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Industria

Albo deja Vigo tras 93 años y amplifica el abandono de su sede en el centro de la ciudad

La conservera inicia este miércoles la producción en la nueva planta del polígono de la Plisan con el objetivo de alcanzar una producción anual de 100 millones de latas

Vista general de la nueva planta de la conservera Albo en la Plisan. R. GROBAS

El edificio, en la avenida Jacinto Benavente y haciendo esquina con la calle Paz de Vigo, es un trampantojo. Por fuera parece una construcción residencial, de abundantes posibles, casi a imagen y semejanza de un pazo; por dentro, y en una parcela de casi 8.000 metros cuadrados, da cabida a una de las principales enseñas de la industria alimentaria del país. Es la que, desde 1929, ha ejercido como la sede central de Hijos de Carlos Albo; una fábrica, diseñada por el arquitecto Jenaro de la Fuente, que desde este miércoles ha dejado de serlo. La conservera arranca una nueva era a casi 40 kilómetros de distancia, en la Plataforma Logística Salvaterra-As Neves (Plisan), con el objetivo de alcanzar una producción de 100 millones de latas al año en una infraestructura con equipamiento de última generación. “Se realizaron ya los tests, empiezan ya”, constatan fuentes sindicales. Hoy es el día; se pone en marcha el proyecto que dio vida a un megaparque empresarial dos décadas después de su concepción.

Hasta la nueva planta se desplazarán cada día las 150 personas que componen la plantilla de Albo, principalmente mujeres, que han negociado un plus de transporte de en torno a 115 euros mensuales con los que sufragarán un servicio de autobús. “El desplazamiento lo asume el cuadro de personal, pero el autobús lo gestiona la empresa”, abundan las mismas fuentes. A mayores, tendrán un descanso en medio de la jornada de doce minutos, del que antes no disponían.

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Las instalaciones del polígono de la Plisan, sobre un terreno de casi 63.000 metros cuadrados, multiplican por ocho la superficie fabril de Vigo, que contaba también con un espacio logístico –colindante con el frigorífico que explota Frigalsa, y que da a Beiramar– de otros 2.700 metros. El pasado jueves, la propiedad de Albo, Shanghai Kaichuang, ya dio cuenta de la inminencia del traslado a sus accionistas, a través de un hecho relevante remitido a la Bolsa de Shanghái. “La orden de aceptación del proyecto se cursó el 7 de octubre, para dar paso a las pruebas de ajuste de los equipos”. En efecto, se celebraron dos jornadas (17 y 19 de este mes) en las que se testó la nueva maquinaria, sin mayores incidentes. En suma, el holding chino –es parte del enorme conglomerado Bright Food, con participación pública– ha invertido en Salvaterra-As Neves 25,25 millones de euros, de una inversión total de 30 millones.

En el plan estratégico el objetivo es llegar a producir unos 100 millones de latas al año, pero en un futuro cercano queremos llegar a los 75 millones. Nosotros estamos ahora en torno a 60 millones de latas individuales”, concretó, en una entrevista a Faro de Vigo, del grupo Prensa Ibérica, el miembro del comité de dirección de Albo Juan Montáns. De modo que el reto es mayúsculo, y permitirá a la compañía elevar volúmenes de forma notoria y competir con otros grandes actores del sector. En un contexto, además, en el que suma la ya tradicional competencia en costes con un panorama que, debido a la presión inflacionaria, derivará a clientes hacia la marca de distribución (marca blanca). “No descartamos pelearnos a nivel internacional con empresas más grandes, que van al mercado a precios más bajos e intentar llegar ahí. Siempre sin tocar el núcleo, que es la marca Albo. Hay sitios que no llegamos porque es una guerra básicamente de precios, pero hay otros a los que sí porque además buscan calidad”, abundó Montáns a este periódico.

El adiós

En la misma comunicación de Shanghai Kaichuang a sus accionistas, recordó no solo los términos de su salida de Vigo, sino también del futuro de sus instalaciones en Celeiro. “Tras la finalización de la nueva fábrica, las antiguas factorías de Vigo y Celeiro dejarán de ser arrendadas, integrando la capacidad productiva de las dos para potenciar las ventas de los productos Albo en el mercado nacional español e internacional”. Según figura en las últimas cuentas disponibles de la conservera (2020), el pago por el uso de las instalaciones de Vigo alcanzó los 329.606 euros anuales, a los que hay que sumar lo devengado por las de Celeiro. La sociedad propietaria es Hical Vigo, que ingresó en el ejercicio 2021 algo más de 415.000 euros, como consta en la documentación remitida al Registro Mercantil. El acuerdo de venta de Albo –Shanghai Kaichuang Marine International pagó más de 60 millones por la empresa– no incluía la adquisición de los edificios, sin opción a compra en el futuro. Es la familia Albo la que controla la gestión de Hical.

Con el adiós de Albo de Jacinto Benavente aumenta de forma exponencial la superficie sin actividad industrial en una zona que aspira a reformarse íntegramente, con el despliegue de edificios residenciales siguiendo la estela de la promoción de Inveravante en la antigua Cordelerías Mar. La conservera añade a esta nómina de metros cuadrados sin uso un total de 10.600, entre las de uso fabril y logístico, y que en total acaricia ya los 80.000 metros cuadrados construidos. Son muchos los edificios que contribuyen en este listado: desde Frivigo (14.525 metros construidos en sus distintas plantas), Frigodis (20.947), Pescapuerta (11.469) o el antiguo edificio de Flex (15.198).

Comercializan casi 130.000 m2 por 10,2 millones

Los promotores de la Plataforma Logística e Industrial de Salvaterra - As Neves (Plisan), Puerto de Vigo, Xunta de Galicia y Zona Franca, acordaron una nueva tasación de los terrenos relativos a las parcelas de la zona norte, conocida como área Logístico Empresarial (LE), que suman, aproximadamente, en total 127.300 m2, divididos en 32 parcelas de diversas superficies, en un rango desde 2.100 m2 hasta 11.500 m2. El valor total de la tasación asciende a 10,2 millones de euros. 


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