El Barça apareció con su mejor versión para asaltar el Buesa Arena (78-85), una cancha donde el Baskonia solo había cedido frente al Olympiacos y todos los grandes habían hincado la rodilla. Lo consiguió con un espléndido trabajo colectivo, buenas aportaciones individuales, especialmente del recuperado Satoransky (11 puntos, 4 asistencias), de Mirotic (15 puntos, 6 rebotes) y Jokubaitis y un abrumador dominio del rebote (40, con 18 ofensivos), que sirvió para marcar diferencias.

“Tuvimos que sufrir, pero este triunfo es un gran paso para nosotros, tenemos que guardar esta sensación y construir sobre ella”, afirmó satisfecho Jasikevicius.

El mayor peligro del Baskonia viene de su talento ofensivo. Es un equipo que funciona a rachas, capaz de desatar un vendaval de puntos, especialmente desde el triple. Eso lo comprobó el Barça en un primer cuarto desbocado, con acciones brillantes y un intercambio de golpes espectacular, que llevó el marcador hasta un empate a 28. Diez minutos de locura, que confirmaron que Satoransky, en los azulgranas, y Howard, en los baskonistas, eran de la partida.

Los azulgranas supieron moverse en el escenario preferido por su rival, con Kalinic y Laprovittola llevando el peso y equilibrando el acierto de Sedekerskis. Pero el equipo azulgrana es consciente de que, en ese tipo de apuesta, concede demasiada ventaja. La mejor versión azulgrana llega siempre a partir del trabajo en la defensa. Y eso es lo que hizo en el segundo cuarto.

Control del triple

Defendió de maravilla, impidió las transiciones del Baskonia y no dio opciones a los triples de su rival. Durante seis minutos, el equipo de Joan Peñarroya solo pudo anotar cuatro puntos y el Barça, con dos jugadores intensos como Nnaji y Da Silva en la zona y con la creación de Jokubaitis y Higgins se abrió paso con solvencia al descanso (40-47) después de llegar a atesorar hasta 11 puntos de máxima.

Recuperó sensaciones el Baskonia en la reanudación, porque a Sedekerskis, se unió el paso adelante de Thompson, ante la falta de acierto de Howard, que intentó conectarse sin éxito. Y además el cuadro de Peñarroya mejoró atrás. El Barça entró en uno de esos baches ofensivos, que suelen asaltarle sobre todo cuando los partidos se ponen físicos, y eso equilibró el marcador para entrar en el último cuarto (63-64).

El Barça, sin embargo, recuperó su mejor versión para el tramo decisivo, con buenos minutos de Satoransky y Mirotic y volviendo a ser hegemónico en el rebote, mientras el Baskonia, muy presionado por el reloj, volvió a a fiarlo todo al lanzamiento triple y aunque los encontró (Thompson, Hommes y Howard en los últimos tres minutos) no le dieron para cambiar el desenlace.