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Industria pesquera

Abanca aparca al socio industrial: negocia la venta de hasta la mitad de Nueva Pescanova

Asigna a Rothschild la búsqueda de “partners” financieros para rebajar su exposición en el capital y sin cambios en el equipo gestor | Valora a la compañía en más de 700 millones

El “Lalandii 1” fue uno de los seis barcos de nueva construcción de Nueva Pescanova. MARTA G. BREA

“Se continúa avanzando en la identificación de un socio que tome una posición en la compañía. El efecto económico de la pandemia COVID-19 hace que este proceso esté siendo más lento de lo previsible”. Es la referencia incluida en las últimas cuentas anuales de Abanca a su participación en Nueva Pescanova, líder nacional en la industria pesquera y que en el ejercicio contable de 2021 logró salir de números rojos con un resultado neto de 7 millones de euros. Un proceso, el de esa búsqueda, que siempre tuvo un objetivo para la entidad que preside Juan Carlos Escotet: “poner en valor” al grupo gallego, especialmente tras incumplir los objetivos del anterior plan estratégico (Todos a una 2016-2020), y blindar su integridad sin desmembrarlo de mano de un aliado industrial. La localización de ese compañero de viaje o partner del sector no ha terminado de consumarse, sin que eso hubiese alterado la hoja de ruta empresarial en el cuartel general de Chapela. Pero sí ha habido un cambio: Pescanova busca ahora socios financieros, no industriales, que le permitan reforzar su solvencia y garantizar su viabilidad. Y tanto por la vía de entrada de nuevo capital como por la refinanciación de deuda.

Abanca cuenta para esta tarea con la asesoría del gigante de inversión Rothschild. A día de hoy, el banco gallego es titular del 97,76% del capital en la pesquera. Su intención pasa por rebajar ese nivel de exposición, sin perder la mayoría en el accionariado, dando entrada a al menos dos socios de carácter financiero. Esto es, traspasar una parte de sus títulos en Pescanova hasta quedar por debajo del umbral del 50% más una acción. Fuentes próximas al grupo consultadas al respecto por FARO se limitaron a exponer que “Rothschild realiza varias tareas que permitan lograr los objetivos estratégicos establecidos para Nueva Pescanova”. Abanca no perdería el timón en la empresa que dirige Ignacio González, de acuerdo a los datos avanzados por el diario Información, diario que pertenece al grupo Prensa Ibérica al igual que este medio. No tendrían cabida, por tanto, socios industriales.

El traspaso de acciones es relevante para la entidad financiera, por cuanto le permitiría no consolidar la deuda de esta participada en caso de que el eurobanco (BCE) le meta prisa. De momento, tanto Nueva Pescanova como el Deportivo de La Coruña están clasificados como “grupos enajenables de elementos que se han clasificado como mantenidos para la venta”, por lo que no ha tenido que ejecutar esa consolidación. De acuerdo al balance remitido por Pescanova al Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), la deuda neta a cierre de marzo ascendía a 452 millones de euros, equivalente a más de cinco veces Ebitda.

Abanca alcanzó más del 97% de los títulos en la pesquera hace poco más de un año, tras una ampliación de capital voluntaria –el juzgado le tumbó una operación similar, pero homologada– a la que no acudió ningún acreedor más. Capitalizó más del 80% del pasivo concursal, que devengaba intereses de hasta el 3%, un pellizco al que no quisieron renunciar el resto de tenedores de deuda. Pero fue un esfuerzo que no sirvió ni para eliminar todos los restos de periodo concursal de la pesquera –la resaca de la gestión de Manuel Fernández de Sousa, cuya entrada en prisión está pendiente del pronunciamiento del Supremo– ni para despejar la deuda en filiales extranjeras. Abanca pretende refinanciar este pasivo, que es otra de las tareas encomendadas a Rothschild. La banca española es reacia a participar en esta operación.

La deuda neta supera los 450 millones, algo más de 5 veces Ebitda

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El cuaderno de venta ya se ha perfilado, con la aspiración de alcanzar una valoración de nueve veces Ebitda, un rango elevadísimo para el sector y que supondría otorgar a Nueva Pescanova un precio de más de 700 millones de euros. Fuentes del sector ya explicaron a FARO, diario que pertenece al grupo Prensa Ibérica al igual que este medio, que la localización de un socio industrial era muy compleja. “Hay dos cosas importantes: tamaño y complementariedad”, señaló un directivo de la industria a este respecto. “Hoy por hoy, en el mercado español no hay players tan grandes” para digerir una operación de esta magnitud. Con más de 1.060 millones en activos de la multinacional que preside José María Benavent, el resto de operadores de España tendrían que hacer un Martinsa –comprar un grupo mucho más grande que sí misma– para que el capital de Nueva Pescanova se quedara en casa.

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