales. Supone un crecimiento anual del 12%, es decir, 40.000 automóviles más que en 2021, cuando la factoría tocó fondo con apenas 335.000, la segunda cifra más baja de las últimas tres décadas.

La factoría aragonesa logró así remontar en términos productivos pero el volumen alcanzado sigue a gran distancia de los números previos a la pandemia por el lastre de los citados componentes electrónicos, que obligaron a suspender cientos de turnos de trabajo en las dos cadenas de montaje con que cuenta. 

A pesar del avance, la recuperación de la actividad fabril fue insuficiente teniendo en cuenta que el objetivo de la compañía para el pasado ejercicio era alcanzar los 400.000 vehículos. Incluso se fabricaron más en el anómalo 2020, en el que se ensamblaron 391.000 aunque la planta tuvo que permanecer cerrada por completo durante ocho semanas por la irrupción de la pandemia del covid. La brecha con el año previo a la crisis sanitaria es abismal. Entonces, se rozaron las 471.000 unidades, la segunda cifra más alta de sus 40 años de historia, solo superada por el récord de 485.857 de 2007.

Las previsiones de la empresa para 2023 son más bien prudentes y conservadoras ante el incierto escenario que sigue pesando en el sector del automóvil. El objetivo inicial es alcanzar los 379.000 coches, un crecimiento de apenas el 1% (4.000 unidades más) respecto al año anterior. Aunque la dirección de la planta ansía volver a superar la barrera de las 400.000 unidades, algo que no consigue desde 2019, el escenario sigue siendo incierto para el sector del automóviltanto a nivel industrial como comercial. Dependerá en gran medida de los famosos microchips, cuya escasez ha empezado a aflojar sin acabar de disiparse tras dos ejercicios en los que ha mermado notablemente la actividad de esta industria. 

Stellantis Figueruelas lleva ya tres ejercicios seguidos con una producción irregular como consecuencia de la constante incertidumbre que ha sufrido, ya sea por los efectos de la pandemia, la atonía del mercado, las derivadas de la guerra de Ucrania o la escasez de microchips. El nuevo año 2023 se antoja mejor para la planta y, en general, para la industria del automóvil, pero los problemas de suministro de semiconductores no parece que vaya a resolverse del todo. Por este motivo, la empresa ha pactado con el comité un nuevo erte para afrontar los paros de producción que pueden producirse.

Por lo pronto, la planta ha iniciado el nuevo año con buen pie. La producción se reanudó el pasado martes 2 de enero tras el parón habitual de las fechas de Navidad y funciona por ahora con regularidad, sin que se haya anunciado por ahora la cancelación de ningún turno de trabajo por los chips. Por desgracia, de un tiempo a esta parte, "la normalidad pende de un hilo" en la fábrica, señala un representante sindical.

Eso sí, la vuelta a la actividad se ha hecho reduciendo la velocidad de uno de los dos equipos de la línea uno, en la que se monta el C3 Aircross y el Crosslandcon el objetivo de aminorar la capacidad productiva, y como consecuencia, fijar menos días de inactividad. La empresa ha fijado además como productivos tres próximos sábados.

ERE en oficinas y nuevo convenio

En el plano laboral, el nuevo año va ser intenso. Antes de que finalice el mes de enero, empresa y comité empezarán a negociar el nuevo convenio colectivo de la factoría tras finalizar la vigencia del último al acabar 2022. Se trata de un proceso trascendental para ambas partes. Han de fijarse las condiciones de trabajo que regirán los próximos tres o cuatro años en la mayor compañía instalada en Aragón, con cerca de 5.300 trabajadores. El diálogo será complicado, más si cabe por la elevada inflación, que dificulta el entendimiento en cuestiones salariales.

Pero antes de afrontar este capítulo clave, los representantes de la plantilla y de la compañía deberán de pactar la aplicación de un expediente de regulación de empleo para el personal de más edad que hay oficinas y administración. La dirección de la planta comunicó la semana pasada a la parte social la aplicación de este ere de extinción, que todo hace indicar que seguirá la estela de los llevados a cabo en los últimos años en estos departamentos, según informaron fuentes de CCOO. Este procedimiento permitiría prejubilar en torno a 30 trabajadores mayores de 61 años. La negociación se prevé iniciar esta misma semana.

Otra de las novedades que afectan a la planta es la prórroga por un año del contrato relevo en la industria manufacturera, que fue aprobada en el último Consejo de Ministros de 2022. Los sindicatos confían en que este fórmula siga aplicándose en la planta por los beneficios que aportar al permitir rejuvenecer y estabilidad la plantilla. En este sentido, UGT va a reclamar a la empresa que así se haga antes incluso de que se cierre el acuerdo del nuevo convenio, lo que permitiría el reemplazo por esta vía de unos 150 trabajadores veteranos de la parte de producción.

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