La Comisión Europea se pone de perfil y evita enfrentarse a Emmanuel Macron por el desarrollo del gasoducto del Midcat entre España y Francia tras el rotundo “no” del presidente francés al proyecto. Bruselas considera que tiene poco que decir si París y Madrid no se ponen antes de acuerdo y recuerda que el proyecto no figura en la lista de proyectos de interés común europeo (PCI). “Lo que puedo decir, muy simplemente, sobre esto es que cualquier proyecto de infraestructura transfronteriza adicional que conecte la Península Ibérica con el resto de Europa debe ser analizado por los Estados miembros involucrados y por los promotores. En este momento la Comisión no puede adoptar una posición sobre ningún proyecto específico”, ha explicado el portavoz de energía, Tim McPhie.

Desde Bruselas recuerdan que el Midcat no figura además en la última lista de proyectos de interés común europeo, la quinta, en materia de infraestructuras energéticas. “Fue un proyecto candidato en la cuarta, pero no se incluyó en esa lista tampoco porque ambos, Francia y España, en aquel momento, se opusieron a su inclusión”, ha añadido el portavoz puntualizando también que tanto las autoridades francesas como españolas decidieron en su momento, en el año 2019, que “el proyecto no estaba maduro y acordaron dejarlo en pausa, pendiente de nuevas evaluaciones".

Además, en línea con el Pacto Verde Europeo, la revisión del reglamento sobre redes transeuropeas de transporte no permite financiar con fondos europeos proyectos de combustibles fósiles, aunque “potencialmente” sí podrían llegar a financiarse aquellos proyectos de infraestructuras de hidrógeno. Es decir, el Midcat podría llegar a tener estatus de proyecto de interés europeo y recibir financiación si además de gas sirviera para transportar hidrógeno verde, una posibilidad defendida y ya traslada por el presidente de la patronal catalana, Josep Sánchez Llibre, a la comisaria de energía, Kadri Simson, en la reunión que mantuvieron a mediados de marzo en Bruselas, cuando la dependencia del gas ruso ya empezaba a hacer estragos entre los Estados miembros.

Macron, sin embargo, enfriaba este pasado lunes esta posibilidad. "Todos los expertos me dicen que es falso que un gasoducto sirva para transportar hidrógeno. Sería aberrante", aseguraba durante su comparecencia en la que también alegó que los dos gasoductos existentes entre España y Francia ya están operando en la actualidad a la mitad de su capacidad. hidrógeno. Aunque impulsar las interconexiones energética es un objetivo prioritario para la Unión Europea, lo mismo que la desconexión de los combustibles fósiles rusos, Bruselas se cierra de momento en banda. “No estamos en el punto en el que podamos evaluar los méritos del proyecto en sí mismo. Es algo que necesita desarrollarse aún más por los Estados miembros implicados y los promotores del proyecto”, insisten en Bruselas enfriando cualquier expectativa en este terreno. 

En todo caso, y tal y como señalan en el plan “Repower EU”, sí reconocen que las inversiones adicionales para conectar las terminales de importación de gas natural licuado (GNL) de la Península Ibérica con la red gasística europea más amplia, con infraestructuras preparadas para el hidrógeno, podría contribuir a diversificar más el aprovisionamiento de gas en el mercado interno y nos puede ayudar en el potencial futuro del hidrógeno renovable procedente de la Península ibérica y del norte de África. Pero, una vez más, el proyecto no está en el punto en el que podamos evaluar si puede recibir fondos”, ha zanjado.