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Renfe aboga por peajes de más de 40 euros entre Alicante y Madrid para estimular el uso de los trenes

El presidente de la operadora abunda en la controversia del pago por circular por las autovías al defender que un mayor coste de los viajes por carretera llevaría más pasajeros al ferrocarril, al tiempo que reduciría la contaminación

Tren entre Alicante y Madrid a su paso por los alrededores de Villena. / ÁXEL ÁLVAREZ

El presidente de Renfe, Isaías Táboas, aboga por la aplicación de peajes de 41 euros en los desplazamientos por carretera entre Alicante y Madrid, alrededor de 53 para viajar hasta Barcelona y unos 16 para ir a València por la ruta más corta, como una forma de estimular el uso del ferrocarril. El directivo ha defendido la implantación de un sistema de pago por utilizar las autovías, entrando así en la controversia que existe en estos momentos sobre la cuestión, y ha sugerido 10 céntimos por kilómetro como una posible tarifa. Un dinero que incrementaría de manera más que notable el coste de los viajes en coche.

Táboas se pronunció de esta forma en un desayuno informativo celebrado en Madrid hace unos días, en donde, según recogió Europa Press, apeló a una rebaja del 53% en los cánones que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) cobra por el uso de la red tanto a Renfe como al resto de operadores que ahora comienzan a funcionar. Esa medida, señaló, permitiría aplicar importantes rebajas en el precio de los billetes, aludiendo a unos 31 euros en los trayectos de Madrid a Barcelona y unos 13 entre la capital de España y València. Y eso, apuntó, incentivaría los viajes en tren, de la misma forma que la medida de aplicar un pago por circular por las autovías.

En ese sentido, el presidente de Renfe detalló que un peaje de 10 céntimos por kilómetro "evitaría 2,3 millones de viajes en coche" y supondría una emisión de 100.000 toneladas menos de dióxido de carbono a la atmósfera. Esa propuesta conllevaría un coste de 35 euros entre Madrid y València, trayecto citado de forma expresa por Táboas en su intervención. No aludió a Alicante, pero aplicando ese posible baremo de gravamen a la provincia, aparte de los citados 53 euros desde la capital de la demarcación hasta Barcelona, 41 a Madrid o 16 a València, una medida de este tipo tendría una repercusión muy directa sobre la movilidad diaria dentro del territorio.

Hay que recordar que la mayoría de los desplazamientos internos en la provincia se hacen en coche, y que gran parte de los trayectos se hacen por autovía o autopista libre de peaje. Pagar 10 céntimos por kilómetro equivaldría a abonar unos 2 euros para ir de Alicante a Elche, alrededor de 4 para llegar a Benidorm o Elda, en torno a 5,5 en los trayectos a Orihuela, Villena y Alcoy, y unos 9 euros por encaminarse hasta Dénia por la AP-7. La propuesta coincide con la que lanzó en 2017 la patronal de las grandes constructoras españolas, Seopan. Esta entidad volvió a apostar públicamente por los peajes en las autovías en 2019, pero con un coste de 3 céntimos por kilómetro. Y el presidente de Renfe también recoge ahora ese guante.

Así, Táboas también se refirió en el mismo acto a un hipotético peaje de 10 euros entre Madrid y València, que equivaldría a unos 3 céntimos por kilómetro, y que, según dijo, permitiría emitir 13.800 toneladas menos de dióxido de carbono a la atmósfera. Con un baremo así, viajar entre Alicante y Madrid por autovía supondría pagar unos 12,30 euros, mientras que a Barcelona ascendería a 15,90 y a València se quedaría en alrededor de 4,80. En los trayectos internos también tendría su repercusión: desde unos 60 céntimos por cada trayecto entre Alicante y Elche hasta alrededor de 2,70 euros para ir a Dénia, pasando por en torno a 1,65 para acceder a Orihuela, Villena o Alcoy.

Una difícil argumentación en la provincia

Al hacer suya la medida planteada en su momento por las grandes constructoras, el presidente de Renfe abunda en una controversia tan de plena actualidad como la introducción de peajes en las autovías. Como ha publicado este periódico, el Gobierno ha confirmado que se establecerá algún sistema de pago por circular por las vías de alta capacidad, alegando que de esa forma se contribuirá a costear su mantenimiento. Sin embargo, el argumento de que el coste de los peajes llevará más viajeros al tren tiene difícil justificación en la provincia de Alicante, especialmente en lo que se refiere a los trayectos cortos.

Hay que tener en cuenta que la escasez de la actual oferta de trenes de cercanías y media distancia, o directamente su ausencia, es una de las causas que explican que los desplazamientos se realicen mayoritariamente por carretera, y que el vehículo privado tenga en ellos un peso significativo. Resulta plausible que un peaje elevado redujera los viajes en coche de Alicante a Barcelona o Madrid, pero es muy improbable que ocurriera lo mismo con trayectos a Elche u Orihuela, y más aún a Villena, por no hablar de Alcoy, que carece de conexión ferroviaria directa con Alicante. Tampoco cuadra una argumentación así con la intención que ha expresado en los últimos tiempos el Ministerio de Transportes de dar prioridad al autobús frente al ferrocarril fuera de las grandes áreas urbanas, aduciendo criterios de rentabilidad económica.

A todo eso hay que sumar también que todavía no se ha recuperado la oferta de trenes existente antes de la pandemia. Sigue habiendo dos trayectos diarios menos por sentido entre Alicante y Villena y uno menos entre València y Alcoy que hasta marzo de 2020. Desde Renfe han indicado en diferentes ocasiones que los servicios se irían reponiendo paulatinamente, y que este verano estarían ya al 100%. Por lo pronto, este lunes se restablecen todas las circulaciones previas a la pandemia entre Castelló de la Plana y Vinaròs, con dos trenes diarios más por sentido, con lo cual cabe pensar que a corto plazo ocurrirá lo mismo en los corredores afectados en la provincia alicantina.

Las palabras del presidente de Renfe apostando por introducir peajes en las autovías han sido criticadas por el senador de Compromís Carles Mulet, quien las tacha de "maltrato a los usuarios" de la operadora ferroviaria, y quien ha afeado a Táboas que "si quiere mejorar sus números, lo que debe hacer es un plan para recuperar a los millones de usuarios que han abandonado el tren convencional hartos de una mala atención y servicio", en lugar de "hacer de palmero del Gobierno de turno cuando proponen el pago por uso de las autovías". Para Mulet, resulta "paradójico" que se sugiera la aplicación de peajes, cuando hay mucha gente que "se ha visto en parte obligada a utilizar su vehículo privado por el mal servicio público que han venido prestando durante todos estos años", y del que Táboas "tiene buena parte de responsabilidad".

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