Antoni Riera, es director de la Fundación Impulsa, catedrático de Economía Aplicada de la Universitat de les Illes Balears y miembro del jurado de los premios BBVA Revoluciona. La dirección Territorial Este de BBVA y la Universitat de València han lanzado la convocatoria de la primera edición de estos galardones que reconocerán a las pimes que se han convertido en un referente de la transformación digital y sostenible en la Comunitat Valenciana, Región de Murcia e Illes Balears. Las empresas podrán presentar su candidatura hasta el 15 de diciembre, accediendo a la web premiosrevoluciona.bbva.com. 

BBVA Revoluciona premiará la transformación digital y sostenible de las pimes, ¿Cómo valora un premio de estas características?

Lo valoro de forma muy favorable. La tecnología digital y la sostenibilidad son, actualmente, palancas clave a activar para responder a las megatendencias globales, especialmente en el escenario que nos ha legado la pandemia de la covid-19. Sin duda, vale la pena reconocer el esfuerzo llevado a cabo por las pimes, pues su iniciativa no solo es ejemplar, sino que puede ser contagiosa.

Uno de los objetivos de BBVA Revoluciona es dar visibilidad a las pimes, ¿Sabemos lo suficiente sobre ellas?

Lo cierto es que están muy presentes en nuestra realidad económica, pues son el 99,9% del tejido empresarial y mantienen alrededor del 80% del empleo en Balears. Con estas cifras sobra señalar que asegurar su viabilidad es crítico para apuntalar la recuperación real de nuestro archipiélago. En Impulsa Balears orientamos, precisamente, una de nuestras cinco iniciativas estratégicas a perfilar y monitorizar la dinámica empresarial en las islas, pues tenemos muy claro que para trazar las estrategias más adecuadas es necesario, primero, conocer y segmentar.

¿Qué valores destacaría de las mismas?

Seguramente existen valores distintos, pues bajo la etiqueta ‘pimes’ englobamos a una diversidad enorme de unidades, tanto por naturaleza, especialización, mercados a los que se dirigen…Incluso por tamaño: nada tiene que ver una microempresa de menos de 6 trabajadores con una mediana-empresa de 200. Entre las pimes existen segmentos muy interesantes. Concretamente, en Balears, la mediana-empresa, es un segmento que aglutina 549 empresas y es muy manejable a efectos de politica económica pues opera a una escala que facilita la activación de palancas de competitividad, al mismo tiempo su agilidad -superior a las unidades de mayor tamaño- permite traducir más rápidamente su movimiento en resultados. 

¿Las pimes de Balears se han subido al tren de la transformación digital y la sostenibilidad?

Sin duda, la sostenibilidad y, quizás todavía desde ya hace más tiempo, la tecnología, están de cada vez más presentes en los planes de a medio y largo plazo de las pimes de Balears. Ya pocas empresas dudan de que existen grandes oportunidades detrás de estas cuestiones, si bien es cierto, en cualquier caso, que queda un largo camino por recorrer. Según nuestro último i|pulsómetro, todavía menos de una cuarta parte de las pimes, el 23,7%, valora de manera sistemática nuevas herramientas tecnológicas a integrar en su negocio. 

¿En qué están fuertes las pimes de Balears y en qué cree que deberían mejorar?

Balears cuenta con tejido empresarial que, sin duda, tiene capacidad de reinversión en nuevos impulsores de la eficiencia y la innovación. Esto es así, si bien existen diferenciales entre sectores o segmentos empresariales, porque lo han revelado los últimos estados contables prepandemia. Los retos de las pimes son los retos de Balears o, si lo prefiere, a la inversa. Y todos ellos se encierran en uno muy concreto: el incremento de la productividad. La capacidad de generar más valor, de asegurar la prosperidad de las islas a medio y largo plazo. 

¿La covid ha sido un revulsivo para acelerar la transformación digital de las empresas de Balears?

Totalmente. Si me permite, me remito de nuevo a nuestro último i|pulsómetro, que orientamos precisamente a medir esta cuestión. Los resultados en este sentido son reveladores: el 31,3% de las empresas revelan que la pandemia ha acelerado su integración tecnológica de manera intensa, mientras que otro 47,3% asegura que lo ha hecho de manera leve. 

¿Qué panorama ha dejado para estas compañías la irrupción de la pandemia?

De entrada, la reformulación de su forma de operar, trabajar, comercializar y relacionarse con su entorno más inmediato. Todo ello de manera abrupta, al inicio y con el desafío transformador en una situación que ha dificultado y, en muchos casos, comprometido su viabilidad en el corto plazo. La capacidad de adaptación ha cotizado al alza en los primeros compases de esta pandemia, ahora la capacidad de reformularse para el futuro está tomando ya, poco a poco, el testigo. 

¿Cuáles serían los cambios que habría que acometer para hacer frente a este nuevo escenario?

De entrada, asumir que las empresas y, por extensión, todos los actores del archipiélago estamos inmersos en un escenario que, actualmente, tan solo es abordable en clave de transición. Y que, en esta tesitura, abrir angular para ajustar capacidades y tomar nuevas posiciones es clave para rearmarse competitivamente. Desde esta perspectiva, el conocimiento estratégico y la colaboración multistakehoder son vectores a sumar, más rápido que tarde, a la toma de decisiones tanto individual como colectiva.  

¿Qué vías de progreso abre la tecnología y la sostenibilidad en el archipiélago?

No podría ser más idónea la pregunta. Porque de verdad que, en este escenario, por incierto e, incluso, ingrato que parezca, existen grandes ventanas de oportunidad. En estos momentos, la tecnología y la sostenibilidad abren dos grandes vías de progreso, como son la transformación digital y la economía circular. Dos vías de progreso que, además, van de la mano y que son especialmente relevantes en un archipiélago como el nuestro. 

Uno de los miedos de las pimes es el coste que puede ocasionar esta transformación, ¿Cree que estos temores están justificados?

Totalmente. Las transformaciones de este calado no están exentas de riesgo y seríamos utópicos si no reconociéramos que tienen un coste, que no salen gratis. En esta tesitura nos movemos más allá de la esfera individual y las empresas, junto a otros actores del tejido, deben efectuar apuestas sólidas, comprometidas y de largo recorrido, capaces de gestionar altas dosis de conocimiento estratégico y nuevas formas de cooperación para derribar fronteras sectoriales y desplegar, con mucha audacia, nuevos modelos de negocio y acciones políticas de alto nivel.