Se llama Thiago Seyboth Wild, es el 172 del mundo, y este martes se ha dado a conocer eliminado a Daniil Medvedev, número 1 mundial, por 7-6 (5), 6-7 (6), 2-6, 6-3 y 6-4, en un espectacular batalla de 4 horas y 17 minutos. Un duro golpe para el tenista ruso que llegaba a Roland Garros tras conquistar el título en Roma y había conseguido 5 títulos esta temporada.

Podía parecer que Medvedev iba a tener un debut plácido en Roland Garros como lo tuvieron Carlos Alcaraz y Novak Djokovic. Seyboth Wild, de 23 años, nacido en Rondon (Parana), no no debía complicarle la vida, pero acabó convirtiéndola en un calvario.

Desde el primer punto en juego Seyboth Wild le dio un aviso a Medvedev cuando remontó un 2-0 de entrada para ganarle el primer set en el ‘tie break’ (7-5). No solo eso. En el segundo forzó también el 'tie break' y estuvo a dos bolas (6-4) de llevárselo también, antes de que Medvedev evitara el desastre ganando cuatro puntos seguidos.

El brasileño sorprendió con su juego agresivo, valiente y una poderosa derecha que desbordó al tenista ruso, una y otra vez. Medvedev recuperó las sensaciones para ganar el tercer set (6-2), pero en los dos últimos volvió a perder el control de la pista, ante un rival que parecía el número dos del mundo y no él.

"Salí a pista dispuesto a dar lo mejor de mí. Quise apretar su derecha todo el rato y creo que ha salido bien", decía feliz Seyboth Wild , campeón del US Open júnior en 2018 que jugaba el 44 partido del año, todos en tierra, pero el primero en Roland Garros donde se ganó una plaza en la fase previa.

Partido trampa

El tenista brasileño, con una derecha que recuerda a la del retirado Roger Federer, un saque efectivo y una gran movilidad en la pista volvió loco a Medvedev, incapaz de encontrar soluciones. El saque de Medvedev (14 dobles faltas) y cinco servicios perdidos en los dos últimos sets, donde el partido se rompió con ataques y contrataques que levantaron las gradas de la Philippe Chatrier, se convirtieron en una losa imposible de levantar ante el tenista brasileño que cerró el partido con 46 golpes ganadores, el último una derecha paralela imposible de devolver.

Las ilusiones de Medvedev de luchar por el título en Roland Garros se esfumaron en un partido trampa. Si el ruso tenía aprensión a la tierra, le costará olvidar la derrota de este martes.