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Precio de la luz

Hosteleros denuncian que el precio de la luz se triplica en un año pese al tope del gas

Empresarios del sector alerta del exceso de costes energéticos, que se suma a un aumento de hasta el 21 por ciento en las materias primas

Locales del hostelería en Gijón. MARCOS LEÓN

El sector de la hostelería avisa de que sus costes se disparan, en especial los energéticos, pese a las limitaciones establecidas por el Gobierno central para evitar una escalada de precios por el disparatado precio del gas. Según un informe interno de la patronal hostelera asturiana Otea, al que ha tenido acceso La Nueva España, del grupo Prensa Ibérica, los incrementos en la factura llegan en muchos casos a aumentos del 200 por ciento (es decir, se triplican). Pero a estas cuantías se suma un incremento de la factura relativa al gas de calefacción de más de un 65 por ciento y, encima, las materias primas han subido casi un 21 por ciento a causa de la inflación. El resultado final es un esquema de escalada de costes que el sector cree que es difícil de sostener.

Según un estudio llevado a cabo por Otea en septiembre, para estimar el impacto de las medidas del Gobierno en los bolsillos de sus asociados, la subida prevista en el recibo energético de los locales asturianos rondaría el 100 por cien en la tarifa de gas, y se situaría entre el 128 y el 162 por ciento en los recibos de la electricidad, en función del periodo de facturación. Lo que finalmente han arrojado los recibos no está lejos. Aumentos de hasta el 200 por ciento en la factura eléctrica y de aproximadamente el 65 por ciento en la del gas.

El clima en el sector es de "preocupación", en especial de cara a los meses de invierno, donde se espera que el gasto energético aumente. Y aunque fuentes hosteleras reconocen que no se nota un descenso de clientela, sí señalan que la asfixia que ha acompañado a la hostelería desde la pandemia no remite. A todos estos aumentos en la factura energética, más el incremento de las materias primas, los hosteleros sumarán aumentos en los costes de personal. La opción fácil sería repercutir todo ello en los menús, pero los profesionales son conscientes de que eso a la postre dañaría el negocio, además de que elevaría la sensación inflacionista.

Las cuentas claras


200% Subida eléctrica

Este es el porcentaje de aumento de la factura eléctrica en los últimos meses en numerosos locales de hostelería. Y todo pese al mecanismo de «tope» del precio del gas que ya supone un abaratamiento de la factura respecto a lo que se pagaría si no existiese esa «excepción ibérica».

65% Subida del gas

Los costes de calefacción también incrementan de manera destacada el gasto de los locales, y aún se elevará más durante los próximos meses de inverno. Los hosteleros creen que algunos establecimientos no resistirán la cuesta de enero. 

21% Materias primas

Pero no solo han subido los recibos de la energía. La hostelería sufre incrementos en los precios de las materias primas que utiliza, que rondan el 21 por ciento. La opción más fácil es elevar los precios en los consumidores pero los hosteleros saben que eso reduce su competitividad. 

Otro indicador preocupante es que no se ha reactivado la reserva de cenas para fin de año. A estas alturas, antes de la pandemia, muchos locales ya tenían propuestas de grandes empresas.

La subida en el recibo eléctrico no solo afecta a negocios, sino que sorprende a numerosos consumidores particulares que se encuentran con un concepto, denominado "coste del tope del gas" que puede llegar a representar un buen pico de sus facturas. ¿Cómo puede ser que un mecanismo destinado a evitar que las facturas sufran una escalada imparable por los costes de la energía terminen cargando a los usuarios? La clave está en cómo funciona ese mecanismo de limitación y "tope del gas". Los usuarios, en realidad, pagan solo la diferencia entre el "tope" y el coste real del gas, pero únicamente para la energía generada mediante este combustible. Sin ese tope, pagarían al coste de mercado del gas la energía de todas las fuentes de generación, cualesquiera que fuesen.

Hasta 129 euros más supone ese concepto de "coste del tope del gas" en el ejemplo de un propietario que tiene una casa en Villaviciosa (Asturias), que solo utiliza los fines de semana. "Voy únicamente los sábados y domingos en verano y tiene una nevera, el motor automático del portón del garaje, el motor de la piscina programado entre tres y cuatro horas al día y la luz que se consume durante la noche", asegura ese usuario de la red, que se ha encontrado con un extra de 129,68 euros en concepto de "Mecanismo de ajuste del Real Decreto-Ley 10/2022".

¿Por qué sube el recibo si se topa el gas?


¿Qué es el "coste de tope del gas" en las facturas?

Este concepto no llega a todos los consumidores sino a quienes están en el mercado libre. Los clientes del Precio Voluntario para el Pequeño Consumudor no lo habrán notado, porque ya pagaban al precio de mercado. El "coste del tope del gas" refiere la cantidad a pagar para compensar solo a las centrales de ciclo combinado por los costes reales de generación con gas, mayores que los que establece ese "tope".

Pero, ¿no era un mecanismo para abaratar el recibo? ¿Por qué tengo que pagarlo?

En realidad, el tope al gas abarata mucho la factura. El precio del kilovatio hora se fija por el coste de generación de la última modalidad de energía que entra en funcionamiento para abastecer la demanda. Suele ser el gas. Sin ese "tope al gas", los consumidores pagarían todos los kilovatios hora (se produzcan o no con gas) al coste de la generación mediante este combustible al precio de mercado, fuese cual fuese la fuente de suministro. Ahora hay un máximo fijado para el gas que no "contamina" el precio del resto de energías. Así, el coste del kilovatio de estas otras tecnologías nunca será superior almarcado como tope al gas. Ahora bien, hay que compensar a las plantas gasísticas (ciclos combinados) por el verdadero coste de la energía que generaron. El mecanismo del gobierno establece que únicamente se compense para ese tipo de energía. A la postre, hace que el recibo sea más barato de lo que sería sin ese tope. Pese a ello, hay una cuantía añadida, pero siempre es menor del que tendría la factura sin ese tope

Un ejemplo

Imagine que la energía de su vivienda procede en un 20% de nucleares a 0,1 euros el kilowatio hora, un 47% de renovables a 0,15 euros el kilowatio hora y un 33% del gas a 0,4 euros el kilovatio hora. Si hemos consumido tres kilovatos hora, por el sistema anterior se pagarían cada uno a 0,4 euros, luego serían 1,2 euros. Si se pone un tope al gas de 0,2 euros por kilovatio, nuestra factura sería de 0,2x3= 0,6 euros, pero haría que compensar la diferencia de coste del gas a las centrales gasísticas, incorporando en la factura 0,2 euros. Es decir, nuestra factura detallaría 0,6 euros de consumo y 0,2 de «coste del tope del gas». Sin ese tope, ascendería a 1,2 euros, un 50% más caro de nuestra factura de 0,8 euros.

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