Tras dos años de ascensos meteóricos y muchas promesas, este 2022 las criptomonedas están viviendo una primavera negraBitcoin y Ethereum, las dos divisas virtuales más potentes, se han desplomado de nuevo este lunes al ser arrastradas por el corralito anunciado este domingo por la plataforma de intercambio Celsius Network.

Como fichas de un dominó, las fuertes pérdidas de ambas criptomonedas –del 14,7% y 17,58% respectivamente en el momento de la publicación de este artículo— se han acentuado por la decisión de la plataforma de 'trading' estadounidense de paralizar todas las transacciones así como la retirada de fondos de sus 1,7 millones de clientes. Celsius Network es uno de los mayores prestamistas del mundo en divisas digitales.

La plataforma justificó esa parálisis asegurando que servirá para "estabilizar la liquidez y las operaciones mientras tomamos medidas para preservar y proteger los activos". También se refirió a las "extremas condiciones del mercado", la inestabilidad mayúscula que sufren estos activos virtuales desde que a principios de mayo colapsasen los tokens Luna y Terra, consideradas como el posible Lehman Brothers de las criptomonedas por el efecto arrastre que ha generado en el sector.

La plataforma de comercio Celsius también se ha visto afectada en las últimas semanas por el tambaleo del mercado cripto. Así, el valor de sus activos ha caído a la mitad desde el pasado diciembre, de 24.000 a 12.000 millones de dólares. Eso ha llevado a muchos pequeños inversores a retirar su dinero de ahí, lo que habría llevado a un problema por falta de liquidez que ha llevado a Celsius a adoptar ese corralito a la desesperada.

La decisión de paralizar todas las transacciones y la retirada de dinero ha indignado a miles de clientes de la plataforma que ahora ven como sus activos han quedado atrapados mientras siguen devaluándose en el mercado, lo que a la práctica supone perder grandes cantidades de dinero.

El valor actual de Bitcoin, la criptomoneda de referencia, se sitúa alrededor de los 22.545 euros por activo, muy lejos de los 70.000 que estuvo a punto de alcanzar el pasado noviembre, cuando todas las promesas de ese emergente y especulativo mercado aún no habían empezado a esfumarse.