Era una dinámica inevitable. Conforme el euríbor ha ido escalando desde los terrenos negativos en los que cotizaba en marzo de este año hasta cerca del 3% en que se encuentra ahora, las entidades financieras han ido virando su política comercial en la financiación a la vivienda. Toca dirigir a los clientes hacia las hipotecas variables después de años, coincidentes con los tipos de interés al cero por ciento, de fomentar las fijas. A fecha de este jueves, la gran mayoría de la gran banca española tenía ya este último tipo de contratos por encima del 4%, con porcentajes ligeramente superiores a los de los variables.

Sabadell, con un 4,15 %, ha sido el último en sumarse a una tendencia comercial en la que ya estaban CaixaBank (4,32%), Santander (4,49%) y Bankinter (4,09%). No así, al menos de momento, el BBVA (3,05 %). En todos los casos, se trata del TAE que se aplica a aquellos clientes con nómina en el banco y que tienen contratados diversos productos de la entidad, como seguros. Si no cumplen estas condiciones, el coste se dispara, respectivamente, al 4,80%, el 4,41%, el 5,23%, el 5,16% y el 3,65%. Las hipotecas variables, como ha quedado dicho, están por debajo en la mayoría de los casos: en el 4,03% en el Sabadell, en el 3,85% en el Santander o en el 3,79 % en Bankinter. En BBVA se hallan por encima: 3,97%.

Subida de tipos

Cuando los tipos estaban en el cero por ciento y los márgenes por intereses estaban derrumbados, los bancos impulsaban a sus clientes a contratar hipotecas fijas con el reclamo de que se blindaban ante posibles subidas del precio del dinero con un interés más elevado que el variable -en torno al 2%- pero permanente a lo largo de la vida del crédito. Ahora que el Banco Central Europeo (BCE) está subiendo los tipos (están ya en el 2%) y todo indica que seguirá en la misma línea hasta contener la inflación, las variables son más rentables para los bancos. De ahí que premien este tipo de contratos y encarezcan los fijos, que en apenas diez han duplicado su coste.