La concha fina está de moda. No hay ninguna duda. Hasta hace unos años se podía adquirir en cualquier pescadería malagueña a tres, cuatro o cinco euros el kilogramo. Ahora se comercializan a unos 20 y durante las pasadas fiestas navideñas rozaron los 40 euros, máximo histórico en la provincia europea donde más se consumen. Galicia ha tomado buena nota y desde hace unos meses han empezado a ofertarse sus propias conchas, cultivadas en el Atlántico después de que se "hayan sembrado" ejemplares capturados vivos en Málaga.

Así lo relataban ayer varios responsables de pescaderías de distintos puntos del litoral malagueño, incluida una situada en la localidad axárquica de El MorchePescadería Rico. Este establecimiento es uno de los que mayor cantidad de conchas finas comercializa. Alberto Rico remarca que esos altos precios alcanzados por este bivalvo en Navidad son fruto del enorme consumo que existe en la actualidad.

No le extraña por lo tanto que el pasado lunes se anunciara en el marco del Salón de Innovación en Hostelería de Málaga (H&T) la creación de una nueva marca promocional, denominada Concha Malagueña, bajo el paraguas de la firma Sabor a Málaga. Fue el presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, el que anunció este detalle durante la presentación a la que también asistieron el secretario de Estado de Turismo del Gobierno de España, Fernando Valdés, el viceconsejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Manuel Alejandro Cardenete, o el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.

Rico agrega que la concha fina procedente de Galicia acaba de empezar a llegar a la Costa del Sol, después de que se comenzara a "sembrar" en aguas de aquella comunidad hace unos años, con el despegue de este molusco en cuanto a su precio por kilo: "Encuentras las procedentes de Marruecos, en los mercados, a muy pocos euros. Pero la calidad de la concha malagueña es muy diferente y ya es difícil adquirirla por menos de 17 o 20 euros, como precio de venta al consumidor".

La sorpresa para los comercializadores malagueños es comprobar que las nuevas conchas procedentes de tierras gallegas adquieren un tamaño superior a las que de adultas llegan a tener las malagueñas. «Con cuatro o cinco completas el kilo. Son enormes», destaca el fuengiroleño Miguel García. Aún así unos y otros pescaderos abundan en que no es casualidad que Málaga sea la zona del mundo donde más se comercializa la concha fina.

«Las de aquí tienen un sabor inconfundible, aunque los pescadores puedan recogerlas en otros rincones del Mediterráneo, o ahora en Galicia. Es lo que nos distingue y es normal que se ponga un sello promocional a la concha malagueña», finaliza un pescador del puerto de Caleta de Vélez, el más productivo durante muchos años de todo el litoral mediterráneo andaluz.

Biólogos y expertos en moluscos consultados por este periódico, incluidos los de organismos de la reputación del Aula del Mar, señalan que la concha fina se consume también en FranciaPortugal Italia. No obstante, el bivalvo conocido también en otros territorios como "almejón almeja de Málaga" es un "gran desconocido en la propia comunidad autónoma gallega".

Antonio Miguel Rubio, responsable de la Pescadería El Hijo de José de Pizarra, incide en que con la pandemia ha crecido mucho la demanda de concha fina. El incremento del turismo nacional en la provincia ha dado a conocer este manjar malagueño, que se puede consumir "crudo, con unas gotas de limón y, al gusto, unas pizcas de pimienta, o a la plancha".

Para Rubio, con esa elevadísima demanda y la falta de género, es normal que suban los precios y entren en juego los productores de marisco o moluscos de territorios como Galicia, que es el principal productor de conservas de pescado de todo el mundo. "Nos están viniendo las de Galicia, con una buena calidad. Si son frescas aguantan dos o tres días. Vienen muy limpias y son grandes", argumenta al tiempo que atiende a su clientela.

Este propietario de pescadería recuerda que entre paros biológicos, presencia de toxinas cuotas, no queda más remedio que poner en el mercado concha fina de fuera de la provincia. "En estas fechas por ejemplo no tenemos boquerones grandes. Los pocos que hay proceden de Marruecos. y tienes que recurrir a ellos, siendo uno de los productos típicos de nuestras aguas", finaliza.

Los comercializadores de este bivalvo recuerdan que en 2020 los precios no llegaban a los seis euros en venta al público. Empezaron a subir de nuevo este pasado verano. Por entonces, coincidieron en creer que, pasado el periodo estival, con la caída de la demanda en zonas turísticas, bajarían los precios. Es algo que no sucedió. Al contrario, con las fiestas aún subieron más. Y en este momento, aunque hayan bajado, de promedio están como en verano.