El Manchester City saldó una cuenta que tenía pendiente en sus 146 años de historia. Le costó más de lo previsto. Llegaba a la final de la Champions de Estambul con el cartel de claro favorito ante un Inter que había acabado la Serie A tercero, a 18 puntos del Nápoles. Pero el conjunto que dirige Pep Guardiola ha madurado. Ya no solo es un equipo que despierta admiración por su gusto futbolístico. El técnico catalán ha convertido al City en una máquina competitiva capaz de manejarse en todos los escenarios.

Esta vez le tocó bajar al barro. Y lo hizo. Con todas las dificultades del mundo, pero con la fe intacta y la lección bien aprendida. Aguantó, se armó de paciencia, sufrió... hasta que encontró la brecha en la defensa del Inter. Bernardo Silva desequilibró y Rodri sentenció con el gol de su vida. Rodri elevó el conjunto inglés al Olimpo del fútbol europeo. La fortuna hizo el resto, con la madera echando un cable y Ederson sacando con el pie, de milagro, un cabezazo a bocajarro de Lukaku.

El triunfo 'citizen' no tuvo la brillantez que se esperaba. Incluso el Inter hizo más méritos para levantar el título. Pero Guardiola cerró el círculo conquistando el título para el que fue contratado. Y no solo eso: primera Champions League y primer triplete de la historia del City, algo que en la Premier League sólo había logrado su máximo rival ciudadano, el Manchester United.

Simone Inzaghi hizo un planteamiento impecable. Eso sí, con la colaboración de un Szymon Marciniak muy permisivo con la agresividad de los neroazurri. El técnico italiano intentó arrebatarle el balón al Manchester City para evitar que las posesiones interminables del conjunto de Pep acabaran metiendo a su equipo colgado de la portería de Onana. Y salvo un fogonazo de Bernardo Silva, con un zurdazo ajustado a la cruceta tras romper la cintura a Di Marco, se salió con la suya, aunque rozando una y otra vez el límite del reglamento cuando le tocó correr detrás del cuero.

El City no se encontró cómodo en ningún momento de una primera parte en la que encima se quedó sin De Bruyne. Perseguido por la mala fortuna en las finales de la Champions League -ya tuvo que retirarse lesionado de la de 2021 ante el Chelsea-, el belga tuvo que abandonar el terreno de juego pasada la media hora por un problema muscular. Haaland se quedaba sin su mejor socio sobre el terreno de juego, ese que minutos antes le había servido un balón al espacio para que pusiera a prueba los reflejos de Onana, en lo que fue la mejor ocasión del encuentro en todo el primer acto.

Bernardo Silva controla el balón en una acción del partido. EFE

Los milaneses lograron equilibrar la final, pero sólo inquietaron la portería de Ederson a raíz de un error del brasileño. El cuero le llegó a Barella con el cancerbero del City fuera de su portería, pero su intento desde 35 metros salió demasiado desviado.

El Inter ganó la batalla psicológica al descanso. Y aún reafirmó su sensación de que podía levantar el título tras un despiste de Akanji que dejó a Lautaro en el mano a mano con Ederson. El portero del City evitó la debacle manteniendo su posición ya tapando ángulos al argentino.

Y cuando más atascado estaba el conjunto de Guardiola apareció el Bernardo Silva. Ruptura para controlar el pase en profundidad de Akanji, llegada a la línea de fondo y pase atrás para que Rodri, después de un rechace defensivo, enviase el cuero a la red.

El factor suerte

Lejos de hundirse, el Inter se fue a por el partido y el City sufrió de lo lindo. El larguero le echó una mano repeliendo un cabezazo de Barella, que volvió a intentarlo tras el rechace, pero se encontró con el cuerpo de su compañero Lukaku. El belga aún tuvo otra oportunidad al contraataque, pero su disparo poco colocado lo detuvo sin problemas Ederson.

Con los italianos adelantando líneas, el partido se abrió y llegó el intercambio de golpes. En él, Foden se plantó solo ante Onana, pero no su disparo le salió demasiado centrado. Pero aún le quedaba mucho por sufrir al City. A dos minutos para el final, Ederson sacó con el pie, de manera milagrosa, un cabezazo a bocajarro en el área pequeña de Lukaku. El rechace impactó en el cuerpo de Ruben Dias y casi se aloja en la portería. Y aún tuvo la última el Inter, en el 95... pero era la noche de Guardiola y el City.

Ficha técnica:

1 - Manchester City: Ederson; Akanji, Dias, Stones, Aké; Rodri, Gundogan, De Bruyne (Foden, m.35); Grealish, Bernardo y Haaland.

0 - Inter de Milán: Onana; Darmian (D'Ambrosio, m.84), Acerbi, Bastoni (Gosens, m.76); Dumfries (Bellanova, m.76), Barella, Brozovic, Calhanoglu (Mkitaryan, m.84), Dimarco; Dzeko (Lukaku, m.57) y Lautaro

Gol: 1-0, m.68: Rodri.

Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia). Amonestó a Haaland (m.92) y Ederson (m.94) por parte del Manchester City, y a Barella (m.59), Lukaku (m.83) y Onana (m.92) por parte del Inter de Milán.

Incidencias: Final de la Liga de Campeones disputada en el Atatürk Olympic Stadium de Estambul ante unos 70.000 espectadores.