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Ciclismo

El Tourmalet: tranquilos, Andorra no ha invadido Barcelona

Los coches con matrícula del país pirenaico que este domingo están aparcados por los alrededores de Montjuïc son propiedad de buena parte de los ciclistas que han corrido la Volta

El pelotón, en la sexta etapa de la Volta.

Que nadie se asuste. Que no se trata de ninguna invasión. Que Andorra y los andorranos están muy felices en su país. Pero si este domingo ha habido tantos y tantos coches con matrícula del país pirenaico aparcados por los alrededores de Montjuïc es porque ha llegado la Volta a Barcelona, porque buena parte de los ciclistas participantes viven en los Pirineos y porque al acabar la carrera vuelven a sus casas de adopción para revivir y contar las aventuras vividas durante una semana de competición por tierras catalanas.

¿Sabían que este 2023 se han superado las cien licencias de ciclistas profesionales en Andorra? Pues ya lo saben, 102, concretamente, según informaba hace unas semanas el ‘Diari d’Andorra’ citando fuentes de la Federación Andorra de Ciclismo, que cobra casi 700 euros por corredor para que tengan los papeles en regla. O sea, traducido en dinero, alrededor de 70.000 euros extras para las arcas del organismo. Bienvenidos sean, por lo tanto. Y casi se podría decir aquello que Andorra siempre gana cuando algún ciclista levanta los brazos en señal de victoria. En esta Volta, por ejemplo, se pueden citar un par de triunfos e igual ocurre en cualquier carrera de las que se disputan en Europa.

Rápido, a casa

El corredor, esto es algo que se lleva en la ADN profesional, quiere irse a su casa nada más cruzar la meta de la última etapa en una carrera de varios días. Y Barcelona, a la conclusión de la Volta, no es la excepción. La pareja es la que baja normalmente el coche desde Andorra, que se aparca al lado de los autocares de los equipos por los que corre el corredor propietario del vehículo. Una ducha rápida en el autobús para quitarse el sudor del esfuerzo, unas barritas, unos bocadillos, un par de refresco y hala para Andorra con sus casi tres horas al volante.

Las excepciones

Ahora vendrán unos días para recuperar fuerzas sin dejar de pedalear antes de que algunos marchen hacia la Itzulia o al Tour de Flandes. Contemplar estos coches con matrícula andorrana sirve para recordar y hasta recomendar a los amantes al ciclismo que si en junio, en los días previos al inicio del Tour, tienen un par de días libres se acerquen por Andorra, busquen la ruta desde la capital a la cima del puerto de Envalira, se acomoden en una silla portátil en alguna de las rectas, por ejemplo de El Tarter a Soldeu, y empiecen a apuntar nombres, porque a excepción de Tadej Pogacar, que sigue apostando por Mónaco, o de Jonas Vingegaard, que vive y consume en Dinamarca, el resto de futuros héroes del Tour 2023 estará apurando los últimos entrenamientos por tierras andorranas.

Por esta razón, los coches matriculados en Andorra aparcados cerca de las torres venecianas no son la constancia de una invasión del país pirenaico, sino los vehículos de buena parte de los corredores que han participado en la Volta.

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