Definitivamente, Red Bull está en otra dimensión. Después del doblete con el que Max Verstappen y Sergio Pérez inauguraron la temporada en Bahrein, el Gran Premio de Arabia Saudi, la segunda cita del calendario más ambicioso de la historia de la Fórmula 1, con 23 fines de semana de acción, constató la superioridad de los de Milton Keynes y repitió el mismo guión en Jeddah, aunque con orden invertido y una gran victoria del mexicano, la quinta en su cuenta. Fernando Alonso, en clara desventaja ante la punta de velocidad del RB19, se las ingenió para exprimir al máximo su Aston Martin y volvió ser el tercero en discordia. Un podio -el número 100 de su carrera en F1- que ha peligrado. En primera instancia la FIA se lo ha quitado por sanción, cuando Fernando ya había participado incluso en la ceremonial de premiación. Aston Martin ha apelado la decisión y finalmente los comisarios le han devuelto la tercera plaza al bicampeón español que, polémicas al margen, ha confirmado las expectativas que le sitúan como el 'mejor del resto'.

Hachazo y sanción

“A ver si soy capaz de mantener a este león detrás”, decía Sergio Pérez antes de la carrera, en referencia a Alonso. El mexicano, autor de la pole, no se fiaba del bicampeón español, que partía segundo en parrilla por primera vez desde Canadá 2022. Y acertó de pleno en sus sospechas. Cuando se apagaron los semáforos, el asturiano le ganó la partida. Checo trató de cerrarle pero Fernando llegó a la primera curva por delante. Los comisarios de la FIA arruinaron su escalada anunciando una sanción de 5” por “posición incorrecta” en la salida. Daba igual. En cuanto tuvo DRS, el Red Bull de Pérez le pasó como un ‘avión’. Alonso, que ya lo esperaba, siguió el guión previsto y trató de pegarse al RB19 para distanciar a Russell, tercero, y así mitigar la penalización en su primera parada.

Por detrás, dos de los grandes favoritos, Leclerc y Verstappen, venían en modo ataque, remontando desde el fondo de la parrilla. El monegasco apostó por una estrategia de neumáticos diferente al resto de rivales y comenzó con blandos. Desde el 12º puesto en parrilla, tras penalizar por recurrir a la tercera centralita electrónica, el de Ferrari dio alcance a su compañero Carlos Sainz en apenas catorce vueltas. A Verstappen, que había partido 15º tras el inoportuno fallo técnico del sábado en Q2, cuando rompió un palier de su coche, le bastó con los Pirelli medios, la elección mayoritaria de salida, para llegar a las posiciones de podio.

La ‘cabalgada’ de Verstappen

Un safety car provocado por la avería del compañero de Alonso en Aston Martin, Lance Stroll en la vuelta 18 volvió a agrupar al pelotón y perjudicó a Ferrari, cuando Leclerc y Sainz ya habían hecho su ‘pit stop’. La carrera se relanzó con 30 vueltas por delante y pensando en un planteamiento a una parada. El nuevo paquete de baja carga aerodinámica de Red Bull para Jeddah le daba ‘alas’ a Pérez y al campeón Verstappen, demoledor en su escalada. Hamilton , el único con medios entre los favoritos, dio cuenta de Sainz, mientras Max lanzaba un fulgurante ataque sobre Russell. En media carrera, los Red Bull eran una ‘apisonadora’ y solo Alonso resistía en la batalla, perseguido por los dos Mercedes.

Sin órdenes de equipo, impensables a estas alturas de campeonato, Pérez y Verstappen se ensarzaron en un pulso vibrante, rodando ambos a un ritmo impresionante, a golpe de vuelta rápida y acariciando los muros, camino del segundo doblete de la temporada para Red Bull. Alonso no podía igualar los parciales de ‘infarto’ de los dos hombres que le precedían, pero sí mantenía a raya a Russell, confirmando que sigue siendo el mejor en pista tras los ‘intocables’ Red Bull. Por eso cuando Verstappen alertó de un problema en su monoplaza a falta de diez vueltas, Fernando ‘olió la sangre’ y se multiplicó al volante. Fue un espejismo. Pérez y Verstappen se aseguraron las dos primeras plazas del podio y Alonso fue de nuevo, el mejor entre los ‘mortales’. Incluso se permitió elevar su renta sobre Russell a 5.138, tras ser advertido por radio que podía tener otra sanción de 5" al final de la carrera.

Podio restituído

Alonso ha celebrado su nuevo éxito, que le convertía además en centenario en la F1. Pero minutos después su equipo le ha comunicado que perdía la tercera posición tras ver doblada su primera penalización de 5", que ha pasado a ser de 10" y por tanto dejaba a Russell delante de él. El motivo es que durante el pit stop, Alonso debía cumplir los 5 segundos de la penalización por la salida, cuando su monoplaza ha posicionado mal, pisando una de las dos líneas de la caja. Las imágenes de la parada de Aston Martin han demostrado que los mecánicos han levantado el coche al tocar el gato antes de completar esos 5". Y como ocurrió con Ocon en Bahrein, los 5" se han convertido automáticamente en 10" de sanción. Aston Martin ha presentado una reclamación basada en que a diferencia del precedente del francés de Alpine, en el caso de Alonso los mecánicos "no han trabajado en el coche, sino que el gato ha tocado accidentalmente", sin ventaja alguna para el piloto. La FIA, que incluso había considerado descalificar al español, ha acabado 'perdonándole' y le ha restituído en tercer puesto. Incluso Russell ha reconocido que Alonso está "donde se merecia".