PRIMERA DIVISIÓN

Primera fricción entre Sarver y Kohlberg

La venta de las acciones de los Suns del magnate de Arizona molesta al presidente del Mallorca al excluir su participación del 10% / El distanciamiento puede afectar a la entidad bermellona

Robert Sarver, Andy Kohlberg y Steve Nash, en la previa del encuentro del centenario del Real Mallorca, en marzo de 2016.

Robert Sarver, Andy Kohlberg y Steve Nash, en la previa del encuentro del centenario del Real Mallorca, en marzo de 2016. / RCDM

Por primera vez desde que desembarcaran en la isla en enero de 2016, los pilares de la propiedad norteamericana del Real Mallorca se tambalean. La relación de amistad entre Andy Kohlberg y Robert Sarver no atraviesa su mejor momento, circunstancia que puede pasar factura en la supuesta calma institucional que atraviesa la entidad. Pese a la insistencia del CEO de Negocio Alfonso Díaz en asegurar, por activa y por pasiva, que los problemas del magnate con los Phoenix Suns no iban a repercutir de ninguna manera en su relación con el club, las primeras desavenencias entre ambos mandatarios preocupan, y mucho, en la planta noble de Son Moix.

Andy Kohlberg está molesto. El presidente del Mallorca, quien en los últimos meses ha tenido que dar un paso al frente en la entidad bermellona fruto del paulatino alejamiento de Sarver, se ha sentido ninguneado por su hasta ahora amigo y socio. El banquero de Arizona, obligado a vender el 37% de las acciones que poseía sobre los Phoenix Suns tras verse involucrado en un escándalo de abusos y trato vejatorio hacia sus empleados, no ha contado en dicha operación con la parte proporcional, un 10%, que posee el extenista neoyorquino.

Kohlberg es consciente de que no haber vendido sus acciones en el paquete que Sarver ha transferido al nuevo dueño, Mat Ishbia, devalúa de manera sustancial su participación en los Suns. De hecho, el presidente del Mallorca es, junto a otros dos accionistas minoritarios, el único que no ha transferido ninguna de sus participaciones en la venta. El contratiempo es todavía mayor para un Kohlberg marcado en una franquicia en la que, desde que estallara el escándalo contra Sarver en octubre de 2021, se ha posicionado en todo momento a favor de su amigo, a quien ha defendido a capa y espada, llegando a asegurar en un comunicado que en sus «17 años de relación jamás» advirtió «ningún tipo de conducta racista, sexista o misógina».

Kohlberg llegó a los Suns en 2004 de la mano de Sarver. Aunque el empresario de Tucson era la cabeza visible del proyecto, el extenista neoyorkino ostentaba el cargo de vicepresidente dentro de la franquicia de Arizona. Su relación de amistad y su buen entendimiento en los despachos les llevó, una década después, en enero de 2016, a embarcarse también en la compra del Real Mallorca, que por aquel entonces era propiedad de Utz Claassen.

Kohlberg, al fondo a la derecha, el pasado jueves en la sala de prensa de Son Moix.

Kohlberg, al fondo a la derecha, el pasado jueves en la sala de prensa de Son Moix. / B.RAMON

Mediante la empresa Liga ACQ Lagacy Partners, y acompañados por Steve Nash, ambos directivos desembolsaron 20 millones de euros para hacerse con el 77,38% de la propiedad, operación que culminaron unos meses después, para hacerse con la totalidad del accionariado.

En la entidad rojilla fue Kohlberg quien se colocó como cabeza visible del proyecto. Sin embargo Sarver, durante los primeros años, siempre mostró cercanía y estuvo presente en los momentos clave del club, una relación que se enfrió de manera radical el día que ESPN destapó en Estados Unidos el escándalo del magnate y su vejatorio trato hacia los empleados de los Suns. Desde el 26 de septiembre de 2021, fecha en la que el Real Mallorca se midió a Osasuna en Son Moix, el banquero no ha vuelto a personarse por la isla, no conoce tan siquiera a Javier Aguirre y se ha despreocupado de las últimas operaciones.

La entidad insiste en asegurar que la relación no ha cambiado. «Aquí se trabaja de manera consensuada y tanto Kohlberg como Sarver siguen el día a día del Mallorca», afirmaba hace una semana Alfonso Díaz en la sala de prensa de Son Moix. Pero la única realidad a día de hoy es que esta primera fricción entre ambos amigos puede tener sus consecuencias en el club. De no solucionar estas desavenencias, Sarver podría estar dispuesto a abandonar la entidad y entonces Kohlberg y el resto de socios minoritarios tendrían que dar un paso adelante y adquirir las acciones del banquero de Arizona. La otra alternativa, la de que la propiedad norteamericana abandone por completo el barco, es una opción que la planta noble prefiere tan siquiera contemplar.

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