Por mala que sea, toda situación es susceptible de empeorar. Algo así debieron de pensar en la organización del Mutua Madrid Open este miércoles alrededor de las 19.00. Apenas había pasado media hora desde el jarro de agua fría que había supuesto la inespereda eliminación de Carlos Alcaraz en cuartos de final a manos de Andrey Rublev cuando, justo al entrar el murciano a la sala de prensa, los periodistas allí presentes empezaron a mirar sus télefonos y el barullo se disparó.

El torneo acababa de anunciar en sus redes sociales que el italiano Jannik Sinner, cabeza de serie número uno y gran reclamo extranjero, se bajaba de un cuadro que en apenas 20 horas ha pasado de estar lleno de incentivos a desangrarse. Sin españoles (Rafa Nadal y Calos Alcaraz) y sin el mejor jugador de la temporada y aspirante al número uno (Sinner), el cuandro masculino luce desangelado cuando en el horizonte ya asoma la final. a uno o dos partidos.

"Es muy triste tener que retirarme de mi próximo partido aquí en Madrid. Mi cadera me ha estado molestando esta semana y poco a poco me ha ido doliendo más. Siguiendo el consejo de los médicos, decidimos que lo mejor era no jugar más y empeorar las cosas", anunció el italiano, número dos del mundo, que ya había estado cerca de tomar esa decisión el martes, antes de jugar con Karen Kachanov

El italiano ha conquistado tres títulos en 2024 (Open de Australia, Róterdam y Miami) y acumulaba 25 victorias por sólo tres derrotas, y puja fuertemente a arrebatar el número uno a Novak Djokovic. La derrota de Alcaraz le dejaba como el indiscutible favorito al título pero Sinner, que siempre se ha mostrado muy precavido con su físico, optó por guardarse ante la proximidad del Masters 1.000 de Roma, en el que juega como local, y Roland Garros.

Las semifinales femeninas, repletas de estrellas

No por tratarse de algo previsible dejó de convertirse en un misil en plena línea de flotación. El momento, justo después de caer Alcaraz, noqueó a un torneo que con prácticamente todo vendido ve de repente como lo que queda de certamen queda absolutamente desangelado. Además de perder un partido (Auger-Aliassime pasa directamente a semis y nadie jugará a las 16.00), deja al Masters de Madrid con solo dos top-10 en liza, los dos rusos - Medvedev (4) y Rublev (8) - y varios meritorios sin mucho caché como Lehecka, Taylor Fritz o Auger-Aliassime.

Ha sido siempre Madrid un torneo a contrapié de lo que necesitan los tenistas a estas alturas de año. La sobresaturación del calendario, unido al punto de la temporada (a mitad de la temporada de tierra) y las características especiales de la altura de la capital, que no guarda similitud con el resto de ciudades que albergan torneos en la gira de tierra hasta llegar a Roland Garros, han convertido el torneo en los últimos años en diana de las renuncias. Bueno muestra de ello es el número uno, un Novak Djokovic que renunció por segundo año consecutivo argumentando que sufría problema en el codo derecho.

Contrastan tantos movimientos en el cuadro masculino con el femenino, en el que tres de las cuatro semifinalistas proceden del top-4 del ranking WTA. Están, como viene siendo habitual, las dos grandes dominadoras de la WTA en los últimos tiempos, Iga Swiatek (1) y Aryna Sabalenka (2) y la gran aspirante, Elena Rybakina (4). Solo se ha colado Madyson Keys (18) en la lucha por la final, lo que da buena muestra de lo marcadas que están las cartas en los últimos tiempos.