Con el peor inicio de temporada en su larguísima carrera, Rafa Nadal afronta desde este lunes su andadura en el Abierto de Australia, el primer grande de la temporada y donde defiende el título obtenido el pasado año al derrotar en la final al ruso Daniil Medvedev.

Las dificultades este año serán mayores. Fundamentalmente por la presencia de su archirival Novak Djokovic, que tras no participar en la última edición por su negativa a vacunarse contra la Covid -llegó a ser expulsado del país-, vuelve a Melbourne con el objetivo de sumar el que sería su décimo título en Australia y, de paso, igualar los 22 grandes de Nadal. Sin duda es el gran favorito, como ya apuntó el mallorquín el sábado en rueda de prensa.

Nadal llega con muchas dudas al torneo que ha ganado en dos ocasiones, la primera en el ya lejano 2009. Ha perdido los dos partidos que ha disputado, ambos en la United Cup, ante el británico Cameron Norrie y frente al canadiense Felix Auger-Aliassime, los dos encuentros en tres sets. Le cuesta coger el punto de forma necesario tras la tormentosa segunda parte del año 2022, con lesiones y las preocupaciones por el nacimiento de su primer hijo, que se produjo en octubre. Entre una cosa y otra, el tenista de Manacor no ha podido alcanzar un pico de forma aceptable para afrontar con garantías los duros compromisos que le esperan.

El primero, esta misma mañana ante el británico Jack Draper, zurdo como Nadal y que se presenta como un rival a tener en cuenta y que obligará al mallorquín a dar lo mejor de sí. Draper posee un poderoso servicio y un gran ritmo, que el isleño descubrirá por primera vez al tratarse de un duelo inédito. El partido empieza en el tercer turno en la Rod Laver Arena, por lo que el inicio del encuentro se podría producir a primera hora de la mañana, según la duración de los dos partidos anteriores en una jornada que empieza a la una de la madrugada en España.

Nadal necesita pasar rondas para alcanzar su mejor forma, por eso confía en plantarse en la segunda semana

 Como siempre ocurre, Nadal necesita pasar rondas para alcanzar su mejor forma. Por eso confía en que si es capaz de plantarse en la segunda semana, sus opciones de victoria o de alcanzar las rondas finales aumentarán de forma considerable.

  Nadal y Djokovic se evitan hasta una hipotética final después de que el sorteo no les pusiera en el mismo lado del cuadro. El mallorquín, que aspira a alcanzar su título de Grand Slam número 23, se enfrentaría en una hipotética segunda ronda al ganador del duelo entre los estadounidenses Mackenzie McDonald y Brandon Nakashima. Uno de los tenistas que acabaron en mejor estado de forma el 2022, el estadounidense Frances Tiafoe (16), verdugo del balear en el Abierto de Estados Unidos, podría cruzarse en el camino del mallorquín en cuarta ronda.

Djokovic, que debuta mañana ante Roberto Carballés, aspira a su décimo título en Melbourne

Unos hipotéticos cuartos de final serían contra el ruso Daniil Medvedev en lo que sería una reedición de la final de 2022 en la que Nadal consiguió el título tras remontar los dos primeros sets. Los rivales de más peso que podrían cruzarse en su camino en semifinales serían el griego Stefanos Tsitsipas (3) y el canadiense Felix Auger-Aliassime (6). Por lo tanto, un camino de espinas para un Nadal que ha dado muestras en su carrera de que sería un error no contar con él para el título, juegue donde juegue. El primer rival, el británico Draper, un cañonero zurdo. Una muy buena prueba de fuego.