El irregular desempeño del Atlético esta temporada provoca situaciones como que un partido jugado el 4 de enero sea decisivo para lo que queda de temporada. Un duelo de Copa contra el Real Oviedo, conjunto de Segunda, categoría a la que descendió precisamente en el Tartiere. El viejo, encima del que descansó para intentar que la pesadilla no repitiese en el nuevo. Llorente y el canterano Barrios evitaron un nuevo drama, definiendo dos jugadas de tiralíneas que decidieron una trabajada clasificación.

Lo bueno de la necesidad del Atlético es que quita los complejos de divos con los que acuden algunos equipos de Primera a los partidos coperos. Con esa superioridad moral que les lleva a decir que la Liga es lo importante, como si fueran a ganarla, cuando precisamente es la Copa la que sirve un camino más abierto para conseguir lo que busca Simeone: "En el club quieren jugar la Champions, yo quiero ganar títulos". Y para ello hay que ganar al Almazán, al Arenteiro, al Real Oviedo y al que se ponga por delante.

Por eso el 'Cholo' salió con todo lo que quiso, a excepción de Savic, De Paul y Joao Félix, bajas rojiblancas por distintos motivos. No le importó en más de la cuenta el partido del domingo ante el Barça. La recuperación de la filosofía del "partido a partido" en plena esencia. Por su parte, Cervera sí racionalizó efectivos, priorizando la competición regular en la que por fin marcha a buen ritmo.

La luz de Griezmann

Los resultados no ha acompañado a un depresivo Atlético en el primer tramo de la temporada, pero detrás del fracaso no hay una cuestión actitudinal, como demostraron los protagonistas desde el inicio. Los contendientes se fueron intercambiando golpes armados de distinta manera. Mientras que los visitantes querían hacerlo desde el control de la pelota, los locales explotaban las fisuras que genera el esquema de tres centrales, donde se abren huecos constantes con las diagonales.

Mundialistas como Carrasco o Morata se sacudieron la resaca del Mundial para anotar cuanto antes. Sin ansiedad, pero con cierta prisa, lo que provocó que las oportunidades fueran infructuosas. Mientras, el Real Oviedo aprovechaba la anarquía de Obeng para resquebrajar al contrincante de Primera. Los minutos posteriores al cuarto de hora de juego fueron críticos, con tres ocasiones claras para el equipo ovetense, que no demostró síntomas de inferioridad.

Pero Griezmann abrió una vía de agua para servir un caramelo que Llorente -quien apuntaba a la suplencia para compensar al canterano Barrios-, en semifallo, terminó llevando a buen puerto. La jugada se inició con un pase en largo desde la derecha de Nahuel Molina que el francés convirtió en un sedal con el que el Atlético pescó en las aguas revueltas en las que nadó en los primeros 45 minutos.

Barrios, el más maduro

El galo está en una dimensión diferente y es la ayuda humanitaria de la que depende un equipo incapaz de dormir los encuentros como tan certeramente hacía en el pasado. De eso se aprovechó Viti para armar una individualidad que casi abre el cerrojo de Oblak. Un partido abierto, la rutina del Atlético este año, que siempre acaba especulando con los resultados.

Consciente Cervera de que el Real Oviedo podía jugar con el pánico rojiblanco dio entrada a su artillero, Borja Bastón, quien fuera jugador del fútbol base del Atlético. Por desgracia para él se lesionó en su debut. Marcó territorio nada más salir con un disparo de advertencia. El equipo asturiano mantuvo un empuje físico que alejó a los de Simeone de su área. El argentino no lo veía nada claro, por lo que puso músculo en el campo con Kondogbia y sacó el ingenio de Barrios, el 'niño maravilla' del Atlético.

Como contra el Arenteiro, el canterano puso los gramos de tranquilidad que necesitaba un equipo en el que terminará consolidándose. De nuevo, Griezmann encendió el sistema operativo del gol con un pase para Correa que centró con precisión para Barrios, quien con suma tranquilidad abrió el hueco en una portería que había sido remendada en el descanso con una brida. Los miedos, agolpados en el expediente de un curso convulso, descansaron con un triunfo que actualiza el trauma del 2000, cuando el autor del 0-2 no había nacido, pero del que varias generaciones le hablaron para entender el privilegio del presente en el que vive.

Ficha técnica:

0 - Real Oviedo: Nadal; Lucas, Rodri, Calvo, Bretones (Luengo, min. 77); Mangel, Jimmy, Viti (Sergi Enrich, min. 90), Hugo Rama (Sangalli, min. 72); Koba (Borja Bastón, min.46) y Obeng (Sequeira, min. 72).

1 - Atlético: Oblak; Nahuel Molina, Giménez, Witsel, Hermoso (Reinildo, min. 67), Carrasco (Reguilón, min. 77); Koke (Kondogbia, min. 60), Llorente, Lemar (Barrios, min. 60); Griezmann y Morata (Correa, min. 75).

Goles 0-1: Llorente (min. 24).

Árbitro: Muñiz Ruiz. Amonestó a Giménez, Witsel, Griezmann.

Incidencias: Carlos Tartiere. 30.000 espectadores.