Nuevo posicionamiento público a favor de la ampliación del aeropuerto de El Prat. A las reclamaciones de los últimos meses de Foment del Treball o Pimec, entre otras, se ha sumado este viernes el Col·legi d'Economistes de Catalunya (CEC). En un comunicado, la entidad considera que la propuesta de alargar la pista más próxima al mar, "salvo las dificultades ambientales que pueda comportar", añadiría capacidad para operar más vuelos de larga distancia, que considera "estratégicos" para el posicionamiento del país y de la ciudad.

La actual longitud de la pista de mar permite operar despegues con destino en un radio de hasta 4.500 millas, lo cual impone límites para la operación de vuelos a destinos más alejados como la costa oeste de Estados Unidos, algunos destinos de Sudamérica o del extremo oriente. No obstante, los economistas creen que la ampliación de la infraestructura es condición necesaria "pero no suficiente" para ganar cuota de vuelos intercontinentales y que AENA, que gestiona el aeropuerto, "debe definir un plan" para captar nuevos vuelos de larga distancia.

Más transporte de mercancías

El CEC asegura en la misma nota que falta potenciar el transporte aéreo de mercancías para reforzar la actividad exportadora y logística de Cataluña y propone incorporar el desarrollo de la ciudad aeroportuaria a esta área.

Ahora mismo, la ampliación de El Prat forma parte de las negociaciones entre el Govern y el PSC para aprobar los presupuestos y, tanto el presidente de AENA, Maurici Lucena, como la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, han presionado al Ejecutivo de Pere Aragonès para que transijan. Sin embargo, cada vez que el conseller de Territori, Juli Fernàndez, se refiere al aeropuerto es para asegurar que buscarán el consenso para tener una propuesta que no vaya contra la emergencia climática.

Superar "debates estériles"

Los economistas creen que el debate sobre el aeropuerto no solo se debe centrar en la infraestructura sino también en la forma de gestionarlo y se deben superar los "debates estériles" para ponerlo en manos de los técnicos. Además, considera que la "urgencia de los tempos" a hora de decidir las cosas que imprimió AENA "no han ayudado lo más mínimo a consensuar una solución". Y prosigue: "Hay que crear un marco de confianza para el diálogo entre todas las partes, siguiendo la experiencia de otros aeropuertos que facilitan diálogos constructivos con instituciones y territorios. AENA no ha priorizado esta dimensión y varios incumplimientos pasados no ayudan a crear el clima de confianza necesario".