La lucha contra la inflación no da tregua. Pese a la rápida desaceleración de la economía estadounidense, la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos ha decidido este miércoles subir los tipos de interés por tercera vez consecutiva en 0,75 puntos porcentuales, hasta un rango del 3-3,25%, su nivel más alto desde 2008. No ha optado por el alza más agresiva de un punto que esperaban algunos analistas. Pero pese a haber encarecido el dinero en tres puntos en lo que va de año, el banco central del dolar ha dejado claro que está lejos de haber alcanzado el techo de las subidas.

Su presidente, Jerome Powell, ya lo advirtió en su esperado discurso en la reunión en banqueros centrales en Jackson Hole (Wyoming) de finales de agosto. Entonces admitió que ello provocaría "algo de dolor" a hogares y empresas, un mensaje que ha repetido. "Las tasas de interés más altas, el crecimiento más lento y un mercado laboral debilitado son dolorosos para el público al que servimos, pero no son tan dolorosos como no restaurar la estabilidad de precios", ha argumentado.

La Reserva Federal, así, ha reducido considerablemente a la baja sus previsiones de PIB para la primera economía del mundo al 0,2% este año, 1,2% el próximo y 1,7% en 2024 (frente al 1,7%, 1,7% y 1,9% que pronosticó en junio). Estados Unidos, de hecho, ya ha acumulado dos trimestres de caída (0,4% intertrimestral en el primero y 0,2% en el segundo). "Un aterrizaje suave es un gran reto. Nadie sabe si habrá recesión ni cómo de profunda sería", ha admitido Powell.

Sin tregua

Detrás de todo ello está un nivel de precios que no da tregua. Junio fue un mes fatídico, con la inflación más alta en el país en los últimos 40 años: el 9,1%. En julio dio una sorpresa positiva al moderarse hasta el 8,5%. Pero en agosto volvió a decepcionar al bajar al 8,3% y quedar dos décimas por encima de las previsiones. Y lo que es más grave, el IPC subyacente -que mide los precios sin alimentos y energía- subió al 6,3%, cuatro décimas por encima que en julio, prueba de que las presiones inflacionistas se están extendiendo a toda la economía.

La Reserva Federal, así, ha elevado sus previsiones de IPC al 5,4% este año, 2,8% el próximo y 2,3% en 2024. No será hasta 2025 en que vuelva a su objetivo del 2% a medio plazo. La subyacente, además, seguirá estando por encima de ese nivel al final de su horizonte de previsiones: en el 2,1% en 2025, lo que presiona al banco central a seguir encareciendo el dinero. Los analistas, así, estiman que los tipos cerrarán el año en el 4,4%, para subir al 4,6% el próximo, y bajar al 3,9% en 2024 y 2,9% en 2025.

Subida incierta

Powell ha recordado que estas previsiones que facilita la FED no implican que sea lo que realmente va a pasar. La Reserva Federal, ha asegurado, no sabe aún hasta dónde subirá los tipos porque dependerá de la coyuntura y "en algún momento" será "apropiado" reducir el ritmo de subidas. Pero el mercado y la sociedad deben estar preparados, ha advertido, para una política monetaria "restrictiva" durante cierto tiempo. "La historia advierte fuertemente contra la relajación prematura", ha defendido.

En esta línea, ha asegurado que la Reserva Federal no frenará ni parará las subidas de tipos hasta que vea que la tendencia de crecimiento del PIB está por debajo de su potencial (1,8% a largo plazo), que el mercado laboral se reequilibra y deja de presionar al alza los salarios, y que la tendencia del IPC se mueve de forma consistente hacia su objetivo del 2%.

"La inflación sigue siendo elevada, lo que refleja los desequilibrios de la oferta y la demanda relacionados con la pandemia, el aumento de los precios de los alimentos y la energía, y presiones de precios más amplias. La guerra de Rusia contra Ucrania está causando tremendas dificultades humanas y económicas. La guerra y los eventos relacionados están creando una presión alcista adicional sobre la inflación y están pesando sobre la actividad económica mundial", ha apuntado la institución.

Margen laboral

El autoridad monetaria estadounidense, en cualquier caso, tiene más margen para endurecer su política que otras como el Banco Central Europeo por la fortaleza de su mercado laboral. Al contrario que el BCE, su mandato no se limita a garantizar la estabilidad de precios, sino que incluye también lograr el máximo empleo posible. Los ocupados, ha destacado Powell, han crecido en una media de 378.000 personas al mes en los últimos tres meses.

La tasa de paro del país, así, está en mínimos históricos de los últimos 50 años (3,7% en agosto, dos décimas más que en julio) y, como ha destacado el banquero central, las ofertas de empleo están "significativamente" por encima del número de demandantes de puestos de trabajo. El mercado laboral, con todo, también sufrirá el efecto de la subida de precios en la economía.

La FED estima ahora que el desempleo crezca al 4,4% este año y al 4,6% el siguiente, para bajar al 3,9% en 2024 y al 2,9% en 2025 (frente al 3,4%, 3,8% y 3,4% de junio). "Restablecer la estabilidad de precios es esencial para crear las condiciones para lograr el máximo empleo y precios estables a largo plazo. Persistiremos en ello hasta que estemos seguros de que el trabajo está hecho", ha asegurado Powell.