En el Bar El Rasca, en el barrio de la glorieta del Clavel, uno de los más humildes de Aranjuez (59.833 habitantes) , hay banderines de decenas de equipos de fútbol colgados de la pared. Varios obreros toman un botellín mientras una pareja de jubilados desayuna leyendo la prensa. La televisión escupe las opiniones desaforadas de varios tertulianos. “Aranjuez ahora mismo es una ciudad muerta; fuera del turismo ya no hay nada. Hay mucha gente que no trabaja, pero que tampoco quiere trabajar. He estado buscando yo a alguien y al final aquí estoy, sola”, se queja Talida, la propietaria desde hace 14 años.

“Aquí antes había de todo, mucha industria, empresas de remolques, de calderas, de cerrajería, la azucarera... y ahora nada, ni turismo. Vienen media hora y se van. Antes esto era otra cosa. ¡Había 1.100 bares!”, tercia Antonio, jubilado, que recuerda cuando le tocaba atender 11 mesas de la terraza del bar donde trabajaba y no tenía un segundo libre. “Antes había poder adquisitivo, pero se llevaron las fábricas y esto se convirtió en un cementerio”.

En la actualidad Aranjuez tiene el tercer paro más alto de Madrid en los municipios de más de 40.000 habitantes (10,78%), solo superado por Arganda del Rey y Parla. Según el INE, un 7,6% de la población de Aranjuez está en riesgo de exclusión social al tener que sobrevivir con menos de 5.000 euros al año, tal y como contó eldiario.es en su día.

Con esos datos resulta paradójica la tendencia confirmada esta semana por el estudio de Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales de España, que apunta que Aranjuez es la localidad de más de 20.000 habitantes que menos dinero dedicó a gasto social en todo el país en 2021: 31,10 euros por habitante. Es la cifra más baja de los 37 municipios considerados pobres en servicios sociales y promoción social, liderando un ránking negativo en el que le siguen Galapagar, Mérida y Piélagos.

La asociación, que engloba a más de 300 profesionales de servicios sociales a nivel municipal, considera “pobres” en Servicios Sociales a aquellos Ayuntamientos que realizan un gasto inferior al 60% de la media de gasto de los Ayuntamientos. En este caso, se da una circunstancia añadida, y es que mientras la tendencia a nivel nacional es que el gasto social en los ayuntamientos aumente -ha subido este año a 88 euros-, en el caso de Aranjuez ha bajado en 26 céntimos con respecto a 2020.

Pero, ¿qué está pasando en el último municipio al sur de Madrid? ¿Por qué es una de las localidades con las rentas más bajas y la última en prestaciones sociales? “Ya lo vi en la prensa, y no sé, la verdad”, se excusa Pedro encogiéndose de hombros mientras toma un café. “Yo te puedo contar mi caso. La mujer que tenemos ayudándonos en casa, que está sola con sus hijos, le están poniendo pegas de todo tipo para no pagarle la Renta Mínima de Inserción. La última vez le dijeron que le computaba en la renta de su casa gente que antes vivía allí y ya no. Vamos, que muchas dificultades, ¿cuánta gente no habrá como ella?”, se pregunta. “Si es que Aranjuez”, razona, “se ha convertido ya en una ciudad dormitorio. La gente se va a Toledo a trabajar en las empresas de logística, aquí ya no hay trabajo”.

Alrededor de un quiosco cercano se extienden bloques de edificios de tres plantas conocidos como ‘los enanos’. “Es que eran pisos de protección pública cuando se construyeron, hace mucho ya, y al parecer son muy bajitos”, razona un vecino de la zona. Varios treintañeros juegan al fútbol, y en uno de los laterales de la plaza está Nabil, marroquí, cambiando una rueda a su coche. “Yo pedí la ayuda para el alquiler, y estuve esperando y nada”, recuerda.

“Aquí en este barrio hay gente muy jodida económicamente, y conozco casos que tienen complicado conseguir la ayuda de la dependencia y tal”, aprecia Jacinto, de unos 25 años, que se dedica a la compra-venta de coches y va a ver a un familiar a la residencia de ancianos del barrio.

En la Casa San José, una orden religiosa que se dedica a la obra social, reparten entre 20 y 30 cestas de la compra a la semana, con productos básicos, y donde se incluye carne y pescado, a familias vulnerables. Reciben ayuda de Mercadona, del Banco de Alimentos y del propio Ayuntamiento. Dionisia, una de las responsables de la Orden, asegura que no ha notado un mayor número de familias demandando ayuda en los últimos tiempos. “Unas veces hay más gente y otras menos”. Lo que sí tiene claro es que toda la ayuda que piden al Ayuntamiento para completar la bolsa de la compra se les da. “Nunca nos han dicho que no a nada. Estamos muy agradecidos”, aprecia. Sobre la situación social del municipio, explica que ella a título particular tuvieron problemas para encontrar una cocinera. “A la décima lo conseguimos, pero muchos nos decían que preferían cobrar la renta mínima y luego trabajar, pero en negro, haciendo chapuzas”.

Entretanto, en el Ayuntamiento de la localidad, gobernado por PP y Ciudadanos, dudan de la credibilidad del estudio, y explican que la partida social de este año se ha aumentado con respecto al anterior. Mercedes Rico, concejala de Servicios Sociales y Familia, asegura que tienen que analizar el estudio con profundidad, y asevera que cree que el pésimo dato de Aranjuez se debe a que el gasto social municipal computa en varios epígrafes del presupuesto – Mujer, Migración ayuda a domicilio...- y no se cuenta como una única partida.

Desde la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales de España que ha realizado el estudio apuntan que todos los datos que han utilizado “son los oficiales, los que los propios ayuntamientos emiten al Ministerio de Hacienda para la liquidación del presupuestos”, según Manuel Fuentes, coordinador del estudio.

En concreto, es la partida funcional 23, la que aglutina los servicios sociales y promoción socia, la que se somete al escrutinio de los expertos. Y ahí Aranjuez es la que peor nota tiene de toda España, pero no es el primer año con una valoración negativa, ya que ha oscilado entre los 29 y los 31,36 euros por habitante desde el año 2016. “Lo que ocurre con el Ayuntamiento de Aranjuez no es algo puntual; es su recorrido histórico”.

Fuentes reitera que el estudio no puede ser más preciso porque todos los gastos sociales de los Ayuntamientos -políticas de mayores, ayuda a domicilio, políticas de envejecimiento, ayudas de carácter social, de emergencia, políticas de infancia, de género, de inmigración...- tienen que ir en esa partida. De hecho, aprecia que si hay consistorio que computan estos gastos en otros apartados estarían “incumpliendo la contabilidad pública” y añade que esa es precisamente “una excusa muy manida” entre los ayuntamientos con poco gasto social.

Aun así, el coordinador del estudio sobre gasto social subraya que en líneas generales los ayuntamientos están “absolutamente comprometidos” con las políticas sociales, y de ahí que haya aumentado la media nacional del gasto.

De acuerdo al citado estudio, la comunidad con mayor número de Ayuntamientos con excelencia en su gasto en servicios sociales -que superen los 100 euros por habitante- es Andalucía (18), seguida de Cataluña (11), Comunidad Valenciana (8), País Vasco (4), Castilla y León (3), Aragón (2), y Asturias, Baleares, Canarias, Castilla La Mancha, Galicia y Madrid con un solo municipio.