Bankinter, que se vio privado del quinto puesto en el “ranking” bancario nacional por la fusión de Unicaja Banco y Liberbank, consumada el 2 de agosto, prevé recuperar esa posición por volumen de activos mediante su crecimiento orgánico y sin acometer por ello operaciones corporativas.

Manuel Menéndez. EP

El director financiero de Bankinter, Jacobo Díaz, señaló en unas recientes declaraciones que, en virtud de la tasa media de crecimiento anual del balance de la entidad durante los últimos años (entre el 5% y el 7%), Bankinter podría resituarse progresivamente hasta colocarse de nuevo inmediatamente por detrás de Santander y Caixa Bank (el primer es líder del sector por volumen absoluto de activos y el segundo lo es por su negocio en España), BBVA y Sabadell.

Para materializar su objetivo, Bankinter deberá mantener esa tasa de progresión media por ejercicio y precisará a su vez que el crecimiento medio anual de Unicaja Banco (la entidad resultante de la absorción de Liberbank por el malagueño Unicaja Banco) mantenga una velocidad de mejora inferior.

Aunque el objetivo básico de las entidades reside más en la rentabilidad que en el tamaño, el volumen de negocio es un parámetro muy relevante para desarrollar economías de escala y mejorar la eficiencia (parte de los ingresos consumidos por los costes) en un contexto de bajísimos tipos de interés e incluso tasas negativas.

Bankinter tiene un perfil de negocio diferenciado y se mueve en un segmento más específico que sus competidores directos.

Tanto en el capital de Bankinter como en el de Unicaja Banco participa el grupo industrial asturiano Corporación Masaveu. Este conglomerado industrial y financiero tiene el 5,31% de Bankinter y el 2,28% de Unicaja. El grupo participa en el consejo de administración del primero con un representante aunque no está presente en el del segundo. Hasta el momento de la fusión tenía un puesto en el consejo de Liberbank Ibercaja.

La entidad aragonesa Ibercaja Banco, resultado de la fusión de cajas de ahorros –como lo es Unicaja y lo fue Liberbank–, ha reactivado su plan para salir a Bolsa y consolidar así su continuidad en solitario.

Ibercaja es uno de los candidatos más claros, a juicio de los analistas, para protagonizar una supuesta integración futura con Unicaja Banco por la complementariedad de sus redes y por la naturaleza de origen de ambos organizaciones, participadas en los dos casos por fundaciones bancarias. Los responsables de Unicaja (el malagueño Manuel Azuaga, presidente, y el asturiano Manuel Menéndez, consejero delegado) dejaron abierta la opción a integrar otros bancos (sin especificar cuáles) durante su comparecencia conjunta el 30 de diciembre.

La salida de Ibercaja a Bolsa (una operación que ya consideró en los últimos años) le eximiría de tener que dotar un fondo (en su caso de 300 millones) por exigencia de la Ley de Cajas. Kutxabank (otro banco de antiguas cajas de ahorros) prefirió constituirlo para eximirse de cotizar. Ibercaja tiene de plazo hasta diciembre de 2022 para ejecutar una u otra opciones tras la última prórroga que se le otorgó a causa de la pandemia.