La junta directiva de la Asociación de Clubes Náuticos de Baleares (ACNB), reunida ayer en el Club de Vela del Port d’Andratx, advirtió de que la situación de «indefensión legal» que viven actualmente estas entidades sin ánimo de lucro pone en peligro la práctica de la vela y el piragüismo en Baleares, y puede derivar a corto plazo en la pérdida de numerosas licencias de este deporte, así como en la desaparición de regatas que hoy están plenamente consolidadas.

Los representantes de los 24 clubes deportivos que componen la ACNB calificaron de «dramático» el escenario que afrontan los náuticos y marítimos ubicados en la zona de competencia de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), a la que acusaron de poner «toda clase de impedimentos a la renovación de las concesiones de estas entidades, frente a las facilidades que encuentran otros operadores portuarios como varaderos y sociedades mercantiles».

La ACNB recordó que, «por mucho que los políticos locales quieran tirar balones fuera, la Autoridad Portuaria de Baleares es un órgano cogestionado por el Estado Central y por la Comunidad Autónoma, que nombra al presidente y a varios consejeros». Esto convierte también al Govern balear en responsable directo del destino que puedan correr el Club Marítimo de Mahón, el Club Náutico de Ibiza, el Club Nàutic Portitxol y el Real Club Náutico de Palma, y de la «descomunal pérdida de licencias deportivas» que puede acarrear que estas asociaciones se queden sin sus concesiones.

Los clubes náuticos reiteraron, asimismo, su llamamiento a la clase política para que asuma que sus «buenas palabras hacia los clubes náuticos no han servido para nada» y articule los procedimientos legales que garanticen su supervivencia. «Es hora de pasar de las declaraciones de intenciones a los hechos, pues a estas alturas ya ha quedado claro que toda una serie de clubes náuticos se encuentran desprotegidos y al borde del abismo», declaró Antoni Estades, presidente de la ACNB, para quien ya no es posible que los representantes públicos «miren hacia otro lado, como si nada estuviera pasando».

La vela y en muchos casos también el piragüismo dependen por completo de la existencia de los clubes, que facilitan el acceso al mar a través de sus escuelas de vela y equipos de regatas. Un estudio de la Universidad de les Illes Balears (UIB) cifra en 7.800 los alumnos que cada año reciben formación en los náuticos y marítimos de las islas. El número de licencias deportivas asciende a más de 1.300 y se calcula que cada temporada se celebran 300 regatas auspiciadas por las federaciones territoriales. Los galardones obtenidos por los deportistas con licencia de club superaron los 350 en 2022.

«Pensar que esta labor deportiva la realizarán entidades mercantiles, cuyo objeto no es otro que la obtención de los máximos dividendos por la gestión de amarres, es no entender nada; o, lo que es peor: demuestra una absoluta falta de sensibilidad hacia lo que los clubes representan para la náutica y la cultura marítima», reza la nota. La junta directiva de la ACNB celebra que «el Govern balear por fin haya decidido solicitar la transferencia de los puertos del Molinar y Es Portitxol, pero lamenta que la tardanza en esta solicitud haya supuesto ya la desaparición de uno de sus miembros (El Club Marítimo Molinar de Levante, fundado en 1917) y no tenga en cuenta la problemática de aquellos que se encuentran dentro de la dársena del puerto de Palma y están sometidos a la gestión de la APB, manifiestamente perjudicial para los clubes y sus deportistas».