«Por mí podemos empezar mañana». Los ojos de Aina Bauzà (Pont d’Inca, 1994) transmiten mucha ilusión y su discurso destila ambición. La regatista del Club de Vela Port d’Andratx (CVPA) se muere de ganas de competir en la Mini Transat, prueba transoceánica que une la localidad francesa de Les Sables d’Olonne con la isla caribeña de Guadalupe, haciendo escala en La Palma. O lo que es lo mismo, cruzar el Atlántico en solitario sin ayuda exterior en un velero de 6,5 metros de eslora y tres de manga, todo un reto que la convertirá en la primera mujer de Balears en intentarlo y la única española en una competición que reúne a noventa participantes en unas condiciones extremas. 

«Nos iremos en dos o tres semanas hacia Francia después de hacer algunas reparaciones y mejoras. Empezamos el 25 de septiembre», precisó este jueves en la presentación celebrada en una de las terrazas del club de Ponent. 

A bordo del ‘Redó by Ànima Negra’, un barco muy técnico diseñado con proa redonda y que fue construido en Polonia, quiere vivir una desafío que lleva preparando desde hace casi tres años. «Mi objetivo es acabar la Mini Transat, pero el velero está preparado para correr mucho y para ir sobre las olas. Voy a intentar ser lo más competitiva posible», confesó Bauzà, con gran experiencia en clases como Optimist, Laser Radial, Laser 4.7 e ILCA 6. «El mar es mi vida», subrayó tajante a DIARIO de MALLORCA.

Es consciente de que afronta una competición que la va a llevar al límite y que será muy distinta a todo lo que ha hecho hasta ahora porque reduce las necesidades vitales a la mínima expresión. La intención es que la embarcación sea lo más ligera posible para ir rápido, «muy rápido», aclaró. La cama serán unas velas secas, el baño será un simple cubo y su alimentación será comida liofilizada o deshidratada, en la que su preparación se limita a añadir agua hirviendo.

"El momento más crítico es pasar Finisterre, ahí es donde la meteorología será más adversa"

Sin embargo, para rendir al máximo nivel necesitará tener energía y descansar lo que pueda. «Pues solo podemos dormir en tandas de veinte minutos, serán como pequeñas siestas», aseguró. No se puede quedar dormida bajo ningún concepto porque un error podría arruinar la carrera, Debe navegar durante las 24 horas. De hecho, en condiciones normales, como mucho podrá reposar unas cuatro horas por jornada. Casi nada. «Es que es muy común sufrir alucinaciones. Tengo claro que deberé manejar el cansancio extremo, pero estoy preparada», expresa convencida. Para ello ha trabajado de forma intensa en Barcelona con Didac Costa, regatista catalán con mucha experiencia en la navegación en solitario.

Aina Bauzà, durante el acto en el Club de Vela Port d'Andratx. Pablo Coll

Bauzà, graduada en Náutica y Gestión Marítima por la Universidad Politécnica de Cataluña, ha visualizado las más de cuatro mil millas náuticas de las que consta la Mini Transat. «La primera etapa desde Les Sables d’Olonne son entre siete y diez días y la segunda, desde La Palma hasta el Caribe, durará entre quince y veinte días», señaló antes de ir más allá: «El momento más crítico es pasar Finisterre, ahí es donde la meteorología será más adversa y cuesta un poco más, pero ya después en el Atlántico en sí, los vientos alisios son mucho más estables y será más sencillo».

La palmesana, que ha recibido los consejos de otros baleares que ya han disputado esta prueba, como Nacho Postigo, Hugo Ramón, José Linares y Felip Moll, entre muchos otros, solo teme una cosa. «Me da miedo que se pueda romper el barco, que se hunda o que haya un incendio a bordo, pero prefiero ser positiva y no pensarlo», resaltó. Bauzà, apoyada por las bodegas Ànima Negra, hace historia en la vela malloquina. «Y después de esto querré todavía más», advierte. El futuro es suyo.