Este sábado se ha vivido una de las jornadas más surrealistas de esta liga, incluso de las de los últimos años. La posibilidad de un alirón en diferido, con el Real Madrid ganando al Cádiz y teniendo que esperar a que el Girona impidiese la victoria azulgrana, enrareció el ambiente desde el mediodía. Una empleada del Real Madrid nos recalcaba, mientras los jugadores calentaban en el césped del Bernábeu, que no había planes de celebración. “No depende de nosotros, con lo cual no hay plan alguno de celebración. Nosotros tenemos que hacer lo nuestro y luego ya pasará lo que tenga que pasar. Pero no dependiendo de nosotros, el club no se ha planteado ir a Cibeles a celebrar nada”.

Fiesta contenida tras ganar al Cádiz

En las gradas del Bernabéu muchos aficionados de provincias habían llegado atraídos por la posibilidad de ver a su equipo salir campeón. Algo que, en realidad, no se tradujo en el juego. Hasta que Joselu marcó el tercer gol en la última jugada del partido, no hubo ningún síntoma de alirón. Fue marcar y nada más sacar el Cádiz del mediocampo, el árbitro pitó el final. Entonces la grada comenzó a entonar el “¡Campeones, campeones!” mientras en la megafonía atronaba el himno del Madrid, el clásico de las mocitas madrileñas. Pero esta vez los jugadores se dirigieron a los aficionados, concretamente a la que está en el Fondo Sur, donde se encuentra la grada de animación, para cantar y bailar con su hinchada celebrando lo que ya se intuía como un alirón. No fueron más de siete minutos, pero los aficionados lo agradecieron y los jugadores se divirtieron antes de marcharse rumbo al vestuario, mientras las gradas se iban despoblando.

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Cibeles celebra la 36ª Liga del Real Madrid, en imágenes

Pellegrino fue rápido, respondió a cuatro preguntas y se marchó con desánimo lamentando las ocasiones perdidas. Y entró Carlo Ancelotti. Lo hizo en el preciso momento en que Christensen anotaba el primer gol del Barça y respondía la tercera pregunta mientras Dobvyk colocaba el empate en Montilivi. Era informado de los dos goles por Antón Meana, de la cadena SER, y su semblante no cambió. “A mí me da igual que seamos campeones hoy, el domingo… La hemos merecido ganar y lo que quiero es ganarla porque lo hemos merecido. Mañana tenemos entrenamiento y cada uno hará lo que quiera. No hay nada organizado. Lo único que me importa es que tenemos que focalizarnos al cien por cien en el partido del miércoles”, apuntaba el italiano.

Ancelotti: "Nos vamos a casa tranquilos"

Cuestionado de nuevo si el cuerpo le pedía ir a Cibeles, Carletto se reiteraba en su posición. “No merece la pena, si tenemos que celebrar lo celebraremos el próximo domingo. Todavía no hemos ganado y por eso no se puede plantear nada. Nos vamos a casa tranquilos”. Una rueda de prensa en la que el técnico se puso serio al ser preguntado por qué no le dio 90 minutos a Arda Guler, con una contundencia poco habitual en él: “Arda ha tenido el papel que tenía que tener. A mí el Real Madrid me contrató para ganar partidos, no para dar minutos a los más jóvenes”. Y poco después coronaba la rueda de prensa con un mensaje para navegantes: “Hemos marcado solo cien goles, hemos ganado pero no hemos jugado muy bien... así que repito, háblame del mar, marinero...”.

Nacho, capitán del Real Madrid, cumple un sueño: "Me pone los pelos de punta poner la bufanda a La Cibeles"

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Concluida la rueda de prensa, los empleados del club invitaban a abandonar las dependencias del estadio a los periodistas que aún quedábamos en la sala de prensa. Afuera no había mucho movimiento, más allá de la plaza de los Sagrados Corazones, donde se esperaba la salida de los autobuses con los jugadores. El del Real Madrid salió vacío. Los jugadores se habían quedado en el estadio viendo el partido del Montilivi.

Mientras Lewandowski marcaba el penalti que adelantaba al Barça en Girona se terminaba de enjaular la Cibeles, donde el dispositivo policial ya estaba custodiando las cuatro esquinas de la rotonda. Cuando Portu marcó el empate a los 28 segundos de salir al campo, decenas de aficionados madridistas esperaban en las aceras cercanas al Ayuntamiento. Dos minutos después llegó el tercer gol ‘gironi’ por medio de un canterano madridista, Miguel, y los aledaños de la Cibeles comenzaron a recibir la llegada de más madridistas convencidos, ahora sí, que el Madrid se proclamaría campeón en diferido.

Cuando Portu coronó su arrebatadora tarde con una volea que superaba a Ter Stegen, en la Cibeles ya se entonaba el ¡Campeones, campeones! Lo que por un momento pasó de alirón en diferido a ‘alirón interruptus’ diluyendo la contenida euforia blanca, terminó con gritos de ¡Portu, selección! Y la Cibeles volvió a disfrutar del éxito de un Real Madrid que le ofrecerá el título después de verse las caras con el Bayern el miércoles. Porque como apuntó Ancelotti en sala de prensa: “Aún tenemos que acabar bien la temporada y no hay mejor motivación que jugar otra final de Champions”.

La noche acabó con hordas de madridistas tomando la Cibeles mientras los jugadores celebraban en el vestuario del Bernabéu la victoria del Girona y consecuentemente su título de Liga, algo que, sin embargo, no celebraron con la afición. Será la semana que viene, como confirmaron los propios jugadores, pero será con el riesgo de jugarse el miércoles el pase a la final de la Champions ante el Bayern. Si pasan, doble alegría para celebrar, Si caen, pocas ganas les van a quedar de ir a Cibeles a celebrar nada.