Ahora sí, las futbolistas han hablado de forma clara y diáfana. Para resumir, quieren que de la actual Federación Española no quede ni el apuntador, todos responsables del ambiente machista que ha imperado esta institución desde siempre. Caídos Rubiales y Vilda, presidente y entrenador, las jugadoras piden ahora la cabeza de Pedro Rocha, de Andreu Camps y hasta de la seleccionadora Montse Tomé, todos cómplices de los comportamientos y actitudes mostrados en el último lustro por el dimitido presidente, que se ha demostrado que era la punta del iceberg de una situación insostenible. Urge cambiar las estructuras de las federaciones, y no solo la de fútbol, para lograr el cambio deseado.
